El presidente de Estados Unidos señaló a los periodistas a bordo del Air Force One que le gustaría que Jordania y Egipto recibieran a los desplazados de Gaza. ¿Qué impacto podría generar esta medida en Medio Oriente? Revisa aquí las voces de los expertos.
(CNN) — La propuesta del presidente de EE.UU., Donald Trump, de “limpiar” Gaza trasladando a más de un millón de palestinos a países vecinos ha provocado críticas contundentes, con opositores condenándolo como limpieza étnica y advirtiendo sobre el posible caos en la región.
Trump dijo el sábado que le gustaría que Jordania y Egipto recibieran a los gazatíes desplazados internamente por la devastadora guerra de Israel en el enclave. “Estamos hablando de un millón y medio de personas, y simplemente limpiamos todo eso”, dijo a los periodistas a bordo del Air Force One.
La posible transferencia, dijo, “podría ser temporal” o “podría ser a largo plazo”. Ambos países rechazaron rápidamente la idea.
Sin embargo, de ser adoptada, la propuesta marcaría un claro quiebre con la postura de la administración Biden de que Gaza no debería ser despoblada y podría señalar un cambio de la posición estadounidense de larga data de que Gaza debería ser parte de un futuro estado palestino.
También alinearía a la administración Trump con los políticos de extrema derecha más radicales de Israel, que abogan por trasladar a los palestinos fuera del territorio para dar paso a asentamientos judíos.
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El presidente de EE.UU., Donald Trump, habla con los periodistas a bordo del Air Force One mientras viaja de Las Vegas a Miami el sábado. Mark Schiefelbein/AP.
La propuesta de Trump fue celebrada por políticos israelíes extremistas, incluidos el ministro de finanzas Bezalel Smotrich —que ha suscitado controversia al afirmar que “no existe tal cosa como un pueblo palestino”— y el exministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, quien fue condenado por apoyar el terrorismo e incitar al racismo antiárabe.
Los políticos palestinos la denunciaron como un plan para limpiar étnicamente a los gazatíes de su tierra.
Y en Estados Unidos, incluso el senador Lindsey Graham —uno de los más fervientes defensores de Israel en el Congreso— dijo a CNN en una entrevista que no creía que la idea fuera “demasiado práctica”.
“No sé de qué está hablando”, dijo Graham, refiriéndose a Trump.
Los expertos advierten que más allá de las preocupaciones morales y legales, una afluencia de refugiados a los países árabes vecinos podría desestabilizarlos y representar una amenaza existencial. Coincidir con la propuesta de Trump, dicen, provocaría una amplia indignación pública, un riesgo insostenible para esos gobiernos.
“Una segunda Nakba palestina”
“Si ellos aceptaran ser participantes y albergar a los palestinos en una limpieza étnica, eso sin duda sería irritante y genuinamente desestabilizador para ambos países”, dijo Timothy Kaldas, subdirector del Instituto Tahrir para la Política de Medio Oriente en Washington, a CNN.
Ambos gobiernos, egipcio y jordano, “enfrentarían una oposición interna abrumadora si se les viera por sus públicos como complacientes con una segunda Nakba palestina”, dijo Hasan Alhasan, investigador principal de política de Medio Oriente en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Bahrein, refiriéndose a 1948, cuando aproximadamente 700.000 palestinos huyeron o fueron expulsados por la fuerza de sus hogares en Palestina histórica, durante la creación de Israel.
Israel ha prohibido su regreso y el de sus descendientes, dejando a millones de refugiados en países vecinos sin ciudadanía ni perspectivas de reasentamiento permanente.
“Dado que es muy poco probable que los palestinos de Gaza abandonen voluntariamente, un desplazamiento forzado hacia Egipto o Jordania plantearía una variedad de amenazas existenciales para estos dos países”, dijo Alhasan.
Para Jordania, que ya alberga a millones de palestinos, un cambio demográfico “amenazaría el control del poder de la monarquía hashemita”, dijo, y agregó que financieramente, “ni Egipto ni Jordania pueden permitirse albergar a millones de refugiados adicionales”.
