1994, campeones como ayer: Se cumplen tres décadas de la histórica hazaña de la U de Chile tras 25 años sin títulos
El club laico alcanzó la gloria el 18 de diciembre de 1994 con un épico empate ante Cobresal en pleno desierto de Atacama.
"No podemos devolver las vidas a estos jóvenes pero podemos evitar que vuelvan a suceder", señaló especto de las muertes ocurridas en las manifestaciones en Lima tras la destitución de Martín Vizcarra.
En medio de una fuerte crisis política y social, Francisco Sagasti, de 76 años, se hizo cargo de la presidencia interina de Perú este martes, en un contexto de masivas manifestaciones callejeras, donde ya han muerto dos jóvenes en Lima.
El congresista del Partido Morado, centro-liberal, asumirá este rol hasta las próximas elecciones que se desarrollarán en abril de 2021, debiendo entregar el poder el 28 de julio del mismo año.
Su designación ocurre luego de que Manuel Merino (Acción Popular) renunciara a la presidencia peruana el domingo, a cinco días de haber tomado el puesto, después que el parlamento declarara la vacancia de Martín Vizcarra por “incapacidad moral” por presuntamente haber recibido sobornos cuando fue gobernador en Moquegua (2011-2014).
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Durante su discurso, al momento de asumir el mandato de Perú, Sagasti agradeció al Congreso y a la ciudadanía por la designación.
Y en sus primeras palabras recordó “a los jóvenes ciudadanos Bryan Pintado y Jordan Sotelo, lamentablemente fallecidos durante las últimas jornadas que expresaron y vieron la movilización ciudadana realizada en ejercicio legítimo del derecho fundamental a la protesta”.
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Asimismo, el actual mandatario agradeció también la presencia de la madre de Jon Cordero, joven que resultó gravemente herido en las manifestaciones que provocaron preocupación internacional por la violencia policial.
“No podemos devolver las vidas a estos jóvenes pero podemos evitar que vuelvan a suceder”, destacó Sagasti al respecto.
Finalmente, el presidente interino de Perú indicó que “en nombre del Estado les pido perdón a sus familias y a ellos, y a todos los jóvenes que marcharon por defender la democracia y que nos hicieron recordar a muchos de la importancia que tiene la vocación de servicio”.
El club laico alcanzó la gloria el 18 de diciembre de 1994 con un épico empate ante Cobresal en pleno desierto de Atacama.