Cerca del 2% de los enfermos con el Covid-19 han muerto, en cambio la influenza mata al 0.1%. Aún así, los expertos esperan que la recientemente declarada pandemia se comporte como la gripe que prospera en condiciones frías y disminuye en temperaturas cálidas.
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A medida que el coronavirus comenzó a extenderse por el mundo este año, un mensaje habitual de los escépticos ante las medidas de emergencia que se están implementando para detener el brote fue que era igual que la gripe: peligroso para grupos sensibles pero de rutina y no algo por lo debiera haber confinamiento.
Ahora sabemos que esa evaluación es incorrecta. En su tasa de mortalidad estimada más baja, según los datos actuales, se cree que el Covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus, mata a alrededor del 1-2% de los pacientes conocidos, en comparación con alrededor del 0,1% de la influenza.
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El coronavirus también parece ser tan infeccioso como la gripe, y aún más potencialmente, especialmente porque no hay tratamiento específico, cura o vacuna estacional. Sin embargo, hay un área en la que los expertos esperan que el virus se siga comportando como la influenza: que disminuya en primavera.
“Este es un virus respiratorio y estos siempre causan problemas durante el clima frío, por razones obvias”, dijo Nelson Michael, un destacado investigador médico militar de Estados Unidos, sobre el nuevo coronavirus la semana pasada. “Estamos todos adentro, las ventanas están cerradas, etcétera, así que típicamente llamamos a eso la temporada de gripe o influenza”, aseveró.
La influenza prospera en condiciones frías y secas, por lo que el invierno es la temporada en gran parte del hemisferio norte. Las diferencias de comportamiento en invierno también pueden tener un efecto. Michael cree que el coronavirus podría comportarse como la gripe y darnos “menos problemas a medida que el clima se calienta”, pero, advirtió, podría volver cuando el clima vuelva a enfriarse.
La esperanza es que, junto con las medidas radicales de los gobiernos y el público para disminuir el número de casos nuevos, la reducción de la propagación durante un clima más cálido daría espacio a los sistemas de salud para hacer frente a la afluencia inicial de pacientes con coronavirus y ganar tiempo para el desarrollo de una posible vacuna.
“Por eso es realmente importante entender que mucho de lo que estamos haciendo ahora es prepararnos para lo que llamamos la segunda ola”, advirtió Michael.
Pero, ¿qué pasa si el virus no se comporta como la influenza? ¿Podríamos estar lidiando con tasas de infección que permanecen altas durante todo el año? Se han confirmado más de 100 casos en Singapur, donde hace calor y bochorno durante casi todo el año. Australia, Brasil y Argentina, todos actualmente a mitad del verano en el hemisferio sur, también han reportado docenas de casos.
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Hay evidencia que sugiere que el coronavirus funciona particularmente bien en ciertos climas.
Algunas de las áreas más afectadas en todo el mundo, desde Wuhan, donde se detectó el virus por primera vez, hasta Irán, Italia y Corea del Sur, se encuentran más o menos en la misma latitud, con temperaturas y humedad relativa similares.
Investigadores de la Universidad de Maryland (UM) incluso han utilizado estos datos para intentar mapear otras partes del mundo que podrían estar en riesgo de brotes inminentes.
Aunque la investigación sigue siendo preliminar, los datos del estudio de la UM sugieren que ciertas condiciones climáticas, aunque no determinan si el virus puede sobrevivir, pueden ayudar a acelerar su propagación.
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“Además de tener una temperatura media, humedad y perfiles de latitud similares, (ubicaciones a lo largo de la latitud 30-50 ° N) también exhiben una similitud en que el momento del brote coincide con un nadir en el ciclo de temperatura anual, y por lo tanto con temperaturas relativamente estables durante un período de más de un mes”, escribieron los autores.
Incógnitas del Covid-19
Brittany Kmush, experta en salud pública de la Universidad de Syracuse de Nueva York, que no participó en el estudio de la UM, dijo que “la influenza y otros coronavirus que infectan a los humanos tienden a seguir una estacionalidad, con casos que alcanzan su punto máximo en los meses de invierno en el hemisferio norte. Sin embargo, no sabemos si este virus seguirá un patrón de estacionalidad similar”.
David Cennimo, quien estudia enfermedades infecciosas en la Escuela de Medicina de Rutgers Nueva Jersey, dijo que muchos expertos “esperan, y creo que la palabra correcta es esperanza, que el verano haga disminuir los números de casos”, aunque agregó que “los datos de los países tropicales podrían afectar esta esperanza de alguna manera”.
Tanto Cennimo como Kmush advirtieron en contra de sacar demasiadas conclusiones de los datos geográficos, señalando las muchas incógnitas que quedan sobre el virus en sí y su propagación en los últimos meses.
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“La pregunta es, ¿están (los casos tropicales) asociados a los viajes, conectados a un caso conocido o casos de origen desconocido”, dijo Kmush. “Si hay estacionalidad, esperaríamos que los casos relacionados y los casos de origen desconocido disminuyan a medida que la temperatura sube. Creo que es realmente demasiado pronto para saber si veremos un patrón estacional con el Covid-19 o no”.
Debra Chew, profesora asistente de medicina en Rutgers, estuvo de acuerdo en que la falta de comprensión del virus y cómo se comporta hace que sea casi imposible predecir algo como la estacionalidad en este momento.
“La dinámica para el control de la epidemia puede depender de factores que influyen en la transmisión del virus, como la infecciosidad y la propagación del virus por parte de personas con síntomas leves o sin síntomas, o por comportamientos para reducir la propagación del virus”, dijo. “No estamos lidiando con un virus como la influenza que se comporta de manera predecible todos los años”.
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A pesar de que los casos del coronavirus se han disparado alarmantemente en muchos países esta semana, también ha habido un atisbo de buenas noticias. Los brotes en China y Corea del Sur, anteriormente dos de los países más afectados, parecen estar estabilizándose, con menos casos nuevos semana a semana.
Esto se debe a la intervención prolongada de las autoridades de salud, que incluye una combinación de cuarentena, restricciones de viaje y el alentar a las personas a trabajar desde casa y ejercer el distanciamiento social, además de ayudar a educar al público sobre la necesidad de protocolos estrictos de desinfección.
“Realmente aún se desconoce mucho acerca de este virus”, dijo Kmush. “Si el número de casos disminuye durante el verano, sería una buena idea prepararse para un repunte durante los meses más fríos”.