EE.UU. se acerca a Cuba y Venezuela para salvar la Cumbre de las Américas

Por CNN Chile

18.05.2022 / 19:18

A un mes del evento, el presidente Joe Biden trata de sortear, con una serie de medidas, un posible boicot orquestado por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al que se sumarían otros mandatarios, en protesta debido a que el gigante del norte no invitó a los representantes de Cuba ni Venezuela.


(EFE) – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decidió relajar las sanciones contra Cuba y Venezuela en un momento en que parte de la región ha criticado a su gobierno por no invitar a esos dos países a la próxima Cumbre de las Américas.

Cuando falta menos de un mes para la cita, que debe reunir a jefes de Estado y de Gobierno de la región desde el 6 al 10 de junio, Biden trata de sortear un posible boicot orquestado por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al que se sumarían otros mandatarios.

La administración Biden anunció el lunes el restablecimiento de los vuelos comerciales a Cuba más allá de La Habana, la supresión del límite en el envío de remesas y la recuperación de un programa de reunificación familiar, siendo los primeros pasos en la apertura hacia la isla que prometió en campaña electoral.

Solo un día después, el martes, informó que levantará algunas sanciones económicas contra Venezuela, entre ellas, la prohibición a la petrolera estadounidense Chevron de negociar con la estatal PDVSA, a cambio de que se reactive el diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, que tenía lugar en Ciudad de México.

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EE.UU. llevaba meses trabajando en estos anuncios y decidió hacerlos públicos en un momento en que la Cumbre de las Américas, en la que Biden quiere impulsar un pacto migratorio regional, entró en crisis por la decisión de la Casa Blanca de no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

A las condiciones puestas por López Obrador, quien anunció su ausencia en la cumbre si no se invita a todos los países de América, se sumó el líder boliviano Luis Arce, así como la Comunidad del Caribe (Caricom), que cuenta con 15 miembros, quienes han puesto en duda su participación por el mismo motivo, y ha señalado presiones de EE.UU. para que cambie de opinión.

En tanto, los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Chile, Gabriel Boric; y de Honduras, Xiomara Castro, no han descartado su participación, pero han exigido que no se excluya a nadie en el cónclave.

Tras los anuncios sobre Cuba y Venezuela, Christopher Dodd, asesor de Biden para la cumbre, se reunió este miércoles por videoconferencia con López Obrador, en un intento de acercar posturas. Al concluir, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, explicó que el presidente de México le reiteró su postura de que se debe “invitar a todos los países del continente, sin exclusión a nadie”.

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Lo cierto es que la Casa Blanca todavía no ha enviado las invitaciones a la cumbre, tal y como confirmó este miércoles en una rueda de prensa la portavoz del gobierno estadounidense, Karine Jean-Pierre. Pero semanas atrás, el subsecretario para América Latina, Brian Nichols, dijo que no esperaba que se invite a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua porque, a su entender, incumplen los mínimos requisitos democráticos.

Algunos senadores ya han levantado la voz contra el gesto de Biden hacia La Habana y Caracas, incluido el demócrata Bob Menéndez, presidente de la comisión de Exteriores de la Cámara Alta e influyente en la política sobre Latinoamérica. En una rueda de prensa el martes, exigió que la relajación de sanciones no sea el preludio para la invitación de Cuba y Venezuela a la cita de junio, puesto que entonces ya “no sería una cumbre de democracias“.

Paralelamente, Biden trata de asegurar la participación de sus aliados más cercanos a la cumbre, como el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, a quien llamó anoche para abordar el asunto. Precisamente, la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, inició este miércoles una gira por Ecuador, Costa Rica y Panamá para acabar de afinar los detalles de la cumbre.