Tanto a Álvarez como otros rescatistas que pasaron semanas en el sitio respirando aire nocivo entre los escombros de los edificios derrumbados, luego de que Nueva York y los funcionarios federales les informaron que era seguro, se les ha diagnosticado una variedad de enfermedades y cánceres.
Luis Álvarez, un detective retirado de la policía de Nueva York que describió al Congreso sus problemas médicos durante una apasionada petición para una extensión del Fondo de Compensación a la Víctima del 11 de septiembre, murió este sábado en un hospicio en Nueva York. Tenía 53 años.
Su muerte por complicaciones de cáncer relacionadas con el tiempo que pasó con otros socorristas en los escombros en la zona del atentado se anunció en un comunicado de Facebook de su familia.
“Le dijimos al final que había ganado esta batalla por las muchas vidas que había tocado al compartir su batalla de tres años”, dijo el comunicado.
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“Estaba en paz con eso, rodeado de familia. Gracias por darnos este tiempo que hemos tenido con él, fue una bendición”.
Álvarez ingresó al cuidado de hospicio al final de su vida, la semana pasada.
Álvarez se comprometió a luchar por los beneficios hasta el final
El 11 de junio, un frágil Álvarez se dirigió a Washington con otros socorristas para testificar en una audiencia del subcomité del Poder Judicial de la Cámara de Representantes para una extensión del fondo para agentes de policía, bomberos y otros trabajadores de emergencia que se enfermaron tras trabajar en el sitio de los ataques terroristas del World Trade Center de 2001. Ese día recibió una ovación de pie.
“Ahora estoy en un hospicio, porque (no hay nada más que puedan hacer los médicos para combatir el cáncer”, escribió Álvarez en una publicación de Facebook la semana siguiente. “Todavía aquí, todavía respirando, todavía luchando”.
El comisionado del Departamento de Policía de Nueva York, James O’Neill, tuiteó una foto de Álvarez este sábado con el siguiente mensaje: “Nuestra familia del Departamento de Policía de Nueva York y todos los primeros intervinientes lloran cuando recordamos al Detective del Escuadrón de Bombas de la Policía de Nueva York, Luis Álvarez, quien falleció esta mañana. Su fortaleza, mental y emocional, nos guió a todos, y prometemos #Nunca olvidar su legado, que era, simplemente, que otros hicieran lo correcto”.
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El Jefe de Detectives Dermot Shea dijo de Álvarez: “Él ejemplificó el lema del Departamento de Policía de Nueva York”, Fidelis Ad Mortem o Fiel hasta la muerte”. El Detective Lou Álvarez ha perdido su batalla contra el cáncer relacionado con el 11 de septiembre. Una inspiración, un guerrero, Un amigo, llevaremos su espada”.
John Feal, primer interviniente y vocero del 11 de septiembre, dijo que el martes entregó la placa de Álvarez al líder de la mayoría del Senado Mitch McConnell, como un símbolo de la importancia del fondo de compensación a las víctimas.
Luis Alvarez testificando ante el Congreso este mes.
“Esa fue la intención de Luis”, dijo Feal a CNN esta semana. “Luis quería que Mitch McConnell tuviera su placa. Y permítanme decirles algo, que un agente de policía de la Ciudad de Nueva York entregue su placa, es como si alguien donara un órgano, y Luis quería que el líder de la mayoría del Senado comprendiera la importancia de este y que se le recuerde que las personas están enfermas y moribundas”.
Feal dijo a los reporteros que el líder de la mayoría en el Senado se comprometió a celebrar una votación para extender el fondo después de sentarse con él y otros socorristas del 11 de septiembre en el Capitolio.
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“No quería estar en ningún otro lugar que no fuera la Zona Cero”
Álvarez escribió la semana pasada que la desmejora de su salud no tenía nada que ver con el viaje a Washington. Pero los organizadores dijeron que el viaje es una lucha para los primeros intervinientes enfermos, como el antiguo detective.
