Un informe de The New York Times asegura que la evidencia requería un mayor análisis que potencialmente podría dar esclarecedoras respuestas. La pugna en las investigaciones apuntan a saber si el virus se originó de forma natural o si se escapó de un laboratorio.
(CNN) — Las instrucciones del presidente Joe Biden a la comunidad de inteligencia de EE.UU. de redoblar sus esfuerzos en la investigación sobre los orígenes de la pandemia de COVID-19 llegaron después de que funcionarios de inteligencia informaron a la Casa Blanca que poseían evidencia no revisada que requería un mayor análisis informático que potencialmente podría proporcionar respuestas, informó The New York Times el jueves.
El diario cita a altos funcionarios de la administración, quienes optaron por no detallar la nueva evidencia o el análisis computacional a realizar. La revelación plantea la cuestión de si el gobierno examinó completamente la inteligencia existente y la información de salud pública para indagar la aparición del virus.
También se produce luego de que la Oficina del Director de Inteligencia Nacional emitiera una declaración pública inusual el jueves sobre el estado de su recopilación de inteligencia sobre la génesis de la pandemia, dando a conocer las divisiones dentro de la comunidad de inteligencia respecto a si el virus escapó de un laboratorio en China o si ocurrió de forma natural.
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La portavoz de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, Amanda Schoch, reiteró lo que Biden había dicho el miércoles, que hay una diferencia de opinión entre varias agencias de inteligencia y sus grados de confianza en las teorías.
Funcionarios de la administración le dijeron a The New York Times que la Casa Blanca quiere que los aliados de Estados Unidos participen con más fuerza en la investigación de la posibilidad de que el virus se haya originado en un laboratorio chino, un escenario que anteriormente se había considerado menos probable.
La investigación no ha llegado a un callejón sin salida, dijo un alto funcionario de la administración de Biden al periódico, y agregó que ahora se basará en recursos científicos federales, incluidos los laboratorios nacionales, que no se habían aprovechado previamente para ello.
El mandato de Biden el miércoles se produjo la misma semana de la noticia de un informe de inteligencia de EE.UU. que encontró que varios investigadores del Instituto de Virología de Wuhan de China se enfermaron en noviembre de 2019 y tuvieron que ser hospitalizados, un nuevo detalle sobre la gravedad de sus síntomas que podría alimentar el debate sobre los orígenes de la pandemia, según dos personas informadas sobre lo entregado por inteligencia.
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Una hoja informativa del Departamento de Estado publicada por la administración Trump en enero decía que los investigadores se enfermaron en el otoño de 2019, pero no llegó a decir que habían sido hospitalizados. China informó a la Organización Mundial de la Salud que el primer paciente con síntomas similares a los del COVID-19 se registró en Wuhan el 8 de diciembre de 2019.
Un funcionario de la administración de Biden le dijo a The New York Times que si la nueva investigación no producía explicaciones, sería debido a la ofuscación de China. Funcionarios actuales le dijeron al diario que el enfoque principal de la nueva investigación es aumentar la preparación para una pandemia en el futuro, y funcionarios de la administración creen que el nuevo esfuerzo de inteligencia, combinado con el engaño de China a la OMS, brindará una oportunidad para un mayor intercambio de inteligencia y trabajo en equipo.
Funcionarios de la administración y de la inteligencia estadounidense le dijeron al diario que rastrear el origen del virus requeriría esfuerzos no solo de científicos, sino también de espías. Altos funcionarios les han dicho a las agencias de espionaje que sus equipos enfocados en ciencia jugarán un papel clave en la tarea, después de meses de trabajo en el tema.
Funcionarios de inteligencia actuales y anteriores dijeron que tenían dudas de que alguien desenterraría comunicaciones que proporcionarían evidencia de una fuga de laboratorio.
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Un funcionario le dijo al periódico que los aliados han estado compartiendo inteligencia desde el comienzo de la pandemia, con Reino Unido entre los que consideran dudosa la teoría de las fugas de laboratorio, mientras que otros, como Australia, han demostrado ser más receptivos.
Biden dijo en el comunicado del miércoles que en marzo había ordenado a su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, que encargara a la comunidad de inteligencia la preparación de un informe sobre el análisis más actualizado de los orígenes de la pandemia, incluyendo si el virus había surgido del contacto humano con un animal infectado o de un accidente de laboratorio. El presidente dijo que había recibido ese informe a principios de este mes y pidió un seguimiento adicional.
“A día de hoy, la comunidad de inteligencia de EE.UU. se ha ‘unido en torno a dos escenarios probables’, pero no ha llegado a una conclusión definitiva sobre esta cuestión. Aquí está su posición actual: «mientras que dos elementos en la comunidad de inteligencia se inclinan hacia el escenario anterior y uno se inclina más hacia lo segundo, cada uno con una confianza baja o moderada, la mayoría de los elementos no creen que haya suficiente información para evaluar que uno sea más probable que el otro»”, dijo Biden en el comunicado.
Esa es esencialmente la misma determinación pública que la comunidad de inteligencia ha tenido durante más de un año sobre los orígenes del COVID-19, aunque la declaración del miércoles dejó en claro que estos dos escenarios son “probables” y no solo están siendo investigados. CNN informó en abril de 2020 que la comunidad de inteligencia estaba investigando si el nuevo coronavirus se había propagado desde un laboratorio chino en lugar de un mercado en Wuhan, China. El gobierno chino ha sostenido que el virus se originó y se propagó de forma natural.