La joven ecuatoriana había acudido al local junto a su novio y unos amigos. "No he vuelto a saber nada de ella", señaló su padre.
(EFE) – “Mami, la amo, voy a morir“, con ese audio enviado a su madre se despidió una joven ecuatoriana desaparecida en el incendio de este domingo en varias discotecas de la ciudad española de Murcia, en el que al menos trece personas perdieron la vida y varias resultaron intoxicadas.
La joven había acudido a una de las discotecas junto a su novio, de la misma nacionalidad, y unos amigos desde la cercana localidad de Caravaca de la Cruz para pasar la noche, según explicó a los periodistas su padre, Jairo, quien esperaba información en la zona del suceso.
Según las últimas informaciones, el fuego se inició a primera hora del día en el primer local y se propagó a las dos discotecas contiguas, por lo que la Policía no descarta que se puedan encontrar más fallecidos.
“Es mi hija y no he vuelto a saber nada de ella. Tampoco de su novio”, indicó Jairo después de poner el audio entrecortado en el que la joven se despide de la familia y explica que se han quedado sin luz.
Jairo detalló que desconocía el lugar exacto donde se encontraba su hija y que ningún otro miembro de su grupo de amigos se ha puesto en contacto con sus familias.
Darwin, también de nacionalidad ecuatoriana y vecino de Murcia, buscaba información sobre una amiga de su mujer dada por desaparecida, de 46 años, y explicó a EFE conmovido que había coincidido con un compañero de trabajo que había perdido a su hijo.
Este último formaba parte del numeroso grupo de amigos que celebraba un cumpleaños en La Fonda Milagros, el primero de los locales de ocio incendiados y que se vieron sorprendidos por el fuego que afectó a la parte de arriba del inmueble.
“Es horrible, aún no se sabe nada y podría habernos pasado a cualquiera de quienes tenemos hijos en edad de salir de noche. Mis hijos, afortunadamente, se quedaron anoche en casa”, señaló.
Decenas de familiares y amigos de los desaparecidos hacen guardia en el Palacio de Deportes de Murcia, donde se ha instalado un punto de información y donde son atendidos por voluntarios y psicólogos.
Las labores de identificación de los fallecidos las lleva a cabo la policía científica cotejando el ADN con sus familiares.
Este incendio es el más mortífero registrado en España en un local de ocio desde la tragedia vivida en 1990 en la discoteca “Flying” de Zaragoza, donde murieron 43 personas.