En el último recuento del Consejo Nacional para la Gestión y Reducción del Riesgo de Desastre del gobierno filipino, también se indicó que el temporal afectó a 1,9 millones de personas. La provincia más afectada fue la de Leyte, donde las avalanchas de tierra sepultaron varias localidades.
(EFE) – Al menos 167 personas han muerto y otras 110 están desaparecidas por los devastadores efectos de la tormenta tropical Megi, que arrasó la parte central y meridional de las islas Filipinas, según el último informe publicado este sábado por las autoridades.
En su último recuento, el Consejo Nacional para la Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres indica además que el temporal, que golpeó el archipiélago el 10 y el 11 de abril, ha afectado a más de 1,9 millones de personas.
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La provincia más afectada fue la de Leyte, donde las avalanchas de tierra sepultaron varias localidades, especialmente las de Baybay y Abuyog, donde los equipos de emergencia siguen las labores de excavación sin apenas esperanzas de encontrar a nadie más con vida.
Las imágenes difundidas de la tragedia muestran aldeas enteras, a los pies de las montañas, enterradas bajo el lodo y las riadas.
Las 580 riadas y los 89 corrimientos de tierra dejaron inutilizados nueve puentes y 69 tramos de carretera, dañaron casi 10.000 viviendas y han destrozado campos de cultivo por valor de más de 242 millones de pesos filipinos, unos 4,6 millones de dólares.
La tormenta tropical Megi, bautizada en Filipinas como Agaton, entró el domingo día 10 por la costa este del país en dirección noroeste, causando inundaciones y deslizamientos de tierra en los archipiélagos de Bisayas y Mindadao, en el centro y sur del país.
Megi es la primera gran tormenta que azota en 2022 al país, propenso a los desastres, y que registra un promedio de 20 tifones cada año.
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Esta tormenta, que golpeó a este país de mayoría católica antes de la celebración de Semana Santa, sorprendió a las autoridades, que habían declarado la alerta mínima antes de que tocara tierra.
En diciembre, el tifón Rai, el más poderoso en llegar a Filipinas el año pasado, dejó al menos 409 víctimas mortales; mientras que el tifón Haiyán, el mayor que ha tocado tierra, provocó en noviembre de 2013 unas 7.000 muertes.