Medio millón de personas participó este fin de semana en la Marcha del Orgullo Gay, mientras que 50 mil desfilaron en un recorrido de 4 kilómetros desde Kungsholmen hasta Östermalms. "Es extremadamente importante que la gente entienda que estamos hablando de amor y es algo que no podemos prohibir, podemos amar a quién queramos”, dijo una asistente.
La capital sueca se tiñó con los colores de la bandera del orgullo gay. La sociedad civil salió a las calles para vivir una fiesta porque, como ellos aseguran, es momento de celebrar.
Hace diez años que el matrimonio homosexual es permitido en Suecia, hace 16 años que parejas del mismo sexo pueden adoptar, y fue el primer país del mundo en permitir el cambio de género, factores que hacen a este país nórdico una de las naciones con mayor respeto por los derechos civiles y equidad de género.
Camiones y vehículos con altoparlamentes y música electrónica se toman el centro de la capital sueca, todo luce en colores y se escuchan ovaciones por todos lados, hoy la sociedad sueca sonríe por los derechos civiles.
En la marcha, se distingue a un grupo de amigas, con edades por sobre los 50 años, salieron a las calles en bikini, flotadores a la cintura, caras y uñas pintadas, “Esto es una fiesta, es para divertirnos, es súper natural estar aquí para nosotras” asegura una de ellas, Torun Wolters, quién además dice que para llegar a este punto, fue un largo camino. “Esto no es gratis, las primeras marchas fueron muy políticas, porque se trataba de liberación, de luchar por derechos que hoy conseguimos, eso hace que hoy puedas ver una fiesta”.
Por su parte, su amiga Åsa Bjerkesjö, añade que “esto no termina aquí, hay un montón de derechos por los que seguir luchando en materia de equidad de género”.
La otra integrante del grupo, Ingrid Essegård añade, “Es extremadamente importante que la gente entienda que estamos hablando de amor y es algo que no podemos prohibir, podemos amar a quién queramos”.
En tanto, el público sigue ovacionando, la marcha continúa, cientos de camiones revolucionan las calles de Estocolmo, en un desfile en que participan organizaciones sociales, empresas, clubes deportivos, agrupaciones de gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, transgénero.
Uno de ellos es Sophie Sauvage, apellido que adoptó del francés, palabra que significa “salvaje”, Sophie viajó de Alemania a visitar unos amigos a Suecia y aprovechó de participar en este evento, donde se robó la mirada de varios asistentes, algunos corrieron a saludarla y abrazarla.
Ella es drag queen desde hace un año, a sus 26 años ha participado en los Parade más masivos de Alemania y comenta cuán feliz está de ser parte del movimiento en este país. “La gente está participando de esta actividad como comunidad, eso es lo lindo, así creo que podemos cambiar algo en nuestra sociedad”, dijo a CNN Chile.
Avanzada la marcha, encuentro a Wilhelm Lindqvist de 29 años, vestido con un traje de lino blanco, camisa abierta y gorro, quien era parte del público hasta que en un momento decidió traspasar la vaya de seguridad y unirse al desfile. “Aquí lo importante es que celebramos la igualdad, todos somos libres de ser quiénes queremos, y en realidad, de ser quienes somos” agregó.
Cae el sol en la capital sueca, y muchos continúan la fiesta en los parques, muchos hacen un alto para comer o tomar algo a la sombra, ya que el brilló como nunca en este lugar del mundo. Una actividad que se desarrolló en completo orden, donde niños, adultos y abuelos caminaron para mostrar al mundo que el amor triunfa en Escandinavia, triunfa en el norte de Europa.