Aunque no es un partido nuevo, Vox apareció recién ahora en las papeletas españolas al conseguir 12 escaños en las elecciones anticipadas de Andalucía. Con un discurso nacionalista y contrarios a la ley de violencia de género, ponen en peligro el dominio del PSOE en la zona.
Como un “terremoto” en el panorama electoral describieron los medios españoles los resultados de las elecciones anticipadas en Andalucía, la región más poblada de España y que, hasta este domingo, había sido dominada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con mayoría absoluta.
Pese a que los socialistas aún tienen mayoría, la pérdida de 14 escaños respecto a 2015 dificulta la posibilidad de Susana Díaz, líder del PSOE y actual presidenta de la Junta de Andalucía, de repetir gobierno.
Los comicios estuvieron marcados por la baja en la participación -58,65%, casi cuatro puntos menos que en 2015- y la irrupción de Vox, un partido de ultraderecha que pasó del 0,46% de los votos en 2015 a un 10,97%, obteniendo 12 escaños con diputados en las ocho provincias.
La existencia de Vox data de 2013, año en que nació como un contrapeso para el Partido Popular (PP). Fue fundado, entre otros, por su actual presidente, Santiago Abascal, ex miembro del PP.
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Hasta hace poco la presencia de Vox había sido irrelevante en España, con grandes fracasos electorales, el último de ellos en 2016. Sin embargo, la crisis interna del PP y la destitución de Mariano Rajoy, así como el avance de ideas conservadoras en varias parte del mundo, le dieron el impulso que necesitaba.
“Estamos dispuestos a construir una alternativa en Andalucía a la corrupción socialista y al comunismo chavista que estaba dirigiendo el cotarro”, dijo Abascal tras el triunfo en las urnas de este domingo.
“Hemos venido para quedarnos”, afirmó por su parte Francisco Serrano, líder de Vox en Andalucía.
El triunfo de Vox representa por primera vez la presencia de un partido de extrema derecha en España. Su discurso está marcado por un fuerte carácter nacionalista y antifeminista.
En su discurso, Abascal afirmó que los ciudadanos de Andalucía votaron “contra la inmigración ilegal. Han votado para decir que los españoles han de tener prioridad en el acceso a los servicios sociales”.
Entre sus medidas está la “derogación de ley de violencia de género”, ya que consideran que “discrimina a un sexo de otro”. También están por la “supresión de organismos feministas radicales subvencionados” y la “persecución efectiva de denuncias falsas”. Plantean, así, “una ley de violencia intrafamiliar que proteja por igual a ancianos, hombres, mujeres y niños” .
En Vox también son contrarios al aborto, por lo que buscan derogar la legislación actual. Para ellos la “defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural”.
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Otra de las leyes que proponen derogar es la Ley de la Memoria Histórica, porque “ningún parlamento está legitimado para definir nuestro pasado, y menos excluyendo a los españoles que difieren de sus definiciones”. Aseguran que el pasado está siendo usado para dividir a los españoles, y en lugar de eso “hay que homenajear conjuntamente a todos los que, desde perspectivas históricas diferentes, lucharon por España”.
Aunque aún no han concretado las condiciones para un acuerdo con el PP y Ciudadanos, una alianza entre estos tres podría desbancar al PSOE del gobierno andaluz por primera vez en 36 años. Si se agrupan todos sus escaños, la derecha suma mayoría absoluta.
Todo esto ocurre a un mes de la llegada de 2019, año que estará marcado por las elecciones municipales, regionales y europeas.
“Si depende de nosotros, acabaremos con el régimen socialista”, afirmó Abascal.
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Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
