Nicolás Maduro inicia otro periodo con un país sumido en una crisis económica y social.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, comienza este jueves otros seis años en el poder con una economía colapsada que no muestra signos de tocar fondo y una amenaza de algunos vecinos latinoamericanos que dicen que no reconocerán a su gobierno.
Y, sin embargo, hay pocos dentro o fuera de Venezuela que pronostican la caída de Maduro en 2019 o después.
“Parece que Maduro ha tomado la delantera en términos de su control sobre las principales instituciones del país, incluido el ejército, que es clave. Por lo tanto, a corto plazo parece improbable que algo así vaya a pasar”, dice Richard Francis, director de calificaciones soberanas de Fitch Ratings.
Es una idea que tiene Taina Nieves, que acaba de regresar a la capital venezolana, Caracas, después de recorrer Perú y Colombia en busca de una vida mejor y está más desilusionada que nunca.
“Ahora que ese hombre seguirá en el poder, los precios subirán otra vez. Lo más probable es que eleve el salario mínimo, pero eso significa que los precios de todo también aumentan. Así, nos encontraremos en la misma situación”, dijo Nieves.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional predice que la inflación llegará a 10 millones por ciento en 2019. El régimen de Maduro aumenta continuamente el salario mínimo, alimentando cada vez más la inflación, por lo que cada aumento en realidad vale menos para los venezolanos.
“Es una situación muy, muy difícil, con un descenso de la economía de casi el 50% desde 2013. Es el declive más grande que hemos visto fuera de una guerra y desde la caída de la Unión Soviética. Es una crisis económica enorme, enorme”, dijo Francis.
Maduro culpa a lo que él llama terrorismo económico de Estados Unidos por la miseria de Venezuela y el miércoles declaró que estaba luchando contra un golpe liderado por Estados Unidos para derrocar a su gobierno.
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La administración de Trump sigue presionando a Maduro usando sanciones financieras específicas. Las últimas sanciones, anunciadas esta semana por el Departamento del Tesoro de EE. UU., acusan a Maduro de utilizar el mercado de divisas para obtener millones de dólares a partir de beneficios ilícitos.
“Nuestras acciones contra esta corrupta red de cambio exponen otra práctica deplorable que los conocedores del régimen han utilizado para beneficiarse a expensas del pueblo venezolano”, dijo el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, en un comunicado.
Durante casi una década de mala gestión, Venezuela ha malgastado su profunda riqueza petrolera, dejando a su economía destrozada y a América Latina afectada por un éxodo masivo sin precedentes de migrantes en busca de alimentos y medicinas.
La ONU estima que hasta 3 millones de venezolanos han huido desde 2014.
El Grupo Lima, un bloque regional que trata de convencer al régimen de Maduro de una reforma democrática, declaró ilegítimo el nuevo mandato de Maduro en un comunicado.
Instaron al presidente a que transfiriera el poder a la Asamblea Nacional hasta que pudieran celebrarse nuevas elecciones.
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Las elecciones de mayo que devolvieron a Maduro al poder quedaron en gran parte desacreditadas. La participación fue históricamente baja según las cifras oficiales y los grupos de oposición boicotearon la votación.
Para Nieves, un nuevo mandato presidencial significa solo una cosa: “Creo que las cosas empeorarán”, dice ella.