"Los participantes de la Asamblea General de la ONU probablemente están esperando que Trump apunte su "fuego y furia" decididamente contra Teherán". Lee el análisis de Samantha Vinograd, analista de seguridad nacional de CNN.
Samantha Vinograd es analista de seguridad nacional de CNN. Trabajó en el Consejo Nacional de Seguridad de Estados Unidos durante la presidencia de Barack Obama, de 2009 a 2013, y en el Departamento del Tesoro en la presidencia de Bush. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
Para ayudar a Trump a prepararse para la Asamblea General de la ONU, esta semana, haremos un análisis de la situación en este informe presidencial semanal.
Algunos de los personajes principales estarán ausentes, pero su presencia se dejará sentir, sin duda. Ni el presidente de China, Xi Jinping, ni el de Rusia, Vladimir Putin, asistirán, pero tratarán de moldear los acontecimientos desde la distancia.
Putin lo hará a través de su ministro del Exterior, Serguéi Lavrov, a quien Trump verá en la asamblea del Consejo de Seguridad que presidirá y posiblemente en una reunión bilateral. Lo más probable es que Lavrov repita lo que su jefe le haya dicho. Es probable que intente que Trump halague a Putin y que lo presione para que sostengan una segunda reunión… mientras el equipo de Estados Unidos censura a Rusia por cualquiera de sus actos malévolos.
Rusia quiere provocar un cisma entre Donald Trump y su equipo, así que entre más logre Lavrov que Trump alabe a Rusia hablando de su relación especial mientras su equipo señala la conducta problemática de Rusia, mejor para Putin.
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Al igual que Rusia, China es miembro del Consejo de Seguridad. Los chinos están ofendidos porque Trump los sancionó por haber comprado armas rusas, por la guerra comercial y por otras cosas, así que lo más probable es que hagan algo de ruido cuando Trump encabece la reunión del Consejo de Seguridad el miércoles 26 de septiembre.
No olviden a Kim Jong Un, quien no irá a Nueva York (aún). Sin embargo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Michael Pompeo, se reunirá con el ministro del Exterior de Corea del Norte. Pese a su ausencia, es probable que Kim dé mucho de qué hablar: qué quiere, qué necesita y qué hará después.
El club de los chicos malos
El club de los chicos malos de la Asamblea General será un poco diferente este año: el jugador estrella de 2017, Kim, probablemente no esté en la alineación.
El año pasado, Trump habló de los regímenes rebeldes con las “armas más destructivas que la humanidad conoce”, una referencia clara a Corea del Norte. Sin embargo, ahora casi nadie espera que Trump reconozca el arsenal ilegal de armas de destrucción masiva de Corea del Norte porque está muy centrado en halagar a Kim.
Como Corea del Norte salió apresuradamente de la lista de parias mundiales y Trump decidió retirarse del tratado nuclear con Irán, volver a implementar sanciones a Irán o emprender una campaña pública en contra del régimen, los participantes de la Asamblea General probablemente están esperando que Trump apunte su “fuego y furia” decididamente contra Teherán.
Es probable que los iraníes estén afinando los detalles sobre sus declaraciones públicas y privadas sobre Trump, así que lo más probable es que haya una guerra de declaraciones. Posiblemente quieran provocar que el inquilino de la Casa Blanca se distancie públicamente porque eso le daría al régimen algo o alguien a quién culpar, con el fin de seguir intentando dirigir el descontento nacional contra Trump en vez de contra sus propias políticas fallidas.
Es probable que los palestinos estén esperando estar en la lista de chicos malos de Trump. Su decisión de recortar el financiamiento a los palestinos, de cerrar la oficina de la Organización para la Liberación de Palestina en Washington y las críticas de su equipo contra la Autoridad Palestina significan que los países árabes estarán pensando en cómo reaccionar a cualquier otro ataque de Estados Unidos contra los palestinos.
Por otro lado, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, exhortará a Trump a denunciar a los iraníes (como lo hizo el año pasado) y a los palestinos mientras lo halaga por ser el mejor amigo de Israel.
