De acuerdo a la justicia china, la mujer agregó un agente tóxico a los estudiantes de un maestro con el que había sostenido una pelea. La maestra ya tenía antecedentes de haber antecedentes de haber envenenado a su esposo después de una discusión.
(CNN en Español) – Una maestra de jardín de infantes que envenenó a 25 niños, matando a uno de ellos, después de una discusión con otro miembro del personal, fue condenada a muerte por un tribunal en el centro de China.
En su fallo del lunes, el Tribunal Popular Intermedio de Jiaozuo, en la provincia de Henan, describió los motivos de la asesina Wang Yun como “despreciables” y “crueles”.
Condenada a muerte
“Debería ser castigada severamente de acuerdo con la ley”, dice el fallo.
En el período previo al envenenamiento, Wang había peleado con otro maestro en el jardín de infancia de Jiaozuo sobre la mejor manera de manejar a los estudiantes.
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Luego, en la mañana del 27 de marzo de 2019, Wang agregó nitrito a la papilla suministrada por la escuela y destinada a los estudiantes del otro maestro.
Wang había comprado previamente el nitrito en línea.
Envenenar con material tóxico
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., el nitrito es tóxico.
Además es un probable carcinógeno utilizado en fertilizantes, conservación de alimentos e incluso en municiones y explosivos.
En niveles altos, puede evitar que el cuerpo humano absorba oxígeno de manera adecuada.
Wang, la maestra condenada a muerte en China, había sido atrapada anteriormente tratando de envenenar a su esposo, de apellido Feng.
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Ese incidente ocurrió en febrero de 2017, después de una discusión. En esa ocasión, Wang vertió nitrito en un vaso utilizado por Feng, causándole daños leves.
En el momento del envenenamiento del jardín de infancia, un padre habló con el tabloide estatal China Global Times y dijo que había recibido una llamada de la escuela en la que le dijeron que su hijo había vomitado y se había desmayado.
Cuando llegó, su hijo estaba inconsciente.
“El vómito estaba en (sus) pantalones. Había otros niños que también estaban vomitando y se veían pálidos”, relató el hombre de apellido Li.