China, Rusia y Corea del Norte se oponen enérgicamente a su presencia, y dicen que el THAAD está alimentando una carrera armamentista.
(CNN Español) – Un sistema de defensa antimisiles construido en territorio estadounidense interceptó este martes con éxito a su objetivo durante una prueba, aseguró la Agencia de Defensa de Misiles (MDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
El THAAD (en inglés: Terminal High Altitude Area Defense) derribó con éxito un objetivo sobre Alaska, según un comunicado de prensa.
“No podría estar más orgulloso del equipo del gobierno y el contratista que ejecutó esta prueba de vuelo hoy”, dijo el teniente general de la MDA, Sam Greaves, en el comunicado. “Esta prueba demuestra las capacidades del sistema de armas THAAD y su capacidad de interceptar y destruir las amenazas de los misiles balísticos”.
Un funcionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos dijo a CNN que la prueba no está relacionada con el reciente lanzamiento de misil balístico intercontinental (ICBM) de Corea del Norte.
Cada sistema THAAD se compone de cinco componentes principales: interceptores, lanzaderas, un radar, una unidad de control de fuego y equipos de apoyo, según Lockheed Martin, la compañía de seguridad y aeroespacial que sirve como contratista principal.
Está diseñado para disparar misiles balísticos cortos, medianos e intermedios con rangos más cortos que el ICBM que Corea del Norte lanzó el 4 de julio.
El radar detecta primero un misil entrante. Aquellos que manejan el sistema identifican la amenaza, entonces una lanzadera montado en un camión dispara un proyectil, que Lockheed Martin denomina como un “interceptor”, al misil balístico con la esperanza de destruirlo usando energía cinética, básicamente su velocidad.
Algunos analistas lo comparan con derribar una bala con otra bala.
Tensiones en la península
Tras la prueba del ICBM, las fuerzas armadas y las comunidades de inteligencia estadounidenses comenzaron a echar un vistazo a las últimas noticias sobre el programa nuclear de Corea del Norte, según dos funcionarios de defensa estadounidenses.
Corea del Norte ha afirmado previamente que ha miniaturizado con éxito una ojiva nuclear que podría ir en el extremo delantero de un misil balístico intercontinental.
Aunque los analistas dicen que es bastante difícil verificar esa afirmación, los comandantes estadounidenses han decidido, a efectos de planificar las opciones militares, que tienen que asumir que Pyongyang tiene esa capacidad.
“Sé que hay algún debate sobre los avances en miniaturización realizados por Pyongyang“, dijo el almirante Harry Harris, jefe del Comando del Pacífico de Estados Unidos, en un discurso el mes pasado. “Supongo que sus afirmaciones son verdaderas, y sé que sus aspiraciones sí lo son”.
La escalada del programa nuclear de Pyongyang también ha llevado a una mirada más cercana a la eficacia de los sistemas de defensa antimisiles mantenidos por Estados Unidos y sus aliados.
El ejército estadounidense ya había comenzado a desplegar el sistema THAAD en Corea del Sur a principios de este año, para disgusto de algunos de los vecinos de Seúl.
China, Rusia y Corea del Norte se oponen enérgicamente a su presencia, y dicen que el THAAD está alimentando una carrera armamentista. Los analistas señalan que la mayor preocupación de Beijing es probable que el poderoso radar del THAAD pueda usarse para husmear en China y anular sus propias capacidades de disuasión.
Pero el sistema también tiene detractores en Corea del Sur. El despliegue de THAAD fue aprobado por la destituida expresidenta Park Geun-hye, quien actualmente está siendo juzgada por un escándalo de corrupción. Su más conciliador sucesor, Moon Jae-in, hizo campaña con la promesa de poner en discusión el tema en el Parlamento del país.
Moon ha suspendido el despliegue del THAAD, en espera de una evaluación de impacto ambiental.
Esa prueba consistía en disparar una nueva versión del misil interceptor terrestre de largo alcance, el cual está actualmente destacado en Alaska y California. Ese programa ha estado en existencia por más de una década, pero sólo alrededor de la mitad de las pruebas han tenido éxito, según el Departamento de Defensa.
Aunque el Pentágono calificó la prueba como un éxito, algunos expertos advirtieron que el sistema de defensa antimisiles de 40.000 millones de dólares todavía tiene un largo camino por recorrer antes de que pueda ser considerado como totalmente desarrollado.