Aunque es una realidad aún lejana en nuestro país, en Europa las aerolíneas han optado por medidas extremas para bajar precios junto con abaratar los costos de la empresa.
Cada vez más son los chilenos que han disfrutado de las las variadas ofertas que realizan las aerolíneas low cost que se han instalado en el país.
Hace sólo algunos días, JetSmart sorprendió con una inédita promoción de pasajes a sólo 500 pesos con tasas de embarque incñuídas. Es decir, viajar dentro del país en avión puede llegar a ser más barato que un pasaje del Metro o del Transantiago.
Hasta el momento, las aerolíneas de bajo costo no han aplicado medidas que afecten de forma considerable a los clientes. Sin embargo, en Europa, donde estas empresas abarcan el 50% del mercado, han impulsado una serie de acciones que han generado más de alguna polémica.
Más informaciones: La dramática foto que se quedó con el primer lugar en el World Press Photo
Por ejemplo, entre las estrategias adoptadas por la firma irlandesa Ryanair, según detalla La Segunda, está la eliminación de los bolsillos de los asientos y las ventanas no tienen visera para cerrar la ventanilla, por lo que deja en una situación incómoda a quienes viajen en el asiento donde llega la luz solar.
El director de la consultora norteamericana ICF, Carlos Ozores, explica en el diario vespertino que esto se debe a que “las viseras de las ventanillas se rompen con facilidad y hay que reemplazarlas. Eliminarlas es otro costo menos”.
A la vez, la compañía impulsó la creación de un calendario con mujeres del staff de la aerolínea, llamado “Las Chicas de Ryanair“.
Según ha informado la compañía, esto corresponde a una política interna para motivar a su personal a mantenerse delgados y, de paso, ahorrar kilogramos. Con menos peso es menor el gasto en combustible, idea que se sustenta con los balances de la firma, que indican que se generó un gasto de un 16% menos de combustible que la competencia en el 2018.
Otras compañías han evaluado medidas drásticas, como reducir la cantidad de baños para instalar más asientos, cobrar más según el peso de la persona y puestos especiales para volar de pie, lo que fue propuesto por Ryanair, aunque no ha sido aceptado por los reguladores.
“Todo esto puede sonar una locura, y quizá lo es, pero también es una estrategia que le ha permitido a la aerolínea abaratar los costos a niveles nunca antes vistos. Ryanair y otras low cost, como Easyjet, crecen a ritmos frenéticos en Europa y no les importa decir abiertamente que están dispuesta a todo para bajar precios“, precisa Jeroen Kraaijenbrink, académico de la Facultad de Economía de la Universidad de Ámsterdam.