El equipo periodístico de CNN pasó un día con Vitel'Homme Innocent, quien encabeza la pandilla armada Kraze Baryé de Puerto Príncipe, Haití. Con acusaciones que incluyen secuestro y asesinato, Innocent figura en la lista de los diez criminales más buscados por el FBI. Esta es su historia.
(CNN) – La foto de Vitel’Homme Innocent en la lista de Los diez más buscados del FBI evoca a un hombre enloquecido: ojos desorbitados y salvajes, mostrando los dientes.
Es la foto que cabría esperar del líder de una banda acusada de desestabilizar una nación, que afirma estar bajo protección divina y por cuya cabeza se ofrece una recompensa de 2 millones de dólares, debido a presuntos secuestros.
En persona, proyecta una imagen diferente, al menos para los invitados. Poderoso, sí, y custodiado por escoltas armados que saltan ante su mirada. Pero, también, cuidadosamente diligente, con un refrigerador lleno de comida para sus visitantes y una tendencia a filosofar a la hora de entablar conversación.
Tras semanas de negociaciones, CNN se adentró en el universo de las pandillas de Haití en abril de 2024 para hablar con Innocent, quien encabeza Kraze Baryé, segmento que forma parte de los grupos armados aliados que han sumido a Haití en una crisis de anarquía.
Es una voz influyente entre los líderes de las pandillas del país, y uno de los que cree que hay que restablecer la paz.
Pero, ¿en qué condiciones?
A las afueras de la comuna de Tabarre, en Puerto Príncipe, capital de Haití, un camión nos condujo a través de un laberinto de caminos de tierra, pasando por puestos de control vigilados por guardias armados que cubrían sus rostros con pasamontañas y máscaras de Halloween.
Atravesamos lo que, un día, fue un barrio acomodado; con flores rosadas aún esparciéndose por encima de altos muros y un verdoso campo de fútbol que, al abrirse camino, ofrecía vistas majestuosas de la urbe más abajo.
Ahora es, casi, una ciudad fantasma. Autos y motos empiezan a seguirnos, con sus conductores enmascarados llevando armas de largo alcance y asomándolas por las ventanillas. Algunos vehículos ondean las banderas rojas y azules de un convoy diplomático.
Un miembro de la pandilla Kraze Baryé en Puerto Príncipe, Haití, el 18 de abril de 2024. (Evelio Contreras/CNN)
Al cabo de unos 45 minutos, un coche auto se detuvo delante de nosotros.
De él, salió el propio Innocent.
Delgado y aparentemente desarmado, el hombre vestía un traje batik de rayas brillantes y mocasines blandos, con varias cadenas de oro y una cruz colgada al cuello. Nos condujo al interior de una mansión rococó, donde elaborados sillones y sofás de terciopelo dorado, vitrinas de cristal y arreglos florales plásticos dejaban entrever la vieja presencia de anteriores propietarios.
Nos sentamos, quitando osos de peluche de los asientos para hacer sitio, y hablamos del futuro.
“El Haití que teníamos, el Haití Perla de las Antillas en el que crecimos, aún podría volver a ser el más hermoso“, dice Innocent con suavidad, hablando en idioma criollo haitiano.
“Un día, alguien podría sentarse en Champ de Mars y tomarse un helado”.
Hoy, el emblemático parque Champ de Mars de la capital es una zona de guerra entre pandillas y policías.
Tras años de agitación política, negligencia institucional y una serie de brutales catástrofes naturales, el infortunio de Haití llegó a su punto más bajo el mes pasado, con una ola de violencia sin precedentes que ha paralizado a Puerto Príncipe.
El principal puerto marítimo y el aeropuerto de la ciudad están a oscuras. Los ministerios han sido ocupados por refugiados que huyen de los ataques de las pandillas.
Los cadáveres yacen entre la basura sin recoger de las calles y en los barrios aún libres del control de las pandillas, han surgido justicieros temerosos, que matan y queman a forasteros sospechosos.
