El mandatario sostuvo que los países que reclaman por los siniestros forestales ocurridos en los últimos días "ya quemaron todo" y que su malestar proviene de intereses comerciales y de mercados.
(EFE) – El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, volvió a poner este viernes a su gobierno como un “ejemplo para el mundo” en materia de protección ambiental y afirmó que los países que protestan por los incendios forestales “ya quemaron todo”.
El líder de la ultraderecha brasileña participó en un acto en el interior del estado de Mato Grosso, región volcada por excelencia a la agropecuaria, e insistió que el malestar de países europeos por los “incendios que ocurren todos los años” en la Amazonía y otras zonas del país obedece a intereses comerciales y de mercados.
Este mismo viernes, el gobierno francés anunció que mantiene su rechazo al acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), precisamente por problemas medioambientales.
La oficina del primer ministro galo, Jean Castex, señaló que la UE debe continuar las negociaciones con Mercosur para garantizar tres puntos: frenar la deforestación, el respeto a los acuerdos de París sobre el clima y que los productos importados de esos países cumplan las normas sanitarias y ambientales europeas.
Sin hacer mención a ese anuncio, Bolsonaro dijo que “se están viendo algunos focos de incendios” en Brasil, pero insistió en que “eso ocurre todos los años”.
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Aunque los incendios son recurrentes en esta época, de sequía en biomas como el Amazonas y el Pantanal, desde que Bolsonaro asumió el poder, en enero de 2019, los datos oficiales muestran que las llamas se han agravado en forma más acelerada que en las últimas décadas.
Organizaciones ecologistas y algunos gobiernos europeos sostienen que el fenómeno responde a las agresivas políticas de Bolsonaro para esas regiones, en las que el Gobierno pretende expandir todas las actividades productivas, lo que alentaría a hacendados y empresarios a avanzar sobre las selvas y las reservas ambientales.
“Atacarnos interesa a nuestros críticos, que son nuestros competidores” en los mercados mundiales de alimentos, aseguró el presidente brasileño, quien insistió en que su país “es un ejemplo para el mundo” en materia de preservación ambiental.
“En la próxima década, con toda certeza, pasaremos a alimentar a casi 3.000 millones de personas en el mundo”, vaticinó Bolsonaro en alusión al poderío agropecuario de Brasil, que en su opinión es motivo de “preocupación” para los productores de otros países.