El anuncio se ha dado en el contexto de la guerra en Ucrania y las tensiones entre China y Estados Unidos por Taiwán. En tanto EE.UU. y naciones del G7 alentaron a Indonesia a invitar al presidente ucraniano Volodimir Zelensky, como participante para dar una muestra de apoyo a Ucrania.
(CNN) – Los líderes de China y Rusia planean asistir a la cumbre del G20 en noviembre, según dijo su anfitrión, el presidente de Indonesia, sembrando la posibilidad de un enfrentamiento de alto perfil con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El mandatario de Indonesia, Joko Widodo, dijo a Bloomberg en una entrevista que había recibido garantías de los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin de que asistirían a la conferencia, programada en la isla indonesia de Bali. La presencia de los dos líderes autoritarios aumentará las apuestas para la cumbre, que es la primera del G20 desde la invasión rusa a Ucrania y el aumento de las tensiones en torno al tema de Taiwán.
Ni Putin ni Xi asistieron al G20 del año pasado en Roma. Xi ha comenzado recientemente a viajar fuera de China continental a medida que disminuye la pandemia de COVID-19. La Casa Blanca no ha anunciado formalmente el viaje de Biden a Asia para la cumbre, pero los funcionarios dicen que se espera que asista.
Funcionarios estadounidenses y chinos han estado trabajando en silencio para organizar la primera reunión cara a cara entre Biden y Xi desde que Biden asumió el cargo, con miras a la serie de cumbres de noviembre en Asia: el G20 en Bali, una reunión de líderes del sudeste asiático en Camboya y la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Tailandia.
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Las tensiones entre Washington y Pekín se han deteriorado en las últimas semanas tras la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. China ha aumentado los ejercicios militares y las pruebas de armas y ha cerrado ciertos canales de comunicación con Estados Unidos. Durante su última llamada telefónica, Biden y Xi acordaron trabajar para una reunión en persona. Biden es partidario de reuniones periódicas con sus homólogos extranjeros, incluso cuando las tensiones son altas.
Biden y sus asesores han estado en conversaciones durante meses sobre cómo abordar el G20 en caso de que Putin asista, y fue un tema de discusión entre otros líderes mundiales en la cumbre del G7 celebrada en Alemania a principios de este verano y en una cumbre de la OTAN en Bruselas en marzo.
En la reunión del G7, en particular, los líderes discutieron formas de demostrar un frente unido contra Rusia en la conferencia de noviembre, según los funcionarios. Biden ha dicho que Rusia debería ser expulsada del G20, y altos funcionarios de su administración se han retirado de los eventos del G20 en los que estaban presentes funcionarios rusos. Pero no se consideró seriamente boicotear la cumbre del G20, ya que Biden y su equipo no querían dar la impresión de estar cediendo la mesa a Putin.
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En cambio, EE.UU. y otras naciones del G7 alentaron a Indonesia a invitar al presidente ucraniano Volodimir Zelensky como participante para dar una muestra de apoyo a Ucrania. En abril, los ministros de finanzas de varias naciones, incluida la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, salieron de una sesión del G20 a puertas cerradas en Washington cuando el delegado ruso comenzó sus comentarios preparados, una muestra de protesta contra Moscú por su invasión de Ucrania.
En una reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20 el mes pasado, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, desafió a sus homólogos a mantener una línea más dura con Rusia, diciendo que para que el G20 siga siendo relevante, debe responsabilizar a Moscú por la invasión.