Los signos de la disfunción de la ciudad se hicieron evidentes dentro del bastión de Kraze Baryé.
En el interior de la casa de Innocent, el aire estaba quieto y caluroso; con sus soldados de infantería afanados en poner encender un generador de aire acondicionado o un ventilador. Nadie se había molestado en retirar el sedán destrozado que seguía junto a la piscina, con las ventanillas reventadas y cuatro ruedas pinchadas.
Pero el hombre del sofá dorado prefiere hablar de un futuro mejor, uno al que, según él, las bandas de Haití están dispuestas a dar cabida.
Vitel’Homme Innocent hablando con CNN en Tabarre, Puerto Príncipe, Haití. 18 de abril de 2024. (Evelio Contreras/CNN)
Sentarse con uno de los líderes de las bandas haitianas es controversial en el país, dado el sufrimiento y el terror que los grupos armados siembran desde hace tiempo.
Los incendios provocados y las violaciones colectivas son las tácticas preferidas de las bandas para someter a la población civil, según los expertos, y Naciones Unidas ha registrado el asesinato de al menos 1.660 personas y el secuestro de al menos 438 personas -incluidos 21 niños- vinculadas a las bandas sólo en los primeros 90 días del año.
El propio Innocent está sancionado por la ONU debido a los numerosos abusos en contra de los derechos humanos cometidos por Kraze Baryé bajo su liderazgo, y es buscado por la Policía Nacional de Haití por secuestro extorsivo, asesinato, violación, violación a mano armada, robo de vehículos, robo y destrucción de bienes. Su banda es conocida por atacar directamente a los uniformados e intentar apoderarse de algunos de los barrios más ricos de Puerto Príncipe.
En su primera entrevista con la prensa extranjera, Innocent no negó las muertes, los incendios provocados, las violaciones ni los secuestros cometidos por las bandas aliadas de la ciudad, y declaró a CNN que ha cometido errores.
Pero calificó los últimos meses de violencia callejera mortal como daños colaterales. Las muertes, tanto accidentales como extrajudiciales, también han sido causadas por la policía, señala, alegando que se esta niega a dialogar.
De lo único que se arrepiente, dice, es de haberse involucrado en la política.
La entrada de una vivienda controlada por una banda en Tabarre, Puerto Príncipe, Haití. 18 de abril de 2024. (CNN)
Las bandas y los oligarcas
Innocent, de 37 años, describe la amplia alianza de bandas que atacan las instituciones de Haití como una aventura progresista.
“Nuestro sueño es deshacernos de los oligarcas que impiden que el país progrese”, dice de la coalición de bandas que se hace llamar Viv Ansanm o “Vivir juntos”.
En febrero, Viv Ansanm lanzó un asalto sin precedentes contra el Estado haitiano, atacando comisarías, prisiones, edificios gubernamentales, hospitales, el palacio nacional, la biblioteca nacional, buques de carga y la compañía pública de electricidad.
Sus ataques coincidieron con una visita del, entonces, primer ministro Ariel Henry a Nairobi para mantener conversaciones sobre la posibilidad de que Kenia liderara una fuerza de seguridad multinacional para reforzar la Policía Nacional de Haití.
Henry acabó dimitiendo, como exigía Viv Ansanm, pero Innocent afirma que las bandas se oponen ahora al consejo de transición creado para sustituirle.
La solución de Innocent: “Sentarse y escuchar a Viv Ansanm“.
Así, afirma, “habrá una resolución lo antes posible”.
Critica al consejo de transición por ser más de lo mismo y afirma que ya es hora de que se vayan las viejas élites políticas, una opinión que comparten muchos haitianos.
Pero las bandas han mantenido durante mucho tiempo una relación simbiótica con los gobernantes del país, que utilizaban a los grupos armados para presionar a sus rivales mediante secuestros y otros ataques.
La relación continúa hoy en día, aunque las bandas de Haití actúan de manera cada vez más independiente para amasar dinero y poder, según los expertos.