Algunos legisladores en el panel no se presentaron a la audiencia de este mes, lo que dio lugar a un feroz discurso del comediante y defensor del fondo Jon Stewart. “Al estar aquí hoy, no puedo evitar pensar en la increíble metáfora de esta sala para todo el proceso al que ha llegado la atención médica y los beneficios para los socorristas del 11 de septiembre”, dijo Stewart.
Álvarez, hablando lentamente, dijo a los legisladores en la sala que planeaba recibir su ronda de quimioterapia número 69 al día siguiente.
“Me hicieron venir aquí el día antes de mi ronda número 69 de quimioterapia, y me aseguraré de que nunca se olviden de cuidar a los que respondieron el 11 de septiembre”, dijo.
Álvarez dijo que los agentes de policía, bomberos, paramédicos y otros estaban haciendo lo que hacen todos los días: ayudar a otros.
“Estuvimos allí juntos con una misión, y nos fuimos después de completar esa misión”, dijo. “He estado en muchos lugares de este mundo y he hecho muchas cosas, pero puedo decirles que no quería estar en ningún otro lugar que no fuera la zona cero cuando estaba allí”.
Añadió: “Ahora que las enfermedades del 11 de septiembre nos han afectado a muchos de nosotros, todos estamos preocupados por nuestros hijos, cónyuges y nuestras familias si no estamos aquí”.
La semana pasada, Álvarez publicó en Facebook que una enfermera notó que estaba desorientado cuando fue a un tratamiento de quimioterapia. Las pruebas revelaron que su hígado se había cerrado completamente debido a sus tumores, dijo.
“Así que ahora estoy descansando y en paz. Seguiré luchando hasta que el Buen Dios decida que es hora”, escribió. “Trataré de hacer algunas entrevistas más para aclarar nuestra lucha por los beneficios que todos merecemos con justicia. Por favor, cuídense y cuídense mutuamente”.
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Más de 12.500 casos de cáncer diagnosticados
El fondo por el que Álvarez y otros lucharon se creó en los meses posteriores a los ataques del 2001 y estuvo inicialmente activo durante dos años, pagando más de 7.000 millones de dólares relacionados con las lesiones y muertes causadas por los ataques del 11 de septiembre.
Pero los socorristas que pasaron semanas en el sitio respirando aire nocivo entre los escombros de los edificios derrumbados, luego de que Nueva York y los funcionarios federales les informaron que era seguro, desde entonces se les ha diagnosticado una variedad de enfermedades y cánceres.
El Congreso y el presidente Barack Obama acordaron en 2010 pagar sus costos médicos, reabrieron el fondo y reservaron 2.700 millones de dólares para pagar a las víctimas que recién se enteraron de los problemas de salud crónicos que resultaron de su trabajo en 2001. En 2012, el gobierno determinó que los cánceres pueden ser compensados como parte del fondo.
Sin embargo, no era suficiente dinero, y en 2015 el Congreso agregó 4.600 millones de dólares en fondos, junto con nuevos controles y límites en algunos pagos. La administración del fondo anticipa que el total de pagos por denuncias presentadas antes de que la medida expire en 2020 podría ser mucho más alto: 11.600 millones de dólares, si continúa un aumento actual en los reclamos, en gran parte causado por un aumento en enfermedades y muertes graves.
La propuesta actual de extender permanentemente el fondo lo autorizaría hasta 2089. Tiene mucho apoyo en la Cámara de Representantes, donde fue aprobada por el Comité Judicial, y el senador Mitch McConnell indicó que el Congreso se ocuparía del fondo.
Hasta mayo, más de 12.500 casos de cáncer también habían sido diagnosticados, según el Programa de Salud del World Trade Center, un programa de atención médica separado, relacionado con el fondo para víctimas, administrado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Las dolencias más diagnosticadas son problemas respiratorios superiores e inferiores, como asma, problemas gastrointestinales como reflujo, trastornos musculoesqueléticos y afecciones de salud mental.