Las guías europeas recomiendan no usar terapias anticoagulantes como la aspirina a cualquier edad.
Si eres un adulto mayor sano que busca maneras de reducir tu riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, no eches mano de la sugerencia a esa edad: la aspirina diaria en dosis bajas. Ya no se recomienda como preventivo para los adultos mayores que no tienen un riesgo alto o una enfermedad cardíaca existente, según las pautas anunciadas este domingo por el American College of Cardiology y la American Heart Association.
“En su mayor parte, ahora somos mucho mejores en el tratamiento de factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes y, especialmente, el colesterol alto”, dijo la cardióloga Carolina Campbell, quien no participó en las nuevas pautas. “Esto hace la mayor diferencia, probablemente anulando cualquier beneficio de aspirina percibido previamente en la prevención primaria”.
Los médicos pueden considerar la aspirina para ciertos pacientes mayores de alto riesgo, como aquellos que tienen problemas para bajar su colesterol o controlar sus niveles de azúcar en la sangre, siempre que no haya un mayor riesgo de sangrado interno, dicen las pautas. Las guías europeas recomiendan no usar terapias anticoagulantes como la aspirina a cualquier edad.
“Los clínicos deben ser muy selectivos en la prescripción de aspirina para personas sin enfermedad cardiovascular conocida”, dijo en un comunicado el cardiólogo del hospital John Hopkins, Roger Blumenthal, quien fue uno de los presidentes de las nuevas directrices. “Es mucho más importante optimizar los hábitos de vida y controlar la presión arterial y el colesterol en lugar de recomendar la aspirina”.
El uso de la aspirina en grupos de edad más jóvenes “ahora es una recomendación de clase 2b”, dijo Campbell, “lo que significa que no es necesariamente el mejor camino de acción; existe un gran debate entre los expertos y los datos no son definitivos”, agregó.
Sin embargo, personalmente, dice Campbell, “abogaría por un estilo de vida saludable, dejar de fumar y modificar los factores de riesgo antes de siquiera considerar la terapia con aspirina en un paciente sin enfermedad cardiovascular conocida”.
Sin embargo, para cualquier persona que haya tenido un derrame cerebral, un ataque cardíaco, una cirugía a corazón abierto o la colocación de stents o mallas para abrir las arterias obstruidas, la aspirina puede salvar vidas.
“En última instancia, debemos individualizar el tratamiento para cada paciente, según su situación individual”, dijo Campbell.
Nueva investigación sobre la aspirina
Tres estudios recientes encontraron que tomar una aspirina diaria en dosis bajas es, en el mejor de los casos, una pérdida de dinero para adultos mayores sanos. En el peor de los casos, puede aumentar el riesgo de sangrado interno y muerte prematura.
“La aspirina debe limitarse a las personas con el mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y un riesgo muy bajo de sangrado”, dijo Blumenthal.
Los pacientes deben trabajar en estrecha colaboración con sus médicos para establecer su riesgo de sangrado. Ese riesgo aumenta a medida que uno envejece o desarrolla enfermedad renal, enfermedad cardíaca, diabetes y presión arterial alta. Un antecedente de úlceras o sangrado, especialmente en el tracto gastrointestinal, o anemia también es un factor de riesgo. Ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos, los esteroides, los anticoagulantes orales directos y la warfarina, un anticoagulante, también pueden aumentar la posibilidad de sangrado.
Las pautas enfatizan que las estatinas, junto con los cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable para el corazón, ejercicio regular, pérdida de peso y evitar fumar, deben considerarse para prevenir enfermedades del corazón en cualquier persona con niveles de LDL de más de 190 miligramos por decilitro. LDL significa lipoproteínas de baja densidad y es el colesterol “malo” que obstruye las arterias y conduce a enfermedades del corazón.
Cambio de recomendaciones para la diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 es un factor de riesgo primario para las enfermedades cardiovasculares, y las pautas de 2019 hacen hincapié en una dieta, ejercicio y un plan de control de peso como la primera línea de tratamiento. Esfuércese por hacer al menos 150 minutos a la semana de ejercicios de intensidad moderada, como caminar a paso ligero y nadar, según las directrices. Luego agregue otros 75 minutos de ejercicio de alta intensidad, como correr y entrenar en circuito.
La medicación de primera línea debe incluir metformina, dicen las pautas. Si se necesitan medicamentos adicionales, dos nuevas clases de medicamentos son prometedoras para reducir los eventos cardiovasculares en las personas con diabetes tipo 2: los inhibidores de SGLT-2, que trabajan para aumentar la eliminación de glucosa y sodio a través de los riñones; y agonistas de GLP-1R, que aumentan la producción de insulina y glucosa en el hígado.
Las nuevas investigaciones sobre estas dos clases de medicamentos para la diabetes muestran que también pueden reducir el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y muertes relacionadas, dicen las directrices.