Más de un millón de manifestantes en las calles exigen mejoras en el sistema público y una mayor presencia del Estado.
Más de un millón de manifestantes en las calles exigen mejoras en el sistema público y una mayor presencia del Estado.
En Brasil durante los últimos años, 40 millones de personas ascendieron socialmente y el país llegó a ser la sexta economía a nivel mundial. En palabras de Iole Ilíada, analista política brasileña, “la vida privada mejoró, pero la vida pública no si se compara en la misma proporción”. En cuanto a la educación, salud y transporte público, la analista dijo que “no estaban siendo atendidas como exigen las personas”, lo que derivó en las manifestaciones sociales que ya cumplen dos meses y se muestran como las más violentas desde 1990.
El alza del pasaje del transporte público para cubrir los gastos de construcción de estadios para el mundial de fútbol 2014, llevó a los ciudadanos a copar las calles de las principales ciudades. “Las manifestaciones eran muy heterogéneas, había gente reivindicando diversas demandas”, que incluyen nuevos hospitales y una mejor educación. Para la vicepresidenta de la Fundación Perseu Abramo “no es una cuestión de dinero, es una cuestión de exigir más Estado”.
Según Iole Ilíada, la excesiva represión por parte de la policía generó una solidarización con el movimiento desde los ciudadanos. En las calles se generó “un rechazo al sistema político brasileño” acusado de corrupción. “La gente ha percibido que el Congreso y el Parlamento de la forma que están constituidos no funcionan” mientras aumenta la cantidad de manifestantes.
La sociedad civil presiona desde las calles para generar los cambios que prometió Dilma Ruseff. El llamado “proceso constituyente” es una de las reivindicaciones que exigen los manifestantes que ya cumplen dos meses de protestas las que han escalado en violencia, con enfrentamientos entre personas y la policía, desórdenes que a la fecha han dejado seis fallecidos y cientos de heridos.
Las actividades están enmarcadas en el lema "Salgamos a jugar", por lo que el énfasis estará en los juegos tradicionales y la "transmisión intergeneracional de la riqueza cultural". La jornada se realizará en 16 regiones del país.