Críticas a la ONU
Con base en los comentarios negativos que Trump hizo sobre Naciones Unidas y sobre su mensaje en video de este fin de semana, en el que afirma que la ONU no está a la altura de su potencial, el secretario general António Guterres y otros probablemente esperan más críticas al organismo. Es probable que les preocupe que Estados Unidos se retire del organismo o al menos de otros de sus órganos principales, especialmente porque ya se retiró de la Unesco y anunció que cancelaría el financiamiento a la Agencia para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (la agencia que ayuda a los refugiados palestinos), además de que amenazó con salirse de la Organización Mundial de Comercio y de la Corte Penal Internacional.
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Guterres dijo que “haría lo posible para evitar” que Estados Unidos se retire de otros órganos, así que es probable que hable del éxito de Trump con los recortes al presupuesto de la ONU y las reformas a las operaciones de pacificación y seguridad para mantenerlo comprometido con el mejoramiento de Naciones Unidas.
Todo es cuestión de dinero
El eje de la Asamblea General de este año serán las “responsabilidades compartidas” y los asistentes saben que lo que le gusta de verdad a Trump es que otros países paguen más y que Estados Unidos pague menos por la estabilización en Siria y la alianza de la OTAN, por ejemplo.
Como Estados Unidos es el mayor contribuyente al presupuesto regular de la ONU y sus operaciones de pacificación, es probable que los homólogos de Trump estén preparándose para la posibilidad de que les pida que aporten más al presupuesto de la ONU pese a que las contribuciones al organismo no son arbitrarias, sino que se basan en factores como el ingreso nacional bruto y el ingreso per cápita.
Los asistentes saben que Trump ha tuiteado que quiere que la asistencia de su país al exterior se dirija a “¡Estados Unidos, a nuestras fuerzas armadas y a los países que nos ayudan!”. Lo más probable es que ahora se considere que el dinero de Estados Unidos es una recompensa a la buena conducta y no dinero destinado a donde se necesita, cuando se necesita. Guterres se refirió al decremento del “poder suave” de Estados Unidos y es probable que el nuevo enfoque de Trump respecto a la asistencia al exterior sea un factor que contribuya a este fenómeno, al menos para Guterres.
Cada país tiene sus intenciones
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, probablemente presione a Trump para que coopere con él y con Kim luego de su reciente cumbre. Se dice que le trae a Trump un mensaje de Kim. Entre los objetivos del escuadrón de Kim y Moon probablemente está convencer a Trump de tomar “medidas correlativas”, tales como la declaración formal del fin de la Guerra de Corea, antes de que Kim tome medidas para la desnuclearización.
Cuando Trump se reúna con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y con la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, debería estar preparado para que presenten objetivos claramente articulados en relación con Irán y las excepciones a las sanciones. May y otros miembros de la Unión Europea están en medio de un divorcio caótico por el Brexit, pero están de acuerdo en que hay que salvar el tratado con Irán, al menos a cierto grado, y piensan que la restauración total de las sanciones de Estados Unidos, en noviembre, condenarán a muerte al tratado.
Sin embargo, muchos de los asistentes a la Asamblea General se preguntarán si Trump sabe jugar en equipo. El enfoque unilateral que ha adoptado en ciertas decisiones de política exterior (como mudar la embajada en Israel a Jerusalén, abandonar el tratado con Irán y el Acuerdo de París para el clima, así como abandonar el Comité de Derechos Humanos de la ONU y más) indican que Trump cree que es mejor hacer las cosas solo que la diplomacia con otros países.
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Las cosas siguen igual
Persiste la guerra en Siria y Yemen. Hay 68,5 millones de desplazados en todo el mundo y abundan los desastres humanitarios.
Aunque no ha cambiado la necesidad de asistencia humanitaria del extranjero y otra clase de apoyos (como la aceptación de refugiados y migrantes), es probable que los demás miembros estén conscientes de que Trump ha reducido el tope de admisión de refugiados a 30 mil para el próximo año fiscal y que boicoteó a la ONU en el tema de la migración. Es probable que piensen que a Trump le es indiferente la situación de los necesitados o que no los considera prioridad.