“Sí, tengo un grupo armado. Yo lo dirijo”, afirma Innocent cuando se le pregunta por la implicación de Kraze Baryé en los secuestros.
“Pero si te pones a pensarlo, realmente, ¿tendrían estos tipos alguna idea de a quién secuestrar y a quién no? En absoluto”.
“En realidad son las mismas personas que se sientan con (la organización regional) CARICOM para representar al país. Si decides bloquearlos, nos llaman y nos dicen: ‘Tengo tal y tal trabajo… Arréglanoslo’. Y después te enteras de que han secuestrado a fulanito. O que han tomado a fulanito como rehén”, dice.
Vehículos abandonados en la carretera entre la Embajada de Estados Unidos y el bastión de Kraze Baryé en Puerto Príncipe, Haití, el 28 de abril de 2024. (Evelio Contreras/CNN)
Sostiene que son los funcionarios corruptos los que hoy canalizan armas y municiones a las bandas.
“Pongamos un ejemplo claro. No podemos viajar. No podemos importar. No podemos exportar. Sin embargo, siempre llegan armas. Siempre hay balas. Y no tenemos representantes en la frontera. No tenemos representantes en las aduanas. Pero todos estos materiales pasan exactamente por estos canales. ¿Cómo llegan a nosotros?”, cuestiona.
La corrupción que describe no es ningún secreto. Haití ocupa actualmente el puesto 172 de 180 países en el Índice Mundial de Percepción de la Corrupción.
En el último año, las sanciones de Canadá y Estados Unidos han acusado a antiguos primeros ministros y presidentes de Haití -entre otras docenas de haitianos influyentes- de corrupción y financiación de las bandas del país, entre otros delitos.
Conduciendo a CNN por su territorio, Innocent dijo recordar a los ancianos locales cultivando en Tabarre durante su juventud en los años ’80 y ’90. “En aquel entonces, claro, podíamos cosechar, rememora. Hoy, culpa a la dependencia de Haití de los alimentos importados como una muestra más de cómo el país ha sido mal gestionado por la clase alta, robando a la gente común toda oportunidad económica.
Antes de alzarse en armas, afirma, sus propios negocios legítimos, entre los que se incluyen un negocio de construcción, un hotel y una empresa de alquiler de coches, fueron destruidos por poderosos intereses empresariales de la zona.
Miembros de Kraze Baryé montando guardia en un territorio controlado por ellos. 18 de abril de 2024. (CNN)
“¿Por qué atacar a la gente normal si se trata de defender al pueblo?”
Marie-Lucie Bonhomme Opont, de 55 años, conocida periodista de radio y televisión que vivió en Tabarre, tiene una visión diferente de lo que transformó el barrio en el lugar desolado que es hoy.
Cuenta que, en junio del año pasado, fue asaltada por miembros de Kraze Baryé, secuestrada y llevada a conocer al propio Innocent.
“Era medianoche y yo estaba durmiendo cuando, de repente, oí un alboroto tremendo en el piso de abajo”, recuerda. “Unas 30 personas armadas irrumpieron en mi casa y empezaron a saquearla, llevándose cosas, incluso comida de la cocina”.
Los ladrones exigieron dinero y luego, aparentemente insatisfechos, se la llevaron con ellos. Condujeron durante unos 45 minutos, según Opont.
“Estaba muy asustada, unos bandidos entrando en mi hogar. Me sorprendió que esto pudiera ocurrir en mi propia casa. Sé que son violadores, han cometido violaciones atroces y otros delitos“, afirma.
Finalmente se detuvieron en la oscuridad. Opont cuenta a CNN que el propio Innocent se acercó entonces a su coche y le preguntó si reconocía su voz. “Por supuesto que sí”, sostiene que le dijo. “Solía dar ruedas de prensa y era muy activo en las redes sociales”.
