Los genomas revelaron que los isleños habían intercambiado genes con una población nativa americana, lo que sugiere que los habitantes cruzaron el océano hacia Sudamérica en algún momento entre 1250 y 1430.
(CNN) — Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua, nunca experimentó un colapso poblacional devastador, según un análisis de ADN antiguo de 15 antiguos habitantes de la remota isla en el Océano Pacífico.
El análisis también sugirió que los habitantes de la isla, que se encuentra a unos 3,700 kilómetros (2,300 millas) del continente sudamericano, llegaron a América en el siglo XIV, mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo en 1492.
Asentada por navegantes polinesios hace 800 años, Rapa Nui, hoy parte de Chile, tiene cientos de monumentales cabezas de piedra que evocan su pasado. La isla ha sido durante mucho tiempo un lugar de intriga.
Algunos expertos, como el geógrafo Jared Diamond en su libro de 2005, Colapso, utilizaron la Isla de Pascua como un ejemplo de advertencia sobre cómo la explotación de recursos limitados puede resultar en una disminución catastrófica de la población, devastación ecológica y la destrucción de una sociedad a través de luchas internas.
Pero esa teoría sigue siendo controvertida, y otras evidencias arqueológicas sugieren que Rapa Nui fue el hogar de una sociedad pequeña pero sostenible.
El nuevo análisis marca la primera vez que los científicos han utilizado ADN antiguo para abordar la cuestión de si la Isla de Pascua experimentó un colapso social autoinfligido, lo que ayuda a arrojar luz sobre su misterioso pasado.
Genomas de Isla de Pascua
Para investigar más a fondo la historia de Rapa Nui, los investigadores secuenciaron los genomas de 15 antiguos residentes que vivieron en la isla durante los últimos 400 años. Los restos se encuentran almacenados en el Musée de l’Homme, o Museo del Hombre, en París, que forma parte del Museo Nacional de Historia Natural de Francia.
Los investigadores no encontraron evidencia de un cuello de botella genético que correspondiera a una marcada disminución de la población, según el estudio publicado el miércoles en la revista científica Nature.
En cambio, el análisis sugirió que la isla albergaba una pequeña población que aumentó gradualmente en tamaño hasta la década de 1860. En ese momento, señaló el estudio, los cazadores de esclavos de Perú removieron por la fuerza a un tercio de la población de la isla.
“No hubo definitivamente un colapso poblacional fuerte, como se ha argumentado, un colapso poblacional donde el 80% o 90% de la población murió”, dijo el coautor del estudio, J. Víctor Moreno-Mayar, profesor asistente de geogenética en el Instituto del Globo de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca.
Los genomas también revelaron que los isleños de Pascua habían intercambiado genes con una población nativa americana, lo que sugiere que los habitantes cruzaron el océano hacia Sudamérica en algún momento entre 1250 y 1430, antes de la llegada de Colón a América, y mucho antes de que los europeos llegaran a Rapa Nui en 1722.
Entre el 6% y el 11% de los genomas de los individuos pueden rastrearse hasta ancestros de la costa sudamericana, según el estudio, y el análisis del equipo proporcionó información sobre cuándo estos dos grupos se encontraron y tuvieron descendencia. Los autores estimaron que esto ocurrió 15 a 17 generaciones antes que la de los individuos estudiados.
Navegantes polinesios
El hallazgo no es totalmente sorprendente. Las historias orales y el análisis del ADN de los isleños actuales sugerían tal ascendencia, y se han encontrado restos de camote, un alimento importado de Sudamérica, en la isla, que datan de antes del contacto europeo, explicó Moreno-Mayar.
Algunos expertos, y el público en general, se han mostrado reacios a dejar atrás las historias catastróficas sobre la Isla de Pascua, dijo Lisa Matisoo-Smith, profesora de antropología biológica en la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda.
Pero los antiguos genomas se suman a un creciente cuerpo de evidencia que indica que la idea de un colapso poblacional autoinfligido en la Isla de Pascua es una narrativa falsa, dijo Matisoo-Smith, quien no participó en el estudio.
“Sabemos que los primeros navegantes polinesios que descubrieron y se asentaron en Rapa Nui hace al menos 800 años estaban entre los mejores navegantes y viajeros del mundo”, dijo en un comunicado compartido por el Science Media Centre de Nueva Zelanda.
“Sus ancestros pasaron al menos 3,000 años viviendo en un entorno oceánico. Navegaron hacia el este a través de miles de kilómetros de océano abierto y encontraron casi todas las islas habitables a lo largo del vasto Pacífico. Sería más sorprendente si no hubieran llegado a la costa de Sudamérica. Estos resultados proporcionan evidencia intrigante del momento en que ocurrió ese contacto”.
Matisoo-Smith señaló que los académicos de regiones del Pacífico habían cuestionado la narrativa de ecocidio y colapso social basada en una serie de evidencias arqueológicas.
“Pero ahora, finalmente tenemos evidencia de ADN antiguo que aborda directamente estas dos preguntas y quizás nos permita enfocarnos en una narrativa más realista de la historia de esta intrigante, aunque en realidad bastante típica, isla polinesia”, agregó.
Un estudio publicado en junio, basado en imágenes satelitales de tierras que alguna vez se usaron para cultivar alimentos, llegó a una conclusión similar.
Análisis de ADN de restos humanos
Los restos humanos utilizados en el nuevo análisis de ADN fueron recolectados por el erudito francés Alphonse Pinart en 1877 y el antropólogo suizo Alfred Métraux en 1935, según el último estudio, que citó archivos del museo.
Bajo qué circunstancias se tomaron los restos no está claro, dijo el estudio, pero formaron parte de una tendencia más amplia de recolección en regiones colonizadas durante finales del siglo XIX y principios del XX.
El equipo de investigación trabajó con las comunidades y las instituciones gubernamentales de Rapa Nui para obtener el consentimiento para el estudio. Los científicos dijeron que esperaban que los resultados ayudaran a facilitar la repatriación de los restos para que los individuos pudieran ser enterrados nuevamente en la isla.