La ultraderechista Giorgia Meloni juró como primera ministra de Italia

Por CNN Chile

22.10.2022 / 13:09

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Meloni encabeza una alianza de partidos de extrema derecha y de centro derecha, entre los que destaca su propio Hermanos de Italia, y está lista para formar el gobierno más derechista que Italia haya visto en décadas.


(CNN)Giorgia Meloni, la líder de extrema derecha que prestó juramento como la primera mujer en ocupar el cargo de primer ministro de Italia el sábado, ganó las elecciones en una campaña construida en torno a la promesa de bloquear los barcos de inmigrantes y apoyar los “valores familiares” tradicionales y los temas anti-LGBTQ.

Meloni fue juramentada por el presidente italiano Sergio Mattarella en una ceremonia en el Palacio del Quirinale en Roma.

Ella encabeza una alianza de partidos de extrema derecha y de centro derecha, entre los que destaca su propio Hermanos de Italia, y está lista para formar el gobierno más derechista que Italia haya visto en décadas.

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La victoria de Meloni en las elecciones parlamentarias del mes pasado sugiere que el atractivo del nacionalismo sigue intacto en Italia, pero su promesa de llevar al país a un giro de extrema derecha todavía deja a muchos con la incertidumbre de lo que sucederá a continuación.

El nuevo gobierno estará formado por una coalición del partido Hermanos de Italia de Meloni, el partido de la Liga de Salvini y el partido Forza Italia, liderado por el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi. Los Hermanos de Italia recibieron nueve ministerios, mientras que Forza Italia y la Liga recibieron cinco ministerios cada uno.

Los 24 ministros de Meloni, seis de ellos mujeres, prestaron juramento junto a ella el sábado.

Meloni anunció a sus elegidos para formar el Gobierno en el Palacio del Quirinal de Roma, convirtiendo al líder del partido de ultraderecha Liga, Matteo Salvini, en ministro de Infraestructuras.

Giancarlo Giorgetti, también del partido de la Liga, fue nombrado ministro de Economía. Antonio Tajani, del partido Forza Italia, recibió el cargo de ministro de Relaciones Exteriores, mientras que el papel de ministro de Defensa fue para Guido Crosetto, uno de los fundadores del partido Hermanos de Italia.

El otro es Silvio Berlusconi, el ex primer ministro italiano de centro-derecha ampliamente recordado por sus escándalos sexuales “bunga bunga” con mujeres jóvenes. Ambos hombres expresaron públicamente su admiración por el presidente ruso, Vladimir Putin, lo que generó dudas sobre cuál será el enfoque de la coalición hacia Rusia.

Y esta semana, Berlusconi fue noticia cuando un audio publicado por la agencia de noticias italiana LaPresse reveló que el hombre de 86 años hablaba de su relación “restablecida” con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Me reconecté un poco con el presidente Putin, bastante, en el sentido de que por mi cumpleaños me regaló 20 botellas de Vodka y una carta muy dulce, y yo le respondí con botellas de Lambrusco”, dijo Berlusconi en el clip publicado por la agencia de noticias italiana LaPresse el martes. El multimillonario y magnate de los medios de 86 años estaba hablando con miembros del partido Forza Italia en ese momento.

Un portavoz del partido negó que Berlusconi estuviera en contacto con Putin y dijo que les había estado contando a los parlamentarios “una vieja historia que se refiere a un episodio de hace muchos años”. Berlusconi defendió sus comentarios en una entrevista con el periódico italiano Corriere della Sera el jueves, diciendo que los había sacado de contexto.

En medio de la reacción violenta por los comentarios, Meloni, quien ha sido una firme partidaria de Ucrania mientras lucha contra la invasión de Moscú, trató de aclarar dónde se ubicarían ella y la coalición una vez en el poder.

“Lo he tenido y siempre lo tendré claro, pretendo liderar un gobierno con una política exterior clara e inequívoca. Italia es plenamente parte de Europa y de la Alianza Atlántica. Quien no esté de acuerdo con este pilar no podrá ser parte del gobierno, a costa de no ser gobierno. Con nosotros gobernando, Italia nunca será el eslabón débil de Occidente”, dijo.

No obstante, los liberales dentro de Italia y la Unión Europea temen lo que el giro a la derecha pueda significar para el país y su futuro, mientras que los electores conservadores sienten que solo un político de mano dura, como Meloni, puede sacar al país de la crisis en medio de los crecientes costos de la energía y el alto desempleo juvenil.

“Meloni no está expresando las opciones de voto de los votantes radicales de derecha, porque tenemos datos que muestran que ha sido votada mayoritariamente por la centroderecha”, dijo a CNN el profesor de ciencias políticas Lorenzo De Sio de la Universidad Luiss Guido Carli.

“Yo diría que el lema de Meloni es ser una especie de nuevo conservador, es decir, el conservadurismo del siglo XXI. Puede que tenga alguna conexión con el legado posfascista, pero claramente ese no es el núcleo de su plataforma política ahora”.

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“Estamos listos para gobernar Italia”

“Estamos listos para gobernar Italia”, decía la página oficial de Meloni en Facebook. “Seremos capaces de afrontar las urgencias y los retos de nuestro tiempo con conciencia y competencia”.

Meloni entró en la abarrotada escena política italiana en 2006 y en 2012 cofundó los Hermanos de Italia, un partido cuyo programa se basa en el euroescepticismo y las políticas antiinmigración.

La popularidad del grupo se disparó antes de las elecciones de septiembre, cuando los votantes italianos volvieron a rechazar la política dominante y optaron por una figura marginal.

Se dio a conocer como vicepresidenta de la Alianza Nacional, un grupo abiertamente neofascista formado por partidarios de Benito Mussolini. La propia Meloni admiraba abiertamente al dictador cuando era joven, pero más tarde se distanció de su marca de fascismo, a pesar de mantener la llama tricolor que simboliza el fuego eterno en su tumba en el logotipo de los Hermanos de Italia.

Durante toda su carrera política ha seguido un programa conservador, cuestionando a menudo los derechos LGBT, el derecho al aborto y las políticas de inmigración.