Desde que Miguel Ángel Galán, director del Centro Nacional de Entrenamiento de Directivos de Fútbol, presentó la denuncia contra Rubiales el 20 de agosto por besar a la futbolista Jennifer Hermoso, se han presentado 15 denuncias más ante el CSD, tanto por parte de organizaciones como de particulares, que van desde acusaciones de agresión sexual hasta abuso de poder.
(CNN) – Mientras la furia por aquel beso no deseado gira en torno al jefe de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, algunos se sorprenderán al saber que la denuncia inicial no fue presentada por la mujer a la que besó, sino por un hombre que estaba viendo el partido en Madrid.
Miguel Ángel Galán estaba viendo con orgullo cómo España ganaba la Copa del Mundo Femenina. Su alegría se convirtió en disgusto cuando Rubiales plantó ese beso enérgico a la delantera estrella del equipo, Jenni Hermoso.
En cuestión de minutos, Galán, director del Centro Nacional de Entrenamiento de Directivos de Fútbol, dijo que estaba redactando una queja oficial ante el Consejo Superior de Deportes (CSD) del Gobierno español.
“Fue un acto machista e intolerable. Un acto machista, de un presidente que ya está salpicado por escándalos de corrupción y sexismo“, dijo el jueves a CNN. “Esos son los dos problemas estructurales de la Federación en España: corrupción y sexismo“.
Está claro que hay muchos en España que están de acuerdo. Cientos de personas han protestado contra Rubiales. La selección femenina española se ha negado a jugar hasta que Rubiales sea destituido. Y la propia Hermoso ha reiterado que no apreció ni consintió el comportamiento grosero de su jefe en el Mundial.
En un principio, Rubiales trató de contener el daño grabando un video de disculpa poco entusiasta. Pero cuando eso no calmó la ira pública, se retractó en una reunión de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ampliamente retransmitida y se negó desafiantemente a dimitir, entre los aplausos de la audiencia, en su mayoría masculina. En su última declaración, afirmó que había cometido “algunos errores evidentes”, pero que se le había tratado injustamente.
Es necesaria una “renovación política”
Desde que Galán presentó esa primera denuncia contra Rubiales el 20 de agosto, el día de la final del Mundial, se han presentado 15 denuncias más ante el CSD, tanto por parte de organizaciones como de particulares, que van desde acusaciones de agresión sexual hasta abuso de poder, según un portavoz del CSD. En sus últimas declaraciones, Rubiales ha negado sistemáticamente cualquier irregularidad.
Aunque tiene un papel oficial, extraoficialmente Galán es desde hace tiempo la némesis de Rubiales y de la RFEF, donde ha convertido en su misión denunciar la corrupción.
Ha presentado más de 50 denuncias, algunas de las cuales condujeron a la detención del anterior presidente de la federación —Ángel María Villar, que supervisó el fútbol español durante casi 30 años— por cargos de corrupción, y las paredes del modesto despacho de Galán en Madrid están empapeladas con los titulares de los escándalos futbolísticos que ha sacado a la luz. El alboroto por el beso, dijo a CNN, es solo el principio de una lucha más larga.
“Lo que realmente hay que hacer ahora son nuevas elecciones limpias”, dijo Galán a CNN, refiriéndose a una próxima votación para la presidencia de la Federación Española de Fútbol, “para que las mujeres puedan participar en la institución“. Entonces, a través de estas elecciones en la Federación, puede haber finalmente una regeneración política”.
A medida que crece el escándalo, incluso miembros de la propia familia de Rubiales se han vuelto contra él. Su tío y ex jefe de gabinete, Juan Rubiales, declaró al diario español El Mundo que había sido testigo de cómo su sobrino utilizaba fondos de la RFEF para organizar fiestas privadas y escapadas románticas, además de solicitar comisiones a funcionarios saudíes para organizar la Supercopa de España en Arabia Saudita.
“No me sorprendió en absoluto”, dijo Juan Rubiales a El Mundo sobre el beso. “Es un hombre extremadamente arrogante que no ha actuado como debe hacerlo un presidente. En lugar de ser un líder político, ha querido ser un guerrero que ve fantasmas y enemigos por todas partes. Al final, su peor enemigo fue él mismo”.
Cuando estalló el furor por el beso, la fiscalía española ya investigaba a Rubiales por tráfico de influencias y soborno desde el verano pasado, según documentos del CSD obtenidos por la CNN.
Rubiales ha negado sistemáticamente todas las acusaciones de corrupción en el pasado. Ha sido suspendido provisionalmente por la FIFA mientras se celebra una vista disciplinaria.