Según indicó un organismo de Argentina, la compra de carne de vacuno ha disminuido y está siendo reemplazada por el pollo o cerdo, ya que están siendo más económicas para el bolsillo de la población. ¿Cuáles son los factores? Revisa los motivos en la siguiente nota.
(CNN en Español) – Argentina, tierra de tango, fútbol y… ¿asado? En el país donde la carne es tradición, un dato preocupa al sector. A pesar de ser uno de los mayores productores del mundo, en lo que va de 2024, el consumo local cayó a su cifra más baja de los últimos 30 años, según cifras de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra).
Los datos de marzo que publica Ciccra, indican que en lo que va del año “el consumo aparente de carne vacuna habría totalizado casi 500.000 toneladas de res con hueso entre enero y marzo del corriente año y habría resultado 17,6% menor al registrado en el mismo trimestre del año pasado, marcando el registro más bajo de las últimas tres décadas”.
Esto significa que el consumo per cápita de carne vacuna en marzo sería de 42,6 kilos por año, con base en las cifras de marzo, agrega Ciccra.
“Nunca en Argentina se consumió tan poca carne vacuna”, asegura el presidente de Ciccra, Miguel Schiariti, y agrega: “el primer motivo es la pérdida de poder adquisitivo del salario. En este primer trimestre la pérdida de poder adquisitivo fue del 10%”.
Schiariti explica que, por esta baja en el poder de compra real, también se pueden ver cambios en el consumo: “en este momento la carne de pollo o la carne de cerdo están sensiblemente más económicas que la carne vacuna, por eso la gente se vuelca a estas opciones”.
Sin embargo, el aumento del precio en las carnes y sus derivados estuvo en marzo por debajo del dato general de inflación. Según el Índice de Precios al Consumidor que mide el Indec, el alza mensual fue de 11,0%. En Gran Buenos Aires, por ejemplo, el aumento en alimentos y bebidas no alcohólicas fue del 11,5% mientras que en carnes y derivados fue tan solo del 9,8%.
Los números se acercan comparativamente cuando medimos la inflación de los últimos 12 meses. El IPC tuvo un aumento del 289,9% mientras que el rubro de carnes y derivados aumentó 283,2% anual en Gran Buenos Aires.
Marcelo Lozano es carnicero. Su local está en el barrio capitalino de Chacarita, y si bien asegura que la gente no ha dejado de comprar, considera que en el último tiempo cambió su forma de consumo. “La gente busca ofertas, busca el precio. Hay gente que antes llevaba tres kilos y ahora llevan dos kilos, un kilo y medio. Se están cuidando mucho con el tema precios”, dice.
¿Una tendencia alimenticia o una baja en el poder de compra?
Cada vez más personas en el mundo consumen proteínas vegetales en reemplazo de la proteína animal, pero ¿qué pasa en Argentina?
Según explica el jefe del Departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, (Ipcva) Adrián Bifaretti, “En el país tenés un 70% de la población que es carnívora bien tradicional. Tienes un 7% de población veggie, es decir veganos y vegetarianos que no están consumiendo carne. Y tenés un 24% más o menos que son flexitarianos. Gente que, a pesar de comer de todo, va disminuyendo el consumo de productos cárnicos y va priorizando el consumo de alimentos de origen vegetal, y la tendencia es que esto se profundice”.
A pesar de esta tendencia, según las cifras que compara el Ipcva, el promedio de consumo de kilogramos de carne por habitante en 2023 aumentó respecto al año anterior: fue de 51,1 kg, casi 3 puntos más que en 2022.
Bifaretti analiza ambas tendencias: “acá hay dos cuestiones básicas: Una caída es de carácter estructural que tiene que ver con cambios en las conductas alimentarias de la población. Sobre todo en los segmentos más jóvenes, que muchos empiezan a no querer comer carne por cuestiones éticas, cuestiones morales vinculadas a la carne y el medio ambiente”, pero resalta que el descenso en el consumo de este año no puede explicarse solo por estos cambios.
“Obviamente después hay un tema de bolsillo, económico. Cuando vos ves el tema desde las posibilidades de la población, hay una limitación importante para adquirir, no solo carne, sino otro tipo de alimentos y bienes”, agrega.
Miguel Schiariti de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), también entiende que no es simplemente un cambio de época en el consumo de carne e insiste: “los consumidores, más allá de los cambios de hábitos de consumo que se vienen dando culturalmente, en este momento terminan decidiendo por el bolsillo más que por lo que les gustaría comprar”.
Sin embargo, Bifaretti es optimista y asegura que, incluso con la baja significativa en el consumo de carnes, Argentina sigue siendo de los mayores consumidores en todo el mundo: “Cuando vos tomás el valor del consumo 12 meses para atrás, te da un valor anualizado de 50 kilos por habitante por año. Este es uno de los valores a nivel mundial de mayor magnitud… está peleando mano a mano con Uruguay y con algún otro país en consumo de carne vacuna”.
Caída del consumo, caída de la actividad
Otro de los datos que se desprende del informe de Ciccra es que también cayó la actividad del sector: “En marzo de 2024 la faena de hacienda vacuna sumó 1.054 millones de cabezas, experimentando una importante caída interanual por cuarto mes consecutivo y uno de los niveles de actividad más bajos de los últimos 4 marzos”. Los especialistas agregan que “en comparación con febrero se produjo 6,8% menos y en la comparación con marzo de 2023 la contracción fue de 13,3%”.
Según explica Schiariti esta es una consecuencia de las condiciones climáticas de los últimos tres años y las sequías que azotaron a la región, por este motivo “este año vamos a producir menos carne que el año pasado”.
A esta tendencia se contrapone el dato de exportación. Según se desprende del informe de Ciccra, en los primeros tres meses del año se exportó 22,9% más interanual.
Hasta el año pasado, el consumo interno representaba el mayor porcentaje de comercio de la carne vacuna en el país. Así lo confirma Schiariti: “Los argentinos producimos carne alrededor de los 3 millones de toneladas, pero el 70% se consume en el mercado interno”. No arriesga un pronóstico respecto de cómo pueden cambiar esas cifras este año.
Adrián Bifaretti, jefe del Departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, suma otro dato interesante, “de lo que se produce en el país, en estos momentos el 30% se está exportando. Hoy China se lleva el 80% de las exportaciones argentinas. Después hay otros mercados de interés como la Unión Europea e Israel”.
Y agrega un dato positivo: “Argentina es uno de los pocos países que, según la FAO, va a aumentar más su producción de carne vacuna en los próximos años. – a pesar de las sequías de los últimos años que afectaron al sector- Argentina tiene ventajas desde disponibilidad de tierra a ventajas agroecológicas para seguir siendo uno de los de los principales jugadores en el mercado internacional de carnes. Nuestra condición de ser un país con extensas superficies de pastizales naturales y de poder hacer una ganadería muy entrelazada con la naturaleza no tan industrializada es un diferencial”.
Esta es una buena noticia para el futuro de uno de los sectores más representativos del país en el mundo.