"La adhesión de Suecia nos hará a todos más fuertes y seguros", dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
(CNN Español)- El Parlamento de Hungría aprobó este lunes por abrumadora mayoría la candidatura de Suecia a la OTAN, despejando el camino para el ingreso de la nación nórdica en la alianza militar tras casi dos años de intensas negociaciones y asestando un golpe geopolítico al presidente de Rusia, Vladimir Putin, según informó la oficina de prensa del Parlamento.
Conseguir la aprobación de los legisladores húngaros era el último obstáculo para la entrada de Suecia en la OTAN. El primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, visitó Budapest el viernes para tratar la cooperación en materia de defensa y seguridad con su homólogo húngaro, Viktor Orban. Ambas partes parecieron reconciliarse, acordando un acuerdo por el que Hungría adquiriría cuatro nuevos cazas Gripen de fabricación sueca.
De los 194 diputados que votaron, sólo seis rechazaron la adhesión de Suecia.
“Hoy es un día histórico”, dijo Kristersson en X poco después de la votación. “Suecia está dispuesta a asumir su responsabilidad en la seguridad euroatlántica”.
Suecia se unirá formalmente a la alianza después de presentar su instrumento de adhesión ante el gobierno de Estados Unidos, depositario del Tratado del Atlántico Norte. El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, confirmó que Suecia se unirá a la alianza ahora que todos los aliados han aprobado la solicitud de adhesión de Suecia.
“La adhesión de Suecia nos hará a todos más fuertes y seguros”, dijo.
¿Qué es la OTAN?
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue fundada por 12 países, en 1949. La Alianza Atlántica se expandió a Europa del Este después del colapso de la Unión Soviética, en 1991. Finlandia y Suecia solicitaron unirse en mayo de 2022, luego de la invasión rusa de Ucrania.
Con la adhesión de Suecia, la OTAN contará con 32 países entre sus miembros, un giro irónico dado que Rusia lanzó su guerra contra Ucrania en parte debido al crecimiento de la alianza en Europa del Este a lo largo de la frontera rusa.
El año pasado, Finlandia se convirtió en el 31º miembro de la OTAN, añadiendo unos 1.300 kilómetros a la frontera de la alianza con Rusia.
Como Estados de la OTAN, Finlandia y Suecia gozarán de la protección que otorga el artículo 5 del tratado por el que se estableció la alianza, que establece que un ataque contra un miembro se considera un ataque contra todos.
Suecia y Finlandia anunciaron su intención de unirse a la alianza en respuesta a la invasión rusa de Ucrania, abandonando la política de no alineamiento que durante décadas definió las relaciones exteriores de ambos Estados durante la Guerra Fría.
La OTAN tiene una política de puertas abiertas, lo que significa que cualquier país puede ser invitado a unirse si manifiesta su interés y es capaz y está dispuesto a defender los principios del tratado fundacional del bloque.
Sin embargo, según las normas de adhesión, cualquier Estado miembro puede vetar la entrada de un nuevo país. Aunque la mayoría de los miembros de la OTAN aprobaron rápidamente las solicitudes de Finlandia y Suecia, Hungría y Turquía se resistieron durante algún tiempo.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó a Finlandia y Suecia de ser demasiado indulgentes con las organizaciones terroristas kurdas, mientras que Orban afirmó que difundían “mentiras descaradas” sobre el incumplimiento por su país de las normas de la Unión Europea (UE) sobre el Estado de Derecho, valores fundamentales consagrados en los tratados de la UE.
Presidente de Turquía y Joe Biden, presidente de EE.UU. REUTERS ATTENTION EDITORS
Estas preocupaciones llevaron a la UE a congelar fondos por valor de miles de millones de dólares destinados a Hungría hasta que se resolvieran. Orban y su gobierno han negado repetidamente haber infringido las normas de la UE.
Posteriormente, tanto Hungría como Turquía suavizaron su postura sobre la adhesión de Finlandia y aprobaron su solicitud el pasado marzo. El Parlamento de Turquía aprobó la entrada de Suecia el mes pasado, después de que Estocolmo endureciera su legislación antiterrorista y se comprometiera a cooperar más estrechamente con Turquía en materia de seguridad.
Poco después de la votación en Turquía, Orban comunicó al jefe de la OTAN, Stoltenberg, que su gobierno también apoyaría la adhesión de Suecia. El líder húngaro dijo durante su discurso sobre el estado de la nación del 17 de febrero que el país podría ratificar la adhesión de Suecia al comienzo de la sesión de primavera del parlamento, este lunes.
A los aliados de la OTAN les preocupaba que, aunque Orban apoyara públicamente la candidatura sueca, el país llevara meses dando largas al asunto. El retraso de Budapest hizo temer que Orban, el dirigente de la UE más próximo a Putin, actuara en beneficio del Kremlin.
En las últimas semanas, sin embargo, Europa ha conseguido que Hungría se alinee con los objetivos de política exterior del bloque. A principios de mes, Budapest retiró sus objeciones a un acuerdo de financiación de la UE para Ucrania por valor de US$ 50.000 millones, que Orban había vetado en diciembre por motivos de procedimiento. Los críticos de Orban le habían acusado de bloquear el acuerdo en respuesta a la decisión de la UE de retener los fondos destinados a Hungría. Hungría negó que hubiera relación alguna entre ambas cosas.
Adhesión de Suecia a dos años de la guerra Rusia-Ucrania
La adhesión de Suecia a la OTAN se produce en un momento crucial de la guerra en Ucrania, en el que Rusia está cosechando nuevos éxitos en el campo de batalla y parecen surgir grietas en el apoyo occidental a Kyiv tras dos años de enfrentamientos. La atención también se ha desviado de Europa desde que los atentados del 7 de octubre de Hamas contra Israel desencadenaron la guerra en Medio Oriente.
El aumento del sentimiento populista en Europa y Estados Unidos antes de las elecciones de junio y noviembre, respectivamente, también amenaza con obstaculizar los esfuerzos de Ucrania por continuar su lucha contra Rusia.
Los políticos de las democracias occidentales se esfuerzan por convencer a un electorado cada vez más escéptico de que apoyar a Ucrania y detener la marcha del autoritarismo en el extranjero es un buen uso de miles de millones de dólares de los impuestos cuando los votantes se enfrentan a otros problemas más cercanos, como hacer frente a la creciente inflación.
Con información de Luke McGee y Lauren Kent.