Los investigadores han determinado que estos huesos encontrados en Polonia tienen 115.000 años.
Cuando los investigadores descubrieron los restos humanos más antiguos encontrados en Polonia hace unos años, no se dieron cuenta de que los huesos escondían un espantoso secreto.
Solo fue hasta este año que se dieron cuenta que los huesos eran humanos. Su demora se debió a que estos se encontraban entre huesos de animales. Los investigadores descubrieron que eran humanos durante un análisis de laboratorio, según Science in Poland.
Las dos pequeñas falanges, o huesos digitales de la mano, miden alrededor de un centímetro y pertenecen a un niño neandertal que tenía entre 5 y 7 años. Los investigadores han determinado que los huesos tienen 115.000 años.
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Dos antropólogos, Anita Szczepanek (de la Universidad Jagiellonian en Cracovia) y Erik Trinkaus (de la Universidad de Washington en St. Louis), confirmaron que los huesos pertenecían a un niño neandertal.
Un análisis reveló que los huesos estaban llenos de numerosos agujeros, creando una superficie muy porosa. Ese detalle fue muy revelador, dijeron los investigadores.
“Los análisis muestran que es el resultado de pasar por el sistema digestivo de un ave grande. Este es el primer ejemplo conocido de la Era de Hielo”, dijo Pawel Valde-Nowak, investigador del equipo y profesor del Instituto de Arqueología de la Universidad Jagellónica, en un comunicado.
Restos óseos del niño neandertal hallado en Polonia. Años después de su hallazgo se descubrió que fue deglutido por un ave gigante.
Los investigadores creen que el ave atacó y consumió parcialmente al niño, o se alimentó del niño después de que muriera.
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Desafortunadamente los huesos están mal conservados, lo que elimina la posibilidad de un análisis de ADN.
Anteriormente, los restos humanos más antiguos destapados en Polonia eran tres molares neandertales que se estimaban en unos 52.000 años.
En esta cueva, en Polonia, se hallaron los restos del niño neandertal junto a otros huesos de animales.
Las falanges se descubrieron en la cueva de Ciemna, donde se han realizado excavaciones durante décadas. Se encontraron en una capa profunda casi 3 metros por debajo de la superficie actual, junto con herramientas de piedra utilizadas por los neandertales. No está claro si los huesos terminaron en la cueva porque los neandertales vivían allí o porque la usaban por temporadas.
Los hallazgos serán publicados este año en el Journal of Paleolithic Archaeology.