El acuerdo por la salida de la Unión Europea fue rechazado por el legislativo, a contrario de la voluntad que los ciudadanos expresaron en el referéndum de 2016.
Por 432 votos en contra y 202 a favor, el Parlamento británico rechazó el acuerdo del Brexit, que buscaba delinear cómo sería la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Los 230 votos más que obtuvo la opción de rechazo ponen en jaque las opciones que tiene a la primer ministra Theresa May.
La primera ministra dijo el lunes a la Cámara de los Comunes que un Brexit “sin acuerdo” podría llevar a la ruptura del Reino Unido, y apeló a los diputados para que le den a sus planes una “segunda mirada”.
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May había solicitado a la cámara “cumplir con la decisión del pueblo británico“, quienes a mediados de 2016 votaron en un referéndum a favor de la salida.
La votación de junio de 2016 arrojó un 51,9% de los votos a favor de la salida de la UE, contra un 48,1% que se mostró a favor de la permanencia.
El laborista Jeremy Corbyn, líder de la oposición, presentó en la instancia una moción de confianza, la cual se votará este miércoles 16 de enero. Allí se verá si la representante británica aún tiene el respaldo del Parlamento.
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De momento, una de las opciones que queda sería la de un “Brexit duro”, como le han llamado, que constaría de acatar el referéndum tal y como fue votado.
Sin embargo, expertos señalan que dicha opción podría ser demasiado arriesgada. El Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, ya adelantó los efectos económicos que podría provocar esa alternativa.
“El Parlamento no ha dado una clara señal de qué es lo que apoya”, dijo la primer ministra, “y la claridad sobre esto se necesita lo antes posible porque cada día que pasa sin una solución significa más incertidumbre, amargura y rencor para Reino Unido”, consigna BBC.
Ahora Theresa May tiene hasta el 21 de enero para plantear una nueva opción ante la Cámara de los Comunes.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
