Ha sido una semana caótica para la campaña de Trump, marcada por el hecho de que el propio presidente dio positivo por coronavirus y fue al hospital tres días, pero que comenzó con un frenético debate entre el presidente y Biden.
Los objetivos de Pence en el debate del miércoles por la noche son proyectar una calma que Trump no pudo mostrar la semana pasada, mientras defiende el manejo de la pandemia por parte del Gobierno del que hace parte y transmite el mensaje de la campaña de Trump de que el virus no debería dominar la vida estadounidense.
Es una tarea difícil: más de 210.000 estadounidenses han muerto a causa del virus, las pequeñas empresas en todo el país han sido diezmadas y la perspectiva de más estímulo económico para los estadounidenses fue rechazada el martes por la noche cuando el presidente instó a los republicanos a abandonar las negociaciones con los demócratas, hundiendo el mercado de valores.
Pero Pence, según personas que lo conocen bien o lo han debatido en el pasado, es uno de los políticos más hábiles para redirigir una pregunta a un tema en el que quiere enfocarse.
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“Mike es un buen polemista”, dijo John Gregg, un demócrata de Indiana que fue a la Escuela de Leyes con Pence y se postuló contra él para gobernador en 2012. “En ciertas preguntas que recibe, si no quiere responderlas, es simplemente un maestro en no responder y girar en torno a los puntos de conversación“.
Harris enfrenta los fantasmas de las políticas del pasado
Harris ingresó a las primarias presidenciales demócratas como partidaria de “Medicare para todos”, el plan nacional de seguro de salud escrito y defendido por su competidor, el senador Bernie Sanders de Vermont.
Para cuando se retiró, en diciembre de 2019, la senadora de California había retrocedido su apoyo y había presentado su propio plan, que pedía la transición a un programa administrado por el Gobierno durante 10 años, pero permitiendo la participación de aseguradoras privadas.
Ahora ella está defendiendo a Biden y su propuesta de reforzar la Ley del cuidado de salud a bajo precio y crear una opción pública sobre ella.
Trump y Pence no tienen un plan de salud propio creíble, pero eso no impedirá que el vicepresidente intente pintar a Harris como una herramienta de la “izquierda radical” sobre su respaldo inicial de Medicare para todos y su propia propuesta.
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Su capacidad para salir de esa conversación y convertirse en una sobre las políticas de la administración actual, tanto sobre la pandemia como su apoyo a una demanda que amenaza el Obamacare, como también se conoce la ley de salud, podría ser un momento decisivo.
Preguntas sin respuesta
En el primer debate presidencial, Biden no respondió directamente una pregunta sobre si apoyaría aumentar el número de jueces en la Corte Suprema. Tampoco ha dado una respuesta de sí o no a si apoyaría, si los demócratas obtienen el control del Senado, la abolición del obstruccionismo.
Trump no pudo obtener respuestas de Biden, pero Pence podría intentar presionar a Harris sobre esas preguntas mientras busca argumentar que la fórmula Biden-Harris está en deuda con el ala progresista del Partido Demócrata, que ha buscado los cambios.
Pence, mientras tanto, podría tener que abordar los tuits oscilantes de Trump del martes sobre un estímulo económico. El presidente usó Twitter para anunciar que había terminado las negociaciones con Pelosi sobre un paquete económico masivo.
Luego, horas después, tuiteó “¡Cierto!” en respuesta al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, que abogaba por más ayuda financiera del Congreso.
El debate entre Mike Pence y Kamala Harris será transmitido este miércoles a las 21:50 horas por CNN Chile.