La campaña que nació en Argentina el 3 de junio del 2015 y se expandió por multitud de países en Sudamérica, volvió a colmar las calles de Buenos Aires para conmemorar un aniversario en que se sigue exigiendo medidas contra los femicidios, la violencia machista y la desigualdad de género.
(EFE) – El movimiento Ni una menos, que nació en Argentina el 3 de junio del 2015 y se expandió por multitud de países, volvió a salir este viernes a las calles de Buenos Aires para exigir medidas contra los femicidios, la violencia machista y la desigualdad de género que todavía sufren las mujeres del país suramericano.
Con las consignas “¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!” y “El Estado es responsable“, organizaciones sociales y colectivos feministas marcharon desde la histórica Plaza de Mayo hasta el Congreso argentino, en una manifestación que tuvo eco en otras ciudades del país, como Córdoba, Rosario o Ushuaia.
Entre las principales demandas figuran una reforma judicial con perspectiva de género, la declaración del estado de emergencia por violencia machista o la aplicación de “medidas urgentes” para mitigar la pobreza que padecen las mujeres, en un país que atraviesa una profunda crisis socioeconómica desde mediados del 2018.
Una espiral de violencia
Desde el inicio de Ni una menos, la situación está lejos de haber mejorado: En estos siete años hubo un total de 2.041 feminicidios y 2.361 hijos e hijas se quedaron sin madre, según datos de la organización La Casa del Encuentro. Los últimos datos oficiales, difundidos esta semana por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia, señalaron que sólo en 2021 se produjeron un total de 251 muertes por violencia de género en Argentina.
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Ante esta realidad, el gobierno argentino impulsó una serie de medidas para frenar estos delitos, como el Plan Nacional de Acción contra las violencias por motivos de género, que en los últimos dos años ha organizado cientos de actividades de sensibilización y talleres de prevención por todo el país, incluyendo el programa de ayuda Acompañar, que desde su creación en septiembre del 2020 ha prestado asistencia a más de 165.000 mujeres y personas del colectivo LGTBI+, según cifras oficiales.
Consenso político
En este contexto, el presidente argentino, Alberto Fernández, recibió este viernes a decenas de familiares (padres, madres, hermanos y hermanas) víctimas de violencia machista, quienes expresaron, entre otras cuestiones, su hartazgo por las trabas judiciales que rodean a este tipo de causas.
“Estamos fundando un nuevo tiempo en donde debemos trabajar muy juntos, y tenemos que hacerlo con las fuerzas de seguridad, la Justicia y los sectores que tienen las herramientas para que estas cosas no sigan pasando y para que ninguna de estas muertes haya sido en vano”, afirmó el mandatario en declaraciones recogidas por presidencia.
El apoyo al movimiento Ni una menos es común en la mayoría de las fuerzas políticas, también en la oposición, como es el caso del alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, que ratificó a través de Twitter su “compromiso” con las políticas que “den la contención y el acompañamiento necesario a las víctimas y a sus familias”.
“Sabemos que estas políticas públicas no solucionan el problema de fondo. Necesitamos un verdadero cambio cultural. El día que lo logremos, habremos entendido que varones y mujeres somos iguales y merecemos vivir la misma libertad”, aseveró.