El papa emérito Benedicto XVI publicó un documento de 18 páginas con sus reflexiones con respecto a los abusos sexuales al interior de la Iglesia Católica, y atribuyó el problema a una evolución de las costumbres sexuales dentro de la sociedad y que se originó durante la Revolución del ’68.
El ex líder católico recordó que durante esa época se buscaba conquistar una “completa libertad sexual, que no toleraba ninguna norma”, aseguró que la pedofilia era permitida e incluso considerada conveniente, y afirmó que “los estándares vinculantes hasta entonces respecto a la sexualidad colapsaron completamente”.
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De este modo Joseph Ratzinger, de 91 años, rompió el silencio que había mantenido en torno a este tema desde que abdicó el papado seis años atrás, y en el texto, titulado “La Iglesia y los abusos sexuales”, también culpó a “una justicia garantista” de la impunidad y ausencia de castigos más severos para los sacerdotes abusadores.
El religioso aseguró que con la publicación, su intención es contribuir a esta “hora difícil” que atraviesa la Iglesia Católica, y que decidió hacerlo luego de la cumbre que se celebró en febrero en el Vaticano, liderada por el papa Francisco y que incluyó a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo.
Sin embargo, el texto no da pautas sobre cómo erradicar los abusos a menores en el seno de la Iglesia y concluye que la pederastia ha alcanzado “estas proporciones” ante “la ausencia de Dios”.
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El documento, de 18 páginas, se publicará en la revista mensual Klerusblatt dedicada el clero católico en Baviera y ha sido adelantado hoy por varios medios de comunicación. En él, además, Benedicto XVI se centra en las experiencias vividas durante su juventud en Alemania y habla de “clubes de homosexuales” formados “en varios seminarios que actuaban más o menos abiertamente” y que “cambiaron significativamente el clima que se vivía en ellos”.
Finalmente, concluye pidiendo “responder con la verdad a las mentiras y a las medias verdades del diablo”. “También hoy en la Iglesia hay muchas personas que humildemente creen, sufren y aman, y en los que se muestra el verdadero Dios, el Dios que ama”, cierra.