El telescopio espacial James Webb detectó complejas moléculas en una galaxia ubicada a más de 12 mil millones de años luz de distancia. Los científicos Manuel Aravena y Manuel Solimano participaron en la investigación.
Los científicos chilenos de la Universidad Diego Portales (UDP) y del Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) Manuel Aravena y Manuel Solimano participaron en el descubrimiento que hizo el telescopio espacial James Webb de las moléculas orgánicas más distantes del universo.
De acuerdo con la entidad astrofísica, “este tipo de moléculas pueden ser halladas también en la Tierra en forma de humo, hollín y smog, lo que demuestra el enorme poder del James Webb para ayudar a comprender la química compleja que va de la mano con el nacimiento de nuevas estrellas, incluso en los períodos más tempranos de la historia del universo”.
“Al menos para las galaxias, los nuevos hallazgos arrojan dudas sobre el viejo adagio de que ‘donde hay humo, hay fuego’, afirmó Aravena.
La investigación fue publicada en la revista Nature.
En concreto, el grupo de astrónomos realizó observaciones a una galaxia ubicada a más de 12 mil millones de años luz de distancia. Debido a esto, “la luz detectada comenzó su viaje cuando el universo tenía menos de 1.500 millones de años, alrededor del 10% de su edad actual”, indicó CATA. Esta galaxia había sido descubierta en 2013 por el Telescopio Polo Sur.
La investigación
Desde CATA explicaron que “la investigación liderada por Justin Spilker de la U. Texas A&M, fue posible gracias al trabajo combinado del Telescopio James Webb y un fenómeno llamado lente gravitacional”.
“La formación de lentes, originalmente predicha por la teoría de la relatividad de Albert Einstein, ocurre cuando dos galaxias están casi perfectamente alineadas desde nuestro punto de vista en la Tierra. La luz de la galaxia de fondo es estirada y magnificada por la galaxia de primer plano en forma de anillo, conocida como anillo de Einstein”, agregó.
En ese sentido, Aravena explicó que “el efecto de lentes gravitacionales actúa como un telescopio natural, amplificando la imagen y permitiendo ver estructuras en el universo distante que sería imposible de ver de otra forma. Este efecto, unido a la sensibilidad única del telescopio Webb, nos ha permitido ver de manera nunca antes vista los componentes de moléculas orgánicas en una galaxia en el universo temprano”.
Las moléculas orgánicas detectadas son similares al smog y al humo.
“Los datos en alta definición del Webb nos muestran que hay lugares donde se detectan estas moléculas orgánicas que no están asociados a formación estelar y viceversa. Esto implica una desconexión entre esas moléculas y la formación estelar”, indicó Solimano.
Finalmente, Spilker sostuvo que “estos son los primeros días para el Telescopio Webb, por lo que los astrónomos están emocionados de ver todas las cosas nuevas que puede hacer por nosotros”.
“¿Detectar humo en una galaxia al principio de la historia del universo? Webb hace que esto parezca fácil. Ahora que hemos demostrado que esto es posible por primera vez, esperamos tratar de entender si es realmente cierto que donde hay humo, hay fuego. Tal vez incluso podamos encontrar galaxias que son tan jóvenes que moléculas complejas como estas aún no han tenido tiempo de formarse en el vacío del espacio, por lo que las galaxias son todo fuego y nada de humo. La única forma de saberlo con certeza es mirar más galaxias, con suerte incluso más lejos que esta”, sentenció.