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Gazatíes desplazados regresando hacia la ciudad de Gaza el 27 de enero. AFP/Getty Images.
Egipto y Jordania son dos de los aliados más cercanos de EE.UU. en el Medio Oriente y principales receptores de ayuda estadounidense que durante décadas han alineado sus políticas regionales con los intereses del país. Fueron los primeros países árabes en firmar tratados de paz con Israel y han mantenido relaciones cordiales con este, incluyendo coordinación en materia de seguridad, a pesar del descontento público generalizado.
Jane Kinninmont, experta en conflictos en la European Leadership Network, un grupo de reflexión, y coanfitriona del podcast Disorder, dijo que a lo largo del tiempo, la influencia de Jordania y Egipto en Washington ha sido opacada por los estados árabes del Golfo, como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Lo que queda por verse, agregó, es hasta dónde llegarán esos países en “enviar un mensaje claro a Washington de que el desplazamiento masivo no hará desaparecer el conflicto”.
“Es importante que los países de la región enfatizen que el tema de los refugiados es uno de los factores que impulsa el conflicto actual y que hacer más palestinos refugiados no resolverá eso. Esto va directamente al corazón del conflicto,” dijo Kinninmont.
Preocupaciones de seguridad
El domingo, tanto Egipto como Jordania reafirmaron su rechazo a la deportación o reubicación de palestinos.
“Jordania es para los jordanos y Palestina es para los palestinos,” dijo el ministro de Relaciones Exteriores jordano, Ayman Safadi, en una conferencia de prensa en Ammán el domingo. “Nuestro rechazo a la deportación es firme e inmutable”.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto también dijo que rechaza “la deportación o el fomento del traslado o la eliminación de palestinos de su tierra”.
A lo largo de la guerra, Jordania y Egipto han desestimado llamados internos para romper lazos con Israel, y Egipto ha desempeñado un papel clave de mediación entre Israel y Hamas.
En octubre de 2023 estallaron protestas en ambos países en apoyo a los palestinos en Gaza, con muchos mostrando descontento con la cooperación de sus gobiernos con Israel dado el alto costo humano de la guerra de Israel.
Kaldas, del Instituto Tahrir, dijo que aceptar un traslado de población palestina sería más costoso para los dos países que perder la ayuda estadounidense de la que ambos dependen.
Egipto y Jordania ya albergan un número considerable de refugiados.
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Automóviles circulan por una calle en el campo de refugiados palestinos de Baqa’a cerca de Ammán, Jordania, en mayo de 2024. Khalil Mazraawi/AFP/Getty Images.
Hasta enero, había 877.000 refugiados y solicitantes de asilo registrados en Egipto, según el ACNUR, la agencia de refugiados de las Naciones Unidas. En mayo, el embajador palestino en El Cairo, Diab al-Louh, dijo que hasta 100.000 gazatíes habían cruzado a Egipto desde que comenzó la guerra, según Reuters.
En Jordania, más de 2,39 millones de refugiados palestinos están registrados en la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, informó la agencia.
Ambos países también pueden tener preocupaciones de seguridad si sus territorios se convierten en bases de lanzamiento para ataques contra Israel, dijo Alhasan. Eso podría tensar aún más sus tratados de paz con Israel, añadió.
“Al buscar despoblar Gaza de sus habitantes palestinos, Trump… está atendiendo las demandas de los fanáticos de extrema derecha de Israel”, dijo Alhasan.
“Irónicamente, la propuesta de Trump, si se materializara, sería en realidad autodestructiva”, dijo.
Desestabilizar a Egipto y Jordania “favorecería a las fuerzas políticas islamistas, notablemente a la Hermandad Musulmana” y estas resultarían “mucho menos amigables con EE.UU. y más afines a Hamas”.
Betsy Klein, Lex Harvey, Ibrahim Dahman, Dana Karni, Sophie Tanno, Mounira Elsamra y Abeer Salman de CNN contribuyeron a este informe.