En el marco del funeral del cardenal, quien fue condenado y posteriormente absuelto en Australia por abusos sexuales a dos menores, se realizó una protesta en Sidney, específicamente en la catedral de St Mary. El lugar amaneció plagado de cintas de colores como parte de una campaña impulsada por Paul Auchettl, víctima de un cura pederasta, y el activista australiano Pauline Pantsdown.
(EFE) — Una protesta en Sidney para recordar a las víctimas de los curas pederastas marcó este miércoles el funeral del cardenal George Pell, quien fue condenado y posteriormente absuelto en Australia por abusos sexuales a dos menores.
El perímetro de la catedral de St Mary de Sídney, en donde se realiza el funeral de Pell, amaneció plagado de centenares de cintas de colores como parte de una campaña impulsada por Paul Auchettl, víctima de un cura pederasta, y el activista australiano Pauline Pantsdown.
“Vine a Sídney para atar cintas por personas que están demasiado enfermas o que ya no están vivas, así como por sus familias que están demasiado enfadadas para venir aquí”, dijo Auchettl a la cadena pública australiana ABC.
El sexuagenario -quien viajó casi unos mil kilómetros desde la ciudad de Ballarat hasta Sídney- remarcó que la protesta pretende recordar a la iglesia que tiene un “asunto sin resolver” con las víctimas de los curas pederastas y sus familias.
Esta protesta comenzó horas antes de la llegada a St Mary del féretro de Pell, quien murió por complicaciones cardíacas a la edad de 81 años el pasado 10 de enero durante una operación a las caderas en Roma.
La catedral abrió sus puertas para que los feligreses se despidan del cardenal o acudan a las misas y vigilias previstas para hoy, antes de que mañana se realice allí una misa réquiem y un sepelio privados después de que las autoridades del país se negaran a realizar un funeral de Estado por las divisiones que causa la figura del prelado.
Para el jueves, la organización de defensa de los derechos de la comunidad LGTBI denominada Community Action for Rainbow Right también tiene prevista otra protesta en el Parque Hyde, frente a la catedral, aunque el Tribunal Supremo de la región de Nueva Gales del Sur tiene pendiente resolver un pedido de la Policía para que no se realice.
En 2018, un tribunal australiano condenó a Pell a seis años de prisión por cinco delitos de abuso sexual contra dos menores en la década de los 1990, aunque en su última apelación, en abril de 2020 y después de que el religioso pasara trece meses en prisión, la sentencia fue revertida por la máxima instancia judicial de Australia.
En medio de ese proceso judicial, una comisión gubernamental que estudió los abusos cometidos por religiosos indicó, en 2015, que hasta 14 sacerdotes en Ballarat habían abusado sexualmente de niños y que hubo al menos 130 denuncias fundamentadas desde 1980.
Esta investigación, que recibió unas 4.500 quejas contra más de 1.800 religiosos por abusos sexuales cometidos en el país entre 1985 y 2015, determinó en 2017 que Pell era “consciente” del problema en la Iglesia.
Pell nació en Ballarat, y regresó a su ciudad natal para ser sacerdote y comenzar su larga carrera que lo llevó al arzobispado de Melbourne (1996) y Sídney (2001), hasta llegar a ser prefecto de la Economía del Vaticano en 2014.