También pareció reconocerla, dirigiéndose a Opont por su nombre. “Claro que sabía quién era yo”, comenta ella. “Todo el mundo en el barrio sabe que esa es nuestra casa. Pero, por qué me llevaron, no lo sé. Todavía me lo pregunto”.
La soltaron a la mañana siguiente, sin dar explicaciones.
Su marido, secuestrado una semana después, no recibió el mismo trato. Retenido a la fuerza durante varios días sin su medicación, Pierre-Louis Opont fue liberado por Kraze Baryé sólo después de que extrajeran de su familia el pago de un cuantioso rescate, explica ella.
Se mudaron de Tabarre inmediatamente. “Es lo que, en Haití, llamamos un territoire perdue“, dice de su antiguo barrio.
Un territorio perdido.
“Es una zona roja”, explica Opont. “Unos días después del secuestro de mi marido, unos pandilleros se instalaron en una casa cerca de la carretera principal y disparaban a los vehículos que pasaban”.
No tiene paciencia con la pretensión de los líderes de las bandas de luchar para liberar Haití.
“¿Por qué atacar a la gente corriente si lo que pretenden es defender al pueblo?”, se pregunta. “Todo el barrio está constantemente aterrorizado por bandidos armados. ¿Cómo pueden decir las bandas que trabajan por el bien del país cuando también cometen secuestros, cuando tantas mujeres han sido víctimas de violaciones brutales?“.
Al interior del territorio de Kraze Baryé en Puerto Príncipe, Haití, el 18 de abril de 2024. (Evelio Contreras/CNN)
Depredador y protector
Varios de los compañeros de Innocent se han establecido como personajes públicos a través de la prensa y las redes sociales.
El ex policía Jimmy Chérizier, conocido como Barbeque, se presenta como un Robin Hood. Izo, de la pandilla Five Second, que opera cerca del principal puerto del país, es también un músico que comparte vídeos musicales en Internet. Y Lanmo Sanjou, líder de los 400 Mawozo (400 Idiotas, en español), fue fotografiado recientemente fumando puros con un influencer de redes sociales.
Aunque son aliados, y a veces se reúnen por videoconferencia, la alianza Viv Ansanm no significa necesariamente amistad.
Acompañando a CNN hasta el límite de su territorio, Innocent nos mostró el cauce de un río y un frondoso paisaje arbolado. Pero nos advirtió repetidamente que no debíamos quedarnos mucho tiempo, a la vez que sus tropas se desplegaban en zapatillas y chanclas, con una variopinta variedad de armas preparadas.
Más tarde, nos enteraríamos de que, al otro lado del río, estaba el territorio de 400 Mawozo, que presuntamente ha cooperado con Kraze Baryé en secuestros y también ha intentado matar a Innocent por una disputa de tierras, según dos expertos en seguridad del país.
Vista del cauce de un río en dirección al territorio de la banda haitiana 400 Mawozo. 18 de abril de 2024. (Evelio Contreras/CNN)
En otros lugares de su barrio, Innocent se mostraba dispuesto a mostrar su liderazgo entre la población local, una postura que coincide con el papel de “depredador y protector” que expertos de la ONU describen de los gánsteres haitianos. Funcionan como autoridades locales, y al mismo tiempo, extorsionan a negocios locales para pagar sus nóminas.
Kraze Baryé le da empleo a unos 100 hombres y mujeres, según el lugarteniente y primo de Innocent, el rubio blanquecino Dezod Augustin, de 34 años.
El día de la visita de CNN, varios miembros de la banda llevaban camisetas personalizadas con osos de peluche en la parte delantera y letras en la trasera que decían Unidad de Seguridad de la Zona de Tabarre.
Caminando lentamente por una calle no pavimentada, llena de vendedores, Innocent luce como cualquier político en una reunión local, deteniéndose a masajear el pie herido de una anciana del mercado y presentando ante CNN a dos ciegos que había tomado bajo su protección, culpando al Estado haitiano por no cuidar de ellos.
Pero, a medida que se acercaba el toque de queda nocturno, empezaron a aparecer botellas de cerveza y licor en las manos de nuestra comitiva.
