La Embajada local se manifestó sobre las intenciones del gobierno de Putin en medio del conflicto con Ucrania, destacando que no se han respetado los tratados de Minsk y manifestando que el país americano "debe entender las consecuencias de su irresponsable actuar internacional".
Este lunes, a través de un comunicado de prensa, la Embajada de la Federación de Rusia en Chile se pronunció sobre el conflicto armado entre su país y Ucrania, enfatizando “que Ucrania no es solo un país vecino para nosotros, es parte integral de nuestra propia historia, nuestra cultura y nuestro espacio espiritual”, señalaron, enfatizando que “hablamos de nuestros amigos, colegas, compañeros de trabajo; Son nuestros padres y madres, nuestros hermanos“.
En cuanto al conflicto, desde la Embajada manifestaron que “durante los últimos ocho años, Rusia se esforzó para que la situación fuera resuelta por medios políticos y pacíficos“, detallando que las regiones que se autodeclararon repúblicas populares, reconocidas por el presidente, Vladimir Putin, “Donetsk y Lugansk cuentan con 3,66 millones de personas, 775 mil de las cuales son ciudadanos de la Federación de Rusia y 1,2 millones de ellas se encuentran tramitando sus solicitudes de obtener la nacionalidad rusa”.
En esa línea, sostuvieron que “Kiev rechazó abierta y públicamente los Acuerdos de Minsk y las obligaciones derivadas de los mismos”, añadiendo que “a pesar de nuestros esfuerzos, Occidente continúa culpando exclusivamente a Rusia por la dramática situación creada en Ucrania”.
“Esta no es una guerra“, sentenciaron, asegurando que “Rusia no pretende ocupación de los territorios ucranianos“, pero que, no obstante, “se esforzará -y no claudicará- en su esfuerzo por terminar con la persecución de civiles inocentes por parte del régimen de Kiev“, indicando así que “nuestro objetivo es perseguir y llevar justicia a quienes han cometido estos crímenes contra ciudadanos ucranianos y rusos“.
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De esta manera, recordaron que “las autoridades de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk se dirigieron a Rusia solicitando ayuda urgente y extraordinaria (inciso 7 del Artículo 51 de la Carta de la ONU, con sanción del Consejo de la Federación -la Cámara Alta- y en virtud de los Acuerdos de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua suscritos con ellas)”, agregando que “tras la ratificación de la Asamblea Federal (Parlamento ruso) el presidente Vladimir Putin comunicó el inicio de una operación militar especial que tiene por objetivo proteger – y no
dañar – a la población civil que ha sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev”.
Desde la visión del Estado Ruso, la Embajada afirmó que el 2014,”ultraradicales ucranianos con el tácito apoyo del Occidente liderado por los EE.UU. protagonizaron el golpe de Estado que destituyó al presidente legítimamente electo y usurpando el poder en Ucrania”, asegurando que aquel suceso fue rechazado por gran parte de la población ucraniana y llevó a las dos regiones mencionadas del país, pobladas mayoritariamente por rusos étnicos y ucranianos rusoparlantes, a proclamar independencia del régimen de Kiev”.
Así, continuaron, en abril de ese año, “el régimen de Kiev inició una expedición punitiva (la llamaron una operación ‘antiterrorista‘) contra las dos repúblicas independentistas recurriendo a bombardeos arbitrarios de ciudades pacíficas y de sus pobladores”. También recordaron los acuerdos que establecieron el cese al fuego en febrero de 2015 “y el inicio de discusión de un nuevo estatus de las dos repúblicas como parte de Ucrania, que debería ser fijado en la Constitución de esta última”. De esa manera, agregaron, “los Acuerdos de Minsk fueron aprobados unánimemente por la Resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU y tienen carácter de obligatorio“.
“Sin embargo”, subrayaron, “las autoridades de Kiev hicieron vista gorda de la posición de la comunidad internacional, jamás cumplieron sus obligaciones contractuales y no hicieron
otra cosa que intensificar dramáticamente la ofensiva militar contra los rebeldes“. La embajada afirmó que “las repúblicas de Donetsk y Lugansk sufrieron un bloqueo económico y de transporte, la población se quedó sin pagos de pensiones y subsidios sociales, lo que demuestra que el régimen de Kiev considera esta zona no como pueblo, sino como territorio“.
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“Tanto Estados Unidos como el bloque militar de la OTAN, utilizando a Ucrania, han incumplido con su palabra”, prosiguió la Embajada, consignando que “lamentablemente, esa línea roja que hemos fijado -y que para nuestro país constituye una amenaza existencial a nuestra soberanía– fue cruzada y está muy cerca de llevar a Occidente a punto de no retorno en su relación con Rusia“.
“A lo largo de 30 años, con paciencia e insistencia, pero convencido de que ‘una mala paz siempre es mejor que una buena guerra‘, Rusia apostó por el diálogo y los acuerdos con la OTAN para construir un sistema de seguridad en Europa basado en el principio de indivisibilidad y justo equilibrio de poderes en el mundo para asegurar la coexistencia pacífica, la colaboración mutua, cooperación internacional y respetando los asuntos internos de todos los Estados“, añadieron, sosteniendo que “la estrategia de desestabilizar, invadir y desmembrar países según sus intereses geopolíticos como Yugoslavia, Irak, Libia, Siria y, más recientemente, Afganistán, creando situaciones ficticias para luego buscar a quienes consideran ‘responsables’ y llamar a ‘esfuerzos colectivos’, no puede continuar”.
En ese sentido y, finalmente, indicaron que “Estados Unidos debe entender las consecuencias de su irresponsable actuar internacional“, destacando que “las víctimas directas están lejos de sus fronteras y las olas migratorias deben ser contenidas por países ajenos al conflicto primario y que no cuentan con los recursos para ello”.