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A pesar de este llamado por algunas autoridades, este boicot sería simbólico, ya que el vodka de fabricación rusa representa un porcentaje muy pequeño de los aproximadamente US$ 7.000 millones en ventas anuales de vodka, ya que a menos del 1% de este producto consumido en Estados Unidos se produce en Rusia.
(CNN) – El alcohol de fabricación rusa es el objetivo más reciente en la creciente reacción contra la invasión en Ucrania por parte de la nación que dirige Vladimir Putin.
Hasta ahora, los funcionarios de Ohio, Utah y New Hampshire han pedido a las licorerías que retiren de los estantes los productos fabricados en Rusia o de marca rusa, una medida que apunta en gran medida al vodka, ya que está más estrechamente asociado con el país.
El gobernador de Utah, Spencer Cox, solicitó este sábado que las tiendas estatales de bebidas alcohólicas “eliminen todos los productos fabricados en Rusia y de marca rusa“, y explicó que la invasión de Ucrania por parte de Rusia es una “violación atroz de los derechos humanos”.
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El gobernador de New Hampshire, Chris Sununu, hizo un anuncio similar, y también pidió la eliminación de los “licores de fabricación rusa y de marca rusa“. Estos movimientos son en gran parte simbólicos, e incluso pueden perder el objetivo previsto, ya que muy pocas marcas importadas a Estados Unidos todavía producen el licor en Rusia. Muchas de las marcas de vodka más vendidas que tienen su origen en Rusia ahora se destilan en varios países, incluido Estados Unidos.
Por ejemplo, algunos dueños de bares protestan por la invasión desechando Stoli Vodka. El problema es que solo tiene un nombre ruso, que se traduce vagamente como “ciudad capital” debido a sus orígenes en Moscú. El vodka en realidad se hace en Letonia, y la sede de la compañía está en Luxemburgo, un miembro de la OTAN que se ha pronunciado en contra de la invasión rusa.
Smirnoff es otra marca que se confunde con rusa. Aunque sus orígenes se remontan a la Rusia del siglo XIX, la compañía ha sido durante mucho tiempo propiedad del gigante británico de las bebidas Diageo y se fabrica en Illinois.
El gobernador de Ohio, Mike DeWine, fue más específico con su anuncio. El sábado, pidió a las casi 500 licorerías del estado que “cesen tanto la compra como la venta de todo el vodka fabricado por Russian Standard, la única destilería de propiedad rusa en el extranjero que vende vodka en Ohio”.
Russian Standard, junto con el vodka menos conocido Green Mark, son una de las pocas marcas de alcohol importadas de Rusia y vendidas en los Estados Unidos. Su empresa matriz, Roust International, es propiedad de Roustam Tariko, un oligarca ruso que también es dueño del Russian Standard Bank.
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Estos boicots son en gran parte simbólicos porque el vodka de fabricación rusa representa un porcentaje muy pequeño de los aproximadamente US$ 7.000 millones en ventas anuales de vodka, según el Consejo de licores destilados (DISCUS, por sus siglas en inglés), una organización comercial nacional que representa a los fabricantes de licores.
Menos del 1% del vodka consumido en Estados Unidos se produce en Rusia. De hecho, más de la mitad de todo el vodka que se consume a nivel nacional se elabora aquí, según datos de IWSR Drinks Market Analysis, una firma global que rastrea las ventas de alcohol.
La periodista fue galardonada por haber dejado huella en la ingeniería y en el desarrollo del país.