Innocent detuvo nuestra procesión en un puesto de comida a un lado de la carretera y pidió grandes cantidades de cerdo guisado y plátanos fritos para compartir. El vendedor, un hombre de mediana edad, cumplió en silencio, sin mostrar reacción alguna ante los ayudantes armados de Innocent o nosotros, los visitantes extranjeros.
Expertos haitianos en derechos humanos advierten que no hay que tomarse al pie de la letra las manifestaciones de liderazgo comunitario.
“Los líderes de las bandas hablan de liberación y de representar al pueblo para atraer el apoyo popular”, advierte Gedeon Jean, un analista de derechos humanos de Puerto Príncipe que ha seguido durante años el aumento de los secuestros cometidos por las pandillas.
“Pero lo único que quieren es más poder y un Estado que se acomode a su delincuencia“.
Un vendedor ambulante que vive en el territorio de Kraze Baryé en Puerto Príncipe, Haití. 18 de abril de 2024. (Evelio Contreras/CNN)
Una isla estadounidense en el país de las bandas
La Embajada de Estados Unidos está ubicada a menos de un kilómetro de este lugar, con soldados apostados en su techo para vigilar constantemente los matorrales que la rodean.
Precisamente la semana anterior a nuestra visita, miembros de Kraze Baryé atacaron un barrio civil cercano, expulsando a unas 150 personas de sus casas en la oscuridad y disparando a un hombre en el corazón, según un testigo presencial.
Como isla dentro del territorio de Innocent, el complejo diplomático es una inversión de la propia relación de Haití con Estados Unidos.
Aquí, Kraze Baryé es la temible potencia regional que domina los barrios de Torcell, Tabarre y Delmas; los cuales deben ser cruzados por los estadounidenses para llegar a su embajada.
Hasta ahora, Estados Unidos ha tratado de eludir cualquier implicación militar en Haití. Por el contrario, el Secretario de Estado, Antony Blinken, anunció en marzo de 2024 que Estados Unidos aportaría 300 millones de dólares a una misión multinacional de apoyo a la seguridad del país.
Sin embargo, hasta ahora, sólo han sido depositados 18 millones de dólares en un Fondo Fiduciario gestionado por la ONU para la misión; de los cuales 8,7 millones han sido aportados por Canadá, 3,2 millones por Francia y 6 millones por Estados Unidos.
La misión, dirigida por Kenia y en la que también participaría personal de Bahamas, Bangladesh, Barbados, Benín, Chad y Jamaica, está actualmente en suspenso debido a los disturbios que suscita la inestabilidad política de Haití.
Y a pesar de su condición de más buscado, o quizá debido a ella, Innocent parece interesado en que la relación de Kraze Baryé con la embajada siga siendo de buena vecindad.
“Es un honor que un país tenga su embajada en nuestras inmediaciones, porque significa que quiere colaborar con nosotros”, planteó Innocent.
El mes pasado, docenas de helicópteros realizaron una serie de vuelos de evacuación de emergencia para ciudadanos estadounidenses, aterrizando y despegando junto al edificio de la embajada.
Una operación de alto riesgo que cualquier miembro de Kraze Baryé habría podido frustrar fácilmente con unos cuantos disparos. Pero los vuelos llegaron y se fueron sin incidentes.
(Oficina Federal de Investigación/CNN Newsource)
Innocent se desentiende cuando se le pregunta sobre las acusaciones de las autoridades estadounidenses respecto a haber estado implicado en el secuestro más de una docena de misioneros estadounidenses y canadienses en 2021. Entre ellos, fueron incluidos niños pequeños, quienes permanecieron cautivos durante semanas.
Tampoco se responsabilizó por un ataque en 2022 en la casa de una pareja de ancianos estadounidenses. En él, murió una mujer, mientras su marido fue tomado como rehén y se pidió una cifra de rescate por él antes de liberarle.
