Investigaciones recientes revelaron que el alcohol puede ser un potente cancerígeno y es un posible contribuyente a una serie de otras enfermedades, como la depresión y los problemas hepáticos y renales.
(CNN) – Los estadounidenses, y especialmente aquellos menores de 35 años, están cambiando su actitud respecto del consumo de alcohol: un porcentaje cada vez mayor apoya la opinión de que beber con moderación es malo para la salud, y un nuevo estudio los respalda.
Según una encuesta de Gallup publicada este martes, casi la mitad de los estadounidenses, el 45%, afirma que tomar una o dos bebidas alcohólicas al día es malo para la salud. Se trata del porcentaje más alto registrado hasta ahora en la encuesta, que se ha realizado 10 veces desde 2001.
Los adultos más jóvenes son el grupo más propenso a decir que beber es malo para la salud, con un 65% que lo piensa en ese grupo, en comparación con el 37% de los adultos de 35 a 54 años y el 39% de los adultos de 55 años o más.
Solo el 8% de los adultos informaron que creían que beber con moderación tenía un efecto positivo en la salud, un mínimo histórico.
Cada vez más adultos jóvenes optan por abstenerse, ya que los cócteles sin alcohol se volvieron más accesibles y la gente siente menos presión social para beber. Una encuesta de Gallup publicada el año pasado reveló que el 62% de los adultos menores de 35 años dijeron que bebían alcohol, lo que representa una reducción de 10 puntos porcentuales con respecto a 20 años antes.
Sin embargo, la encuesta también encontró que aumentó un 10% el número de adultos de 55 años o más que dijeron que beben, y un nuevo estudio dice que eso podría ser perjudicial para su salud general.
Por otra parte, un nuevo estudio descubrió que el consumo moderado de alcohol no parece beneficiar la salud de los adultos mayores, lo que se suma a un creciente número de investigaciones que contradicen la creencia, antes muy extendida, de que beber una o dos copas de alcohol al día, especialmente vino, podría ser bueno para la salud. Por el contrario, investigaciones recientes revelaron que el alcohol puede ser un potente cancerígeno y es un posible contribuyente a una serie de otras enfermedades, como la depresión y los problemas hepáticos y renales.
“El alcohol es un cancerígeno y contribuye a unos 50 tipos diferentes de muerte”, dijo el Dr. Timothy Naimi, quien dirige el Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias en la Universidad de Victoria. “En general, el alcohol es un peligro para la salud”, dijo Naimi, quien no participó en el estudio.
Naimi dijo que ese hecho tiende a perderse cuando la gente comienza a hablar sobre el consumo moderado de alcohol o sobre cuánto alcohol pueden consumir antes de que comience a ser perjudicial.
Cuando se trata de alcohol, dijo, menos es más. “El hallazgo más consistente en toda la ciencia es que, en términos generales, cuanto menos bebes, mejor salud tienes”, dijo Naimi.
El estudio, publicado este lunes en la revista JAMA Network Open, llegó básicamente a la misma conclusión. Se analizaron los resultados de salud de más de 135 mil adultos de 60 años o más seguidos a través del registro del Biobanco del Reino Unido. En la primera visita del estudio, que tuvo lugar entre 2006 y 2010, se hicieron preguntas detalladas a los participantes sobre su consumo de alcohol, y los investigadores utilizaron sus respuestas para clasificarlos como bebedores ocasionales o de riesgo bajo, moderado o alto.
Estudios como estos, que analizan el pasado para encontrar patrones y relaciones entre los hábitos de una persona y su salud, están sujetos a sesgos que pueden distorsionar sus resultados. Los investigadores intentaron evitar uno de los mayores sesgos en los estudios sobre el consumo de alcohol al evitar las comparaciones con personas que dijeron no beber alcohol.
