Un desertor de Corea del Norte habló este miércoles con algunos legisladores de Estados Unidos.
(CNN Español) – A la temprana edad de cuatro años, los niños en Corea del Norte aprenden a inclinarse ante los gigantes retratos de los tres líderes que ha tenido la dinastía Kim: una exhibición tradicional de obediencia que encarna la estrategia de Kim Jong-un para mantener su incuestionable dominio del poder, dijo este miércoles un exdiplomático de Corea del Norte ante legisladores de Estados Unidos.
Tanto Kim Jong-un, como su padre Kim Jong II y su padre Kim II Sung han cultivado cuidadosamente la percepción de que son gobernantes divinos. Además, consolidaron su poder al resguardar a la población norcoreana del mundo exterior y al manipular el sistema de bienestar del país.
“Hasta ahora, el sistema de Corea del Norte se ha mantenido a través de un reino de terror efectivo y creíble y al evitar casi a la perfección la libre circulación de información externa”, explicó Thae Yong-ho, un exalto funcionario del país que desertó a Corea del Sur.
Thae era el segundo al mando en la embajada de Corea del Norte en Londres, antes de que decidiera escapar con su esposa y sus dos hijos y llegara a Corea del Sur en 2016.
“Mientras Kim Jong-un esté en el poder, no habrá ninguna posibilidad para que el mundo mejore el tema de los derechos humanos” o para que se cancele “el programa nuclear”, le aseguró a CNN en enero pasado.
Si bien Kim se ha apoyado en décadas enteras de tácticas de lavado de cerebro para elevarse a sí mismo como un “dios”, en los últimos años la creciente curiosidad sobre la cultura extranjera y la penetración cada vez mayor del capitalismo de libre mercado han comenzado a representar una amenaza interna para su sistema doméstico de control, les dijo Thae a los representantes de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara.
“Se están produciendo cambios grandes e inesperados dentro de Corea del Norte. Contrario a la política oficial y al deseo del régimen, los mercados libres están floreciendo… a los ciudadanos ya no les importa la propaganda estatal: cada vez más ven películas y dramas surcoreanos importados ilegalmente”, reveló.
Kim ha tratado de sofocar la demanda de información externa abriendo el archivo de películas extranjeras de su padre, la mayoría de las cuales fueron producidas en la antigua Unión Soviética y otras naciones socialistas, agregó Thae.
Además, el gobierno de Corea del Norte también ha permitido que esté disponible un selecto contenido de producciones occidentales, incluyendo películas como El rey león, La Bella y la Bestia y el programa de dibujos animados “Tom y Jerry”, detalló el exfuncionario. Lo que para él representa una señal de que al régimen le preocupa el flujo creciente de información no autorizada en el régimen.
Justamente, esa preocupación radica en el hecho de que Kim no ha experimentado el mismo estilo de vida distante y protegido de aquellos a quienes gobierna: una realidad que, de ser interiorizado por la población en general, podría poner en riesgo su posición como deidad, consideró Thae.
La supervivencia del régimen
Aunque Estados Unidos ha intentado aumentar la presión diplomática y económica sobre Corea del Norte, con sanciones adicionales y una retórica severa, dichos esfuerzos no han logrado frenar la marcha de Kim para desarrollar un misil balístico confiable de largo alcance con punta nuclear.
En la misma línea, si bien China y Rusia apoyaron recientemente las nuevas sanciones de las Naciones Unidas contra Corea del Norte, sigue en duda la voluntad de estos países para usar la influencia que tienen sobre el régimen y así aumentar la presión.
Dos altos funcionarios de Estados Unidos insistieron este martes en que el gobierno de Trump sigue comprometido con aumentar la presión sobre el gobierno norcoreano a través de la diplomacia. Lo anterior a pesar del mensaje que publicó el presidente en su cuenta de Twitter a principios de este mes, señalando que su secretario de Estado “perdía el tiempo tratando de negociar” con Kim.
Kim dejó claro que está dispuesto a desarrollar un arma nuclear de largo alcance y que para él alcanzar esa capacidad resulta la clave a la hora de garantizar la supervivencia del régimen.
Los militares de Corea del Norte han sido entrenados para desatar un ataque masivo de artillería sobre Seúl, la capital de Corea del Sur, ante las primeras señales de un ataque por parte de Estados Unidos, afirmó Thae, añadiendo que una represalia de esta magnitud provocaría bajas masivas.
Alcanzando un arma intercontinental de capacidad nuclear, Kim espera poder chantajear a Estados Unidos para que reduzca su presencia militar en la Península Coreana.
Ahora, el líder norcoreano cree que si las fuerzas estadounidenses abandonan la península también lo harán las inversiones extranjeras, provocando así que la clase dominante en Corea del Sur busque huir, señaló Thae. Y esto, completó, neutralizaría para Kim la principal amenaza de su propio régimen.
Con una capacidad nuclear, Corea del Norte también obligaría a Washington a evaluar el alcance de su compromiso militar con Corea del Sur, indicó el exdiplomático. Especialmente, si el escenario obliga a Estados Unidos a poner en la balanza la posibilidad de sacrificar una ciudad del país a cambio de proteger todo el territorio surcoreano, agregó.
“Hoy Kim Jong-un cree que solo las armas nucleares y los misiles balísticos intercontinentales pueden ayudarlo a evitar la continua desintegración del sistema norcoreano”, les reveló Thae a los legisladores estadounidenses. Además explicó que si bien Kim “ya tiene las herramientas para destruir a Corea del Sur de manera efectiva, también cree que es necesario expulsar a las fuerzas estadounidenses de la península”.
¿Qué puede hacer Estados Unidos?
Estados Unidos podría “tocar el talón de Aquiles de Kim Jong-un” si aprovecha el cambio social que está ocurriendo en la población de Corea del Norte. ¿Cómo? Con una campaña de información dirigida que difunda conceptos básicos sobre libertad y derechos humanos, según Thae.
Aunque algunos norcoreanos han desarrollado un apetito por el entretenimiento que produce Corea del Sur, el exdiplomático señaló que la mayoría del contenido consumido no resuena más allá de la curiosidad.
Pero al producir y distribuir estratégicamente un contenido específico que rete a la población de Corea del Norte a analizar sus propias condiciones de vida de manera crítica, Estados Unidos podría contrarrestar a largo plazo la operación de lavado de cerebro del régimen de Kim, consideró Thae. Una medida que terminaría por incentivar la insatisfacción doméstica y que, eventualmente, podría llevar a Kim hacia una voluntad de compromiso, añadió.
“Estos cambios, sin embargo, hacen que sea cada vez más posible pensar en un levantamiento civil en Corea del Norte”, aseguró. “A medida que más y más personas se informen gradualmente sobre la realidad de sus condiciones de vida, el gobierno de Corea del Norte tendrá que cambiar y adaptarse de manera positiva a sus ciudadanos, o enfrentar las consecuencias de su escalada de insatisfacción”, insistió.
Sin embargo, a corto plazo, ni el gobierno de Trump ni Pyongyang han dado señales de que realmente quieran llegar a la mesa de negociaciones. Mientras tanto, Corea del Norte desarrolla rápidamente la capacidad de golpear no solo a Corea del Sur sino también a Estados Unidos con un ataque nuclear.