Dicen que las comparaciones siempre son odiosas. Y esa frase popular parece cobrar mucho sentido al hablar de Chile y Argentina. Porque el paralelo sobre la evolución del COVID-19 entre ambos países generó un nuevo impasse este fin de semana.
El lío comenzó este sábado cuando el Presidente Alberto Fernández hizo una conferencia de prensa para analizar la estrategia argentina para enfrentar la pandemia. Ahí destacó que la tasa de incidencia, de los confirmados por cada 100 mil habitantes, era de las más bajas de la región.
“Eso se explica por un motivo: hemos invertido, gracias a Dios, en Salud. Mucho. Hemos generado muchos centros de atención sanitaria. Y todos los que han necesitado la atención, han recibido la atención que necesitaban y merecían” dijo el mandatario.
Y aunque en el contexto de una pandemia quizás sean necesarias para dimensionar los efectos en cada país, el problema surgió por los datos utilizados por el mandatario cuando habló de la “tasa de mortalidad”. Los números eran incorrectos.
De acuerdo a los gráficos mostrados, Chile tendría una tasa de mortalidad de 98,4 cada 100 mil habitantes. En esa lámina aparecía como el segundo país de América con el mayor indicador, detrás de Estados Unidos. Incluso aparecía por sobre Brasil, y duplicando la tasa de Perú. Argentina, según esa lámina, registraba solo 9,8 fallecidos por cada 100.000 habitantes.
Sin embargo los números eran incorrectos. Y fue el embajador chileno en Argentina, Nicolás Monckeberg, el que salió a aclararlos a través de Twitter.
Ahí el representante del Gobierno aclaró que “la tasa de fallecidos en Chile es de 3,5 por 100.000 habitantes y no de 98,5 como señala el siguiente gráfico que mostraron”.
Ese dato se calcula dividiendo el número de muertes por la cantidad de habitantes de un país y luego se multiplica por 100.000, según explican en el Ministerio de Salud. Al día de ayer, eso arroja una tasa de 3,5 por cada 100 mil.
Pero el embajador no dejó el asunto ahí. En el siguiente tuit se refirió a la tasa de letalidad, una estadística que el Gobierno ha utilizado por semanas para tratar de destacar la respuesta sanitaria ante la pandemia. Este indicador mide el número de fallecidos respecto al total de contagiados. Y Monckeberg aseguró que nuestro país tiene uno de los niveles más bajos del mundo en este índice.
Según las estadísticas recopiladas por la Universidad de Oxford en el sitio “Our World in data” —una referencia para hablar de números asociados a la pandemia— efectivamente la tasa de letalidad en Chile es de las más bajas de América.
La corrección de la Casa Rosada
El Gobierno transandino recogió el guante. Este domingo publicaron un hilo en su cuenta oficial en Twitter donde explicaban qué fue lo que ocurrió ayer. Aseguran que hubo dos errores: primero, que la tasa de mortalidad expresada en las láminas estaba expresada por millón de habitantes, no por cada 100.000 como se presentó originalmente. Y en segundo lugar, estaban mal rotulados los países. Los datos de Chile estaban intercambiados con los de Perú.
El Gobierno vecino atribuía todo a un “error involuntario” , enfatizando en que “no aceptamos ni validamos mentiras”, respondiendo así a las críticas que surgieron en el país trasandino. Y concluyeron pidiendo “disculpas a los países mencionados”.
Pese a eso no hubo explicaciones oficiales. El embajador Monckeberg conversó con Radio Mitre de Argentina, y explicó que nadie desde el Gobierno vecino se comunicó con él. Pero profundizó en el punto esbozado en redes sociales sobre las comparaciones entre países.
“Creo que en este momento tan complejo es importante ser muy rigurosos en las cifras que se entregan, porque de lo contrario se hacen más difíciles de administrar, tanto la pandemia como la relación con la sociedad, que todo gobierno tiene que proteger” dijo el ex Diputado.
La vocera de Gobierno chilena, Karla Rubilar, también se refirió al asunto. “Lo que nosotros queremos transmitir es que esto no es una competencia” dijo la ministra en una actividad en terreno esta mañana. Y aseguró que lo que busca La Moneda es la “colaboración internacional para enfrentar de la mejor manera posible esta pandemia y el día de mañana, cuando lleguen las vacunas, poder permitir ojalá el acceso universal a esta herramienta tan poderosa”.
Otra polémica en medio de la pandemia
Esta fue la segunda polémica entre ambos Gobiernos. El 10 de abril ya había ocurrido un episodio similar, cuando Alberto Fernández ocupó estadísticas de países de la región para destacar la gestión sanitaria argentina.
La exposición del mandatario motivó un informe del Segundo Piso de La Moneda que luego se filtró en los medios argentinos. Eso fue entendido allá como una respuesta oficial, en un tono duro, que criticaba el triunfalismo de Fernández. Con detalladas estadísticas refutaba la visión argentina sobre una mejor “gestión” de la pandemia. Y la minuta ponía especial énfasis en el número de test aplicados en ambos países, muy superior en el caso chileno.
Y luego se vio más tensionada la relación cuando Fernández participó de una videoconferencia con dirigentes opositores chilenos e hizo un llamado a la “unidad” para que la centroizquierda volviera a gobernar “en favor de la gente y no en contra de la gente”.
La molestia en Chile tuvo repercusiones, porque días después ambos mandatarios sostuvieron una larga conversación telefónica para tratar de volver a foja cero. “Más allá de cualquier diferencia, tenemos que unirnos en estos difíciles momentos que atravesamos por la pandemia”, dijo el Presidente argentino, quien aseguró que ambas naciones enfrentan la emergencia sanitaria y una profunda crisis económica.
La ministra vocera de Gobierno, Karla Rubilar, se refirió al error cometido por el Presidente de Argentina “hemos tomado conocimiento de un error en las cifras por parte del Presidente Fernández respecto de la tasa de letalidad de nuestro país. Entendemos que no fue un error solamente con Chile, sino que fue un error un poco más masivo con otros países”.
El diario La Nación de Argentina agregó que el error no fue solo con Chile. “Según los datos del Presidente, Estados Unidos debería tener 913.560 (ayer estaba a punto de llegar a 100.000) y Brasil, 197.087, cuando tiene en realidad 22.013 . El Perú es un caso parecido. El gráfico que luego distribuyó la Casa Rosada le atribuye 47,2 muertos por cada 100.000 habitantes lo que llevaría a un total de 15.104 decesos ya que en viven en ese país 32 millones de habitantes. Pero tampoco ahí los datos de Fernández acertaron: en Perú hubo 3373 muertos”.