Los abstemios a menudo no beben porque no pueden, tal vez por problemas de salud o por el uso de medicamentos. Comparar a los bebedores con los abstemios, en ese caso, podría hacer que el consumo de alcohol parezca menos perjudicial o incluso beneficioso, como han sugerido algunos estudios anteriores.
Para el nuevo estudio, el grupo de referencia fueron los bebedores ocasionales (aquellos que consumían menos de 20 gramos de alcohol por semana). Una bebida estándar en Estados Unidos contiene alrededor de 14 gramos de alcohol, según los Institutos Nacionales de Salud.
El estudio también tuvo algunas limitaciones. Por ejemplo, la mayoría de la información fue proporcionada por los propios participantes y no siempre recuerdan con precisión qué o cuánto beben. La población del estudio no fue muy diversa. Más del 94% de los participantes del estudio eran blancos, por lo que los resultados pueden no reflejar la experiencia de personas de otros grupos raciales o étnicos.
El estudio definió a los bebedores de bajo riesgo como aquellos que informaron haber consumido hasta 10 gramos de alcohol al día para las mujeres y 20 gramos al día para los hombres. Aquellos clasificados como de riesgo moderado informaron haber consumido entre 20 y 40 gramos de alcohol al día para los hombres y entre 10 y 20 gramos para las mujeres. Los bebedores de alto riesgo fueron aquellos que informaron haber consumido más de 40 gramos de alcohol al día para los hombres y 20 gramos al día para las mujeres.
Cuando las personas informaban que consumían más del 80% de su alcohol de un determinado tipo de bebida, como cerveza, o que bebían en ciertas situaciones específicas como durante las comidas, también se las clasificó como personas que tenían una preferencia particular.
El estudio encontró riesgos en todos los niveles de consumo habitual de alcohol. Las personas que se encontraban en la categoría de bajo riesgo tenían un 10% más de probabilidades de morir de cáncer que las que declararon beber solo ocasionalmente. Las personas con un riesgo moderado tenían un riesgo entre un 10% y un 15% más de probabilidades de morir de cáncer o por cualquier causa en comparación con los bebedores ocasionales, mientras que los bebedores de alto riesgo tenían un 33% más de probabilidades de morir de cáncer, enfermedades cardíacas y cualquier otra causa que los que bebían sólo de vez en cuando.
Los investigadores calificaron además a los participantes en función de dónde vivían, un indicador de su nivel de ingresos y su salud subyacente, y asignaron un punto por cualquiera de 49 condiciones de salud.
Los riesgos asociados con el consumo de alcohol fueron más pronunciados en las personas de menores ingresos y con más problemas de salud.
“Es un dato importante porque también debería tenerse en cuenta en las intervenciones de salud pública en estas poblaciones”, dijo la autora del estudio, la Dra. Rosario Ortola, profesora adjunta de medicina preventiva y salud pública en la Universidad Autónoma de Madrid, en España.
Sin embargo, las personas que dijeron que bebían principalmente vino o que tomaban con las comidas tenían riesgos ligeramente menores de cáncer y muerte, independientemente de si tenían riesgos socioeconómicos y de salud, en comparación con los que bebían solo ocasionalmente.
“Lo que pensamos es que quizá lo que está causando este efecto beneficioso no es el vino en sí ni beberlo con las comidas en sí, sino otros factores que no podemos controlar”, dijo Ortola.
Podría ser, por ejemplo, que las personas que beben vino o que solo beben con las comidas también aprecien la moderación en otras áreas de sus vidas, o tal vez sean más propensas a tener otros comportamientos saludables, como ser físicamente activas.
En otras palabras, dijo Naimi, “el consumo moderado de alcohol es quizás un reflejo de un estilo de vida más saludable, pero no es la causa, y esa es una distinción muy importante que hay que hacer”.
Los investigadores concluyeron que excepciones como estas pueden implicar beneficios ajenos al alcohol, como los antioxidantes del vino o quizás el espaciamiento de las bebidas en las comidas. Se necesitan más investigaciones para comprender estas diferencias.