El tribunal de aquel país consideró que la ley era discriminatoria, inconstitucional y contra el interés público.
El Tribunal Superior de Botswana anuló una ley de la era colonial que penaliza las relaciones consensuales entre personas del mismo sexo, una victoria histórica para los movimientos LGBTI de África.
El tribunal del país del sur de África dictaminó por unanimidad este martes que la legislación era discriminatoria, inconstitucional y contra el interés público.
“Una sociedad democrática es aquella que abarca la tolerancia, la diversidad y la mentalidad abierta”, dijo el juez Michael Leburu, señalando que la ley discriminatoria no solo es perjudicial para las personas LGBTQ, sino que frena a toda la sociedad.
“La inclusión social es fundamental para acabar con la pobreza y fomentar la prosperidad compartida”, dijo.
El fallo se produce apenas un mes después de que el alto tribunal de Kenya confirmara sus leyes que penalizan la homosexualidad.
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Según la sección 164 del Código Penal de Botswana, “el conocimiento carnal de cualquier persona contra el orden natural” era un delito que conllevaba una pena máxima de siete años de prisión. La sección 167 hizo de los “actos de indecencia grave” —ya sean públicos o privados— un delito punible, con hasta dos años de prisión.
El caso fue llevado ante los tribunales en marzo por Letsweletse Motshidiemang, un estudiante de 21 años de la Universidad de Botswana, quien argumentó que la sociedad había cambiado y que la homosexualidad era más aceptada, informaron medios locales.
El tribunal repleto estalló en vítores de alegría al escuchar el veredicto.
Neela Ghoshal, investigadora principal de Human Rights Watch, le dijo a CNN que el fallo establece un “precedente poderoso en el continente al reconocer que la criminalización de la conducta del mismo sexo viola los derechos de privacidad y es flagrantemente discriminatoria”.
“El Tribunal Superior tiene razón al declarar que las leyes de sodomía pertenecen a un museo o a los archivos, no a la vida moderna”, dijo.
Anna Mmolai-Chalmers, coordinadora de Legabibo, un prominente grupo de derechos LGBTI en el país, dijo que el veredicto tendría un impacto tangible en la vida diaria de las personas LGBTI, y dijo que ayudaría con el acceso a servicios de salud y legales.
“Antes estábamos luchando. La gente se ha estado escondiendo”, dijo Mmolai-Chalmers a CNN.
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“Este juicio puede tener un cambio masivo en nuestras vidas. Esto es lo que más me emociona. El juicio significa mucho … El tribunal ha sostenido nuestra dignidad, nuestra privacidad y nuestra libertad … Significa libertad”, añadió ella.
El abogado de derechos humanos Keikantse Phele calificó la sentencia como “un desarrollo bienvenido”, y agregó que todavía hay “mucho trabajo por hacer en términos de acceso a todos los servicios, espacios y desarrollo”.
Aunque las actitudes homofóbicas continúan prevaleciendo en algunas partes del país, los activistas y simpatizantes LGBTI de Botswana han marcado algunas victorias para el movimiento en los últimos años. La Ley de empleo de 2010 hizo ilegal que los empleadores rescindieran los contratos por motivos de orientación sexual, en 2014 el Tribunal Superior dictaminó que el gobierno tenía que permitir que Legabibo se registrara como organización, y dos fallos históricos en octubre y diciembre de 2017 sentaron las bases para que las personas trans cambiaran más fácilmente su género oficial en los documentos de identidad.
Tras un brutal ataque a una mujer transgénero en noviembre pasado, el presidente de Botswana, Mokgweetsi Masisi, manifestó su apoyo a las personas LGBTI, diciendo que “hay muchas personas en relaciones del mismo sexo en este país que han sido violadas y también han sufrido en silencio por temor a ser discriminados. (…) Al igual que otros ciudadanos, merecen que se protejan sus derechos”.
La decisión histórica de este martes es una victoria para los activistas y simpatizantes LGBTI en un país y región donde la homosexualidad sigue siendo en gran medida un tabú.
De los 54 países africanos, al menos 31 de ellos han promulgado leyes que prohíben el sexo gay, según la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA).
En partes de Nigeria y Somalia, y en Sudán, se castiga con la muerte; en Mauritania la pena de muerte es un posible castigo. En Tanzania, ser condenado por tener relaciones con personas del mismo sexo puede resultar en sentencias de por vida.
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En enero, el Parlamento de Angola adoptó un nuevo código penal, por primera vez desde que se independizó de Portugal en 1975, lo que allanó el camino para que los legisladores eliminen la disposición que caracteriza las relaciones entre personas del mismo sexo como “vicios contra la naturaleza”.
Mozambique eliminó las leyes contra los homosexuales en 2015, mientras que Santo Tomé y Cabo Verde también han abolido las leyes que penalizan las relaciones homosexuales.
Aunque Kenya rechazó el cambio a la ley que criminaliza la homosexualidad en mayo, y sigue siendo una sociedad profundamente conservadora y religiosa, sus tribunales han demostrado cierta independencia en los últimos años con respecto a los asuntos relacionados con asuntos LGBTI.
En 2018, una corte de apelaciones en Mombasa dictaminó que los exámenes anales forzados en personas sospechosas de tener relaciones con personas del mismo sexo son inconstitucionales, luego del arresto y los exámenes anales forzados de dos hombres en 2015. La decisión revocó un fallo judicial de 2016. Más tarde, ese mismo año, un tribunal keniano suspendió temporalmente la prohibición de la controvertida película “Rafiki”, que contaba la historia de una relación lésbica romántica.
Sin embargo, en los últimos cinco años se han realizado intentos para criminalizar aún más la homosexualidad en países como Uganda, Sudán del Sur, Burundí, Liberia y Nigeria, según un informe de Amnistía Internacional. En algunos países africanos, los líderes conservadores continúan difundiendo una retórica dañina y falsa, en la que “acusan abierta y falsamente a las personas LGBTI de propagar el VIH / SIDA y de ‘convertir’ a los niños a la homosexualidad”, según el informe.
En todo el mundo, unos 70 estados miembros de la ONU, casi la mitad de ellos en África, aún criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo entre dos adultos que lo consienten, según el informe de ILGA de 2019 sobre el estado de la homofobia.
En 26 de esos países, la pena varía de 10 años de prisión a cadena perpetua.
Stephanie Busari y David McKenzie de CNN contribuyeron a este informe.