La Alianza Global para Medios Responsables anunció que la acción legal de parte de X obliga a redirigir sus esfuerzos a tribunales, no pudiendo continuar sus actividades cuyo principal objetivo era ayudar a las marcas a evitar que sus anuncios aparecieran junto a contenidos ilegales o perjudiciales.
(CNN) —Un importante grupo de la industria publicitaria está cerrando, días después de que X presentara una demanda que afirmaba que conspiraron ilegalmente para boicotear la publicidad en la red social de Elon Musk.
Tras decidir que interrumpirían sus actividades, el grupo publicitario informó a través de un comunicado que “el Global Alliance for Responsible Media (GARM) es una pequeña iniciativa sin fines de lucro, y las recientes acusaciones que desafortunadamente malinterpretan su propósito y actividades, han causado una distracción y agotado significativamente sus recursos y finanzas“.
El grupo se creó en 2019 tras el tiroteo de la mezquita de Christchurch, Nueva Zelanda, en el que el asesino retransmitió en directo el tiroteo en Facebook. Así, se transformó en una iniciativa voluntaria de la Federación Mundial de Anunciantes que pretende ayudar a las marcas a evitar que sus anuncios aparezcan junto a contenidos ilegales o perjudiciales.
El fin de GARM supone una victoria temporal para Musk y la consejera delegada de X, Linda Yaccarino, aunque un juez aún no ha dictado sentencia. En tanto, el conglomerado publicitario confirmó que planea defenderse ante los tribunales.
“Ningún grupo pequeño debería poder monopolizar lo que se monetiza. Este es un reconocimiento importante y un paso necesario en la dirección correcta. Tengo la esperanza de que signifique que se avecina una reforma de todo el ecosistema”, publicó Yaccarino en X el jueves.
El grupo publicitario cuenta con más de 100 miembros. Cuatro de esos miembros -CVS, Unilever, Mars y la compañía energética danesa Ørsted- fueron nombrados demandados en la acción judicial presentada en un tribunal federal de Texas el martes.
La demanda afirma que GARM se organizó “para retener colectivamente miles de millones de dólares en publicidad de Twitter”, porque al grupo le preocupaba que la plataforma se hubiera desviado de las normas de seguridad. Otras marcas plantearon preocupaciones similares cuando Musk adquirió X en 2022, hundiendo el principal negocio publicitario de la plataforma.
Diversas marcas han retirado su inversión por temor a que sus anuncios aparezcan junto a información errónea o discursos de odio, que el propio Musk ha promovido en ocasiones. Además, la petición legal también continúa la costumbre de Musk de enemistarse con los anunciantes de cuyo dinero depende, incluso el año pasado le dijo a las marcas que habían abandonado la plataforma que “se jodieran”.
Un historial de demandas
El fin de GARM podría preocupar a otros organismos de control de los medios de comunicación, aunque un juez ha dado la razón a una organización sin ánimo de lucro en una demanda similar.
X también demandó al Center for Countering Digital Hate, alegando que el grupo sin ánimo de lucro violó sus condiciones de servicio cuando estudió, y luego escribió sobre, el discurso del odio en la plataforma y lo culpó de ahuyentar a los anunciantes, aunque un juez desestimó la demanda.
La red social de Elon Musk también demandó al grupo de vigilancia progresista Media Matters por su análisis que destacaba el contenido antisemita y pronazi en X, un trabajo que parecía desempeñar un papel importante en una revuelta masiva y perjudicial de la marca a finales del año pasado. El caso irá a juicio el año que viene.