Innocent se limita a decir que la justicia no le ha dado la oportunidad de responder a las acusaciones de Estados Unidos, pero que estaría dispuesto a defenderse ante los tribunales.
“Creemos en la ley. Queremos tomar la mejor decisión, consultar con un abogado y seguir el debido proceso”, afirma.
En Haití, asegura, estaría dispuesto a enfrentarse al sistema judicial, siempre y cuando, la élite corrupta también lo hiciera.
“Tenemos que deshacernos del sistema de los oligarcas. Y también estamos dispuestos a responder ante el sistema de justicia de nuestro país, para que podamos ver dónde era que se escondía el peor de los males“.
El Departamento de Estado no respondió a las peticiones de CNN para hacer comentarios o hablar con el embajador estadounidense en Haití, Dennis Hankins.
Lo que hace falta para deponer las armas
A pesar de todas sus demostraciones de fuerza, el control que ejercen las bandas haitianas es tenue y sus soldados suelen estar mal disciplinados y entrenados, afirman los expertos.
Muchos observadores veteranos -entre ellos, el exembajador de Estados Unidos, Rick Barton- creen que bastaría con una pequeña fuerza de combate especializada -por ejemplo, unos cientos de soldados estadounidenses- para detener toda la crisis.
Asimismo, crear las condiciones adecuadas para que llegara una misión de seguridad multinacional más amplia y se comenzara a ayudar a la policía haitiana.
Haití ya tiene un gobierno de transición, que juró su cargo el jueves 25 de abril.
Este martes 30 de abril, el consejo nombró a un nuevo primer ministro interino, en medio de los esfuerzos por controlar la violencia de las bandas en la nación caribeña.
El consejo, encargado de allanar el camino para la celebración de elecciones y abordar la deteriorada situación de seguridad del país, nombró el martes presidente a Edgard Leblanc Fils y propuso al exministro de Deportes, Fritz Bélizaire, como nuevo primer ministro interino.
El Consejo, compuesto por nueve miembros, consta de siete miembros con derecho a voto y fue creado con la ayuda de la Comunidad del Caribe (CARICOM).
Pero las bandas haitianas sostienen que merecen un asiento en la mesa de negociaciones. E Innocent advierte que, si no lo consiguen, Viv Ansanm ejercerá su influencia por otros medios.
“Lo entenderán cuando se den cuenta de que los aviones no pueden volar. Cuando vean que los inversores no pueden entrar. Cuando analicen que hay un montón de extranjeros que ya estaban presentes en el país con proyectos y se vieron obligados a huir a sus países a esperar la estabilidad”, dice.
Innocent muestra a CNN el territorio que controla en Puerto Príncipe, Haití. 18 de abril de 2024. (CNN)
Gedeon Jean, experto en derechos humanos, afirma que la dimisión del exprimer ministro Henry en marzo fue un gran error, que puso a Innocent y a otros en un camino imposible.
Jean plantea que la dimisión de Henry pareció validar las afirmaciones de que las pandillas son actores políticos legítimos;y hoy, las mismas sienten que no se les ha dado el debido crédito.
“Piensan: ‘Nosotros hicimos dimitir a Henry, así que deberíamos ser partícipes de la transición política’, sostiene. “Pero, concederles eso, sólo las validaría aún más”.
Entre sus demandas, las pandillas quieren una amnistía bajo cualquier gobierno futuro, dice Innocent, y un plan para el futuro de los muchos jóvenes que actualmente siguen sus órdenes. Dos cosas que también han sido planteadas por los miembros del consejo de transición.
“Cuando soltemos las armas, debemos estar seguros de que vivimos en un Estado que aportará un marco para el futuro. ¿Puedo decirle a alguien que suelte su arma y agarre una piedra para comer? En absoluto”, termina Innocent.
Reportaje de Caitlin Stephen Hu, David Culver y Evelio Contreras.
Editado por Rachel Clarke, de CNN en Atlanta.
Traducción y subtitulos por CNN Chile.