Los ucranianos aseguraron que los términos rusos eran una falsa opción. Mientras tanto, los ciudadanos tienen miedo de salir de los refugios subterráneos incluso para conseguir lo esencial: están tratando de consumir menos agua y alimentos.
(CNN) – El plazo emitido por Rusia para que las autoridades de Mariupol entreguen la ciudad ya pasó y los ucranianos rechazaron los términos como una falsa opción.
La ciudad portuaria de Mariupol, que antes de la guerra albergaba a unas 450 mil personas, ha estado bajo constante ataque de las fuerzas rusas desde principios de marzo con imágenes de satélite que muestran una destrucción significativa de las zonas residenciales. Si bien el ultimátum ruso parecía ofrecer a quienes optaran por rendirse un salvoconducto para salir de la ciudad, no ofrecía tales garantías a los que se quedaban.
Rusia ha sido acusada repetidamente de atacar a civiles, y los residentes atrapados describen el ataque como un “infierno”. Los ataques rusos han provocado un colapso total de los servicios básicos, y los residentes no pueden acceder al gas, la electricidad o el agua. Los cuerpos se dejan en la calle porque no queda nadie para recogerlos o porque simplemente es demasiado peligroso intentarlo.
Lee también: La Casa Blanca confirmó que Joe Biden “no tiene planes” de visitar Ucrania en su viaje a Europa
Un funcionario de la ciudad dijo que la gente tiene miedo de salir de sus refugios subterráneos incluso para conseguir lo esencial, lo que significa que estaban tratando de beber menos agua y comer menos alimentos y sólo salían para preparar comidas calientes.
Bombardeos a hospital de maternidad y al teatro: la ciudad está soportando cada vez más la peor parte del feroz asalto de Rusia al país, con bombardeos día y noche, dijo el mayor Denis Prokopenko, del Regimiento Azov de la Guardia Nacional. El asalto incluyó ataques mortales en una sala de maternidad y bombardeos separados de un teatro y una escuela de arte donde se refugiaban cientos de personas, cuyas pérdidas aún se desconocen mientras continúan las operaciones de rescate. La palabra “niños” estaba escrita en dos lados del teatro antes de que fuera bombardeado, según imágenes satelitales.
Civiles atrapados: durante semanas, las autoridades ucranianas han acusado a las fuerzas rusas de bloquear los corredores de evacuación que permitirían a los residentes escapar de la ciudad de forma segura. El asesor del alcalde de Mariupol, Petro Andrushenko, dijo el domingo en su canal de Telegram que las fuerzas rusas estaban disparando contra las personas que intentaban huir de la ciudad en sus automóviles. El gobierno ucraniano dijo que un convoy de socorro para la ciudad sitiada ha sido bloqueado repetidamente.
Retenidos en contra de su voluntad: El domingo, el Ayuntamiento de Mariupol dijo que las fuerzas rusas están llevando a los residentes a Rusia en contra de su voluntad. Los residentes de Mariupol capturados fueron llevados a campamentos donde las fuerzas rusas revisaron sus teléfonos y documentos, y luego redirigieron a algunos de los residentes a ciudades remotas de Rusia, dijo el consejo. Rusia negó las acusaciones el sábado.
¿Por qué Rusia quiere controlar Mariupol?: la ciudad es un puerto estratégico que se encuentra en un tramo de costa que conecta la región oriental de Donbas con la península de Crimea, las cuales han estado bajo control ruso desde 2014. Las fuerzas rusas parecen estar intentando tomar el control total del área para crear un corredor terrestre entre las dos regiones, apretando a Mariupol con una fuerza militar brutal.
“Es imposible encontrar palabras que puedan describir el nivel de crueldad y cinismo con el que los ocupantes rusos están destruyendo a la población civil de la ciudad ucraniana junto al mar. Mujeres, niños y ancianos permanecen en la mira del enemigo. Estas son personas pacíficas, completamente desarmadas”, manifestó el ayuntamiento de Mariupol.
Experto en política estadounidense y ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., el cientista político chileno analiza las elecciones presidenciales y su impacto en la relación de EE.UU. con América Latina.
