Ahora, el presidente Frank-Walter Steinmeier dispone ahora de 21 días de plazo para decidir si finalmente disuelve el Bundestag y convoca a elecciones anticipadas.
(EFE) – El canciller alemán, Olaf Scholz, pidió este lunes formalmente al presidente de la República Federal Alemania, Frank-Walter Steinmeier, la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas, tras haber perdido —tal y como estaba previsto— una moción de confianza ante el Bundestag (cámara baja).
Detalles de la petición
“El presidente Steinmeier ha recibido hoy al canciller después de que la mayoría de los diputados en el Bundestag no le otorgase su confianza. En consecuencia, el canciller ha pedido al presidente disolver el Bundestag”, anunció la portavoz de la presidencia, Cerstin Gammelin, en redes sociales.
“El presidente dispone ahora de 21 días de plazo para decidir si disuelve el Bundestag. Antes de tomar su decisión, se entrevistará con los presidentes de todos los grupos y fracciones representadas en el Bundestag”, agregó.
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Si el presidente disuelve el Bundestag, la Constitución prevé un plazo de 60 días para convocar elecciones anticipadas, aunque el Gobierno y la Oposición ya han pactado que los comicios adelantados se celebren, salvo imprevisto, el 23 de febrero.
El propio Steinmeier, que es afín a los socialdemócratas de Scholz, afirmó en el pasado que esa fecha es “realista” y todos cuentan con que seguirá el calendario previsto por el Gobierno, también porque no existen en la cámara baja otras posibles mayorías.
Un total de 394 diputados de los 717 presentes este lunes en el hemiciclo le negaron la confianza al canciller, mientras que 207 le respaldaron y 116 se abstuvieron.
Votaron por Scholz los diputados del Partido Socialdemócrata (SPD), pero también lo hizo al menos una diputada de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que proclamó que el Ejecutivo actual es el mal menor frente a uno encabezado por el líder de la oposición democristiana, Friedrich Merz, que domina los sondeos.
Scholz recurrió al mecanismo del voto de confianza —que ha sido invocado ese lunes por sexta vez en la historia postbélica de Alemania— con la intención expresa de perderlo y así poder solicitar la disolución del Bundestag tras la ruptura de la coalición de Gobierno.
Con la expulsión de los socios del Partido Liberal (FDP) a principios de noviembre, socialdemócratas y verdes ya no disponían de la mayoría necesaria para gobernar de forma efectiva.