La noticia del fallecimiento fue confirmada por su hija Keiko Fujimori a través de su cuenta de X, donde expresó que su padre perdió la vida tras una larga batalla contra el cáncer.
(CNN Español) – El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, murió este miércoles a los 86 años de edad, informó su hija Keiko Fujimori en un mensaje publicado en cuenta de X.
Nacido el 28 de julio de 1938, Alberto Fujimori se dedicaba a la vida universitaria cuando se postuló por primera vez a la presidencia en 1990.
La sorpresa fue grande cuando el hijo de inmigrantes japoneses, e inexperto en política, superó en una segunda ronda electoral al célebre escritor Mario Vargas Llosa, quien lideraba un frente de partidos tradicionales de derecha.
Le correspondió gobernar un país desangrado por el terrorismo y asfixiado por la hiperinflación. Situación a la que se refirió durante el juicio en su contra por violación a los derechos humanos y corrupción.
“Tuve que gobernar desde el infierno. No desde palacio, sino desde un infierno, que quienes me acusan no vivieron como yo lo viví. Solo espero que quienes me sentencien traten por un momento de imaginar aquel infierno y no de pretender civilizarlo desde la distancia”, dijo Fujimori.
Hombre pragmático, Fujimori había ordenado, semanas después de iniciado su Gobierno, el “Fujishock” que a larga logró reinsertar al Perú en la economía mundial.
El 5 de abril de 1992, cerró el Congreso y el poder judicial en un golpe de Estado con el que logró concentrar el poder.
En septiembre de ese año, el gobierno capturó al cabecilla de Sendero Luminoso Abimael Guzmán y su cúpula, lo que significó un duro golpe para ese grupo terrorista.
En 1993, Fujimori, promulgó una nueva Constitución, vigente hasta la actualidad, que permitía, a diferencia de la anterior, la reelección presidencial inmediata, en periodos de cinco años de Gobierno. Una posibilidad que fue derogada tras su salida del poder.
En ese marco, en 1995 superó en las ánforas al ex secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, liderando un segundo mandato marcado por denuncias de corrupción y autoritarismo.
El 22 de abril de 1997, el exitoso operativo de rescate de 71 de los 72 rehenes de la casa del embajador de Japón en lima ayudó a mejorar su aceptación popular.
El año 2000 la posibilidad de un tercer periodo de gobierno le fue permitida por el Congreso de la República, que con la “ley de interpretación auténtica” consideró que su primer periodo no debía contarse, ya que se había dado en el marco de la antigua constitución.
Así fue que venció en las urnas a Alejandro Toledo, asumiendo el 28 de julio del 2000, un tercer periodo que terminaría rápidamente, con los sucesos que se iniciaron cuando a los dos meses se hicieron públicas imágenes del asesor de inteligencia, Vladimiro Montesinos, considerado “el poder de las sombras” del gobierno, entregando dinero a un congresista a cambio de apoyo político.
Tras el escándalo, Fujimori pagó a Montesinos US$ 15 millones de indemnización y le agradeció públicamente “los servicios prestados a la nación”. El exasesor de inteligencia huyó del país.
Meses después, en noviembre del 2000, Fujimori renunció a la presidencia estando en Japón y haciendo uso de la nacionalidad heredada de sus padres, evitó durante seis años ser extraditado a Perú, que lo reclamaba para enfrentar juicios de corrupción y violación de derechos humanos.
Otra fue la situación cuando en noviembre del 2005, al tratar de regresar al Perú, por motivos que aún no han sido aclarados, el expresidente llegó hasta Chile, país que lo entregó a la justicia peruana después de un proceso de extradición que duró dos años. Dijo ser inocente.
En abril del 2009, Fujimori fue sentenciado a 25 años de cárcel como autor mediato de los delitos de homicidio calificado y otros en agravio de los estudiantes de la Cantuta y el caso Barrios Altos, donde murieron 25 personas.
Los peruanos aparecen divididos en cuanto al papel del expresidente Fujimori en la historia. Quienes aplauden su “mano dura” estuvieron a punto de llevar al poder a Keiko Fujimori, la hija del exmandatario, en las elecciones presidenciales del 2011, 2016 y 2021.
La salud del expresidente fue deteriorándose desde que en 1997 le extirparon un cáncer en la lengua, que posteriormente le generó una serie de lesiones precancerosas recurrentes en la cavidad bucal.
En octubre de 2012, los hijos de Fujimori pidieron formalmente al entonces presidente Ollanta Humala que concediera un indulto humanitario al exmandatario, afectado, según sus médicos, por un cáncer en la boca, hipertensión y un cuadro de depresión severa.
En juicios separados, el expresidente también fue declarado culpable de irrumpir en la casa de Montesinos para robar videos incriminatorios, tomar dinero del erario público para pagar al jefe de espionaje y autorizar escuchas telefónicas ilegales y sobornar a legisladores y periodistas.
Recibió un indulto médico por sus abusos contra los derechos humanos en diciembre de 2017 del entonces presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski. La oficina de Kuczynski emitió un comunicado en ese momento, diciendo que Fujimori “padece una enfermedad progresiva, degenerativa e incurable”, y agregó que “las condiciones carcelarias significan un grave riesgo para su vida, salud e integridad”.
Pero el indulto generó violentas protestas en la capital de Lima y atrajo críticas generalizadas de organizaciones de derechos humanos y legisladores.
Finalmente, el indulto fue anulado y en enero de 2019 fue devuelto a prisión. Por otra parte, en 2018, un tribunal peruano dictaminó que podía ser juzgado por presuntamente autorizar los secuestros, torturas y asesinatos de seis personas en 1992 en la ciudad de Pativilca, en el centro de Perú, según la agencia estatal de noticias Andina.
En diciembre de 2023, Fujimori salió de prisión, luego de que el Tribunal Constitucional de Perú ordenara su libertad inmediata. Su salida de prisión ocurrió debido a que la sentencia del alto tribunal ratificó un fallo anterior de la misma corte, emitido en marzo de 2022, en el que se restituían los efectos del indulto humanitario otorgado a Fujimori en diciembre de 2017 por Kuczynski.
También política, su hija Keiko se postuló sin éxito a la presidencia en 2021 por tercera vez. Su última campaña reconoció el problemático legado político de su padre y buscó tranquilizar a los votantes contra el regreso a su gobierno autoritario. Sin embargo, ella también prometió perdonarlo por sus crímenes. Finalmente, quedó en segundo lugar detrás del presidente Pedro Castillo, quien asumió el cargo el 28 de julio de ese año y fue destituido el 7 de diciembre de 2022.
Una vez en libertad, en julio de 2024, Keiko Fujimori reveló que su padre aspiraba a ser una vez más candidato presidencial. “Lo hemos conversado y decidido juntos”, dijo Keiko Fujimori en un mensaje publicado en su cuenta de X.