El virus Langya henipavirus infectó a casi tres docenas de personas, según un equipo de científicos que cree que puede haberse propagado directa o indirectamente a las personas a través de las musarañas, pequeños mamíferos parecidos a topos que se encuentran en una amplia variedad de hábitats.
(CNN) – Un nuevo virus detectado en docenas de personas en el este de China podría no causar la próxima pandemia, pero sí sugiere cuán fácilmente los virus pueden pasar desapercibidos de los animales a los humanos, dijeron científicos al advertir que es necesaria mayor vigilancia.
El virus, denominado Langya henipavirus, infectó a casi tres docenas de granjeros y otros residentes, según un equipo de científicos que cree que puede haberse propagado directa o indirectamente a las personas a través de las musarañas, pequeños mamíferos parecidos a topos que se encuentran en una amplia variedad de hábitats.
El patógeno no causó ninguna muerte reportada, pero se detectó en 35 pacientes con fiebre no relacionados en hospitales en las provincias de Shandong y Henan entre 2018 y 2021, dijeron los científicos. Este hallazgo está en sintonía con las advertencias de los científicos de que los virus animales se están propagando regularmente sin ser detectado en personas de todo el mundo.
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“Estamos subestimando enormemente la cantidad de estos casos zoonóticos en el mundo, y este (virus Langya) es solo la punta del iceberg“, dijo el experto en virus emergentes Leo Poon, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong, que no participó en el último estudio.
La primera investigación científica sobre el virus, publicada poe un equipo de investigadores chinos e internacionales en el New England Journal of Medicine la semana pasada, recibió atención mundial debido a la mayor preocupación por los brotes de enfermedades. Cientos de miles de nuevos casos de COVID-19 todavía se informan en todo el mundo cada día, casi tres años desde que se detectó por primera vez en China el nuevo coronavirus que está detrás de la actual pandemia.
Sin embargo, los investigadores dicen que no hay evidencia de que el virus Langya se esté propagando entre las personas o que haya causado un brote local de casos conectados. Se necesitan más estudios sobre un subconjunto más grande de pacientes para descartar la propagación de persona a persona, agregaron.
El veterano científico de enfermedades infecciosas emergentes Linfa Wang, que formó parte del equipo de investigación, le dijo a CNN que aunque era poco probable que el nuevo virus evolucionara hacia “otro evento de ‘enfermedad X‘”, como un patógeno previamente desconocido que desencadena una epidemia o pandemia , “demuestra que tales eventos zoonóticos secundarios ocurren con más frecuencia de lo que pensamos o sabemos“.
Para reducir el riesgo de que un virus emergente se convierta en una crisis de salud, “es absolutamente necesario llevar a cabo una vigilancia activa de manera transparente y colaborativa a nivel internacional“, dijo Wang, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Duke de Singapur.
Siguiendo la pista de un nuevo virus
Las primeras pistas sobre la presencia de un nuevo virus surgieron cuando una campesina de 53 años buscó tratamiento en un hospital en la ciudad de Qingdao de la provincia de Shandong en diciembre de 2018, con síntomas que incluían fiebre, dolor de cabeza, tos y náuseas, según la documentación de los investigadores.
Como la paciente indicó que había tenido contacto con animales en el último mes, se inscribió en una evaluación adicional que se está realizando en tres hospitales en el este de China para identificar enfermedades zoonóticas.
Cuando se examinaron las muestras de prueba de esta paciente, los científicos encontraron algo inesperado: un virus que nunca antes se había visto, relacionado con los virus Hendra y Nipah, patógenos altamente mortales de una familia que no suele ser conocida por su fácil propagación de persona a persona.
Durante los siguientes 32 meses, los investigadores de los tres hospitales evaluaron este virus en pacientes similares y finalmente lo detectaron en 35 personas, que tenían una variedad de síntomas que incluían tos, fatiga, dolor de cabeza y náuseas, además de fiebre.
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Nueve de esos pacientes también estaban infectados con un virus conocido, como la influenza, por lo que la fuente de sus síntomas no estaba clara, pero los investigadores creen que los síntomas de los 26 restantes podrían haber sido causados por el nuevo henipavirus.
Algunos mostraron síntomas graves como neumonía o anomalías de la trombocitopenia, una afección de las plaquetas sanguíneas, según Wang, pero sus síntomas estaban muy lejos de los observados en los pacientes de Hendra o Nipah, y nadie del grupo murió o fue admitido en la unidad de cuidados intensivos. Si bien todos se recuperaron, no fueron monitoreados por problemas a largo plazo, agregó.
De ese grupo de 26, todos menos cuatro eran agricultores, y aunque algunos fueron marcados por el mismo hospital como el caso inicial detectado, muchos otros fueron encontrados en Xinyang, a más de 700 kilómetros de distancia en Henan.
Debido a que se sabía qué virus similares circulaban en animales desde el suroeste de China hasta Corea del Sur, “no fue sorprendente” ver que se propagara a los humanos a través de distancias tan largas, explicó Wang.
No hubo “contacto cercano o historial de exposición común entre los pacientes” u otros signos de propagación de persona a persona, escribieron Wang y sus colegas en sus hallazgos. Esto sugiere que los casos fueron esporádicos, pero se necesita más investigación, dijeron.
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Una vez que supieron que un nuevo virus estaba infectando a las personas, los investigadores, que incluían científicos con sede en Beijing y funcionarios de control de enfermedades de Qingdao, se pusieron a trabajar para ver si podían descubrir qué estaba infectando a los pacientes. Examinaron animales domésticos donde vivían los pacientes en busca de rastros de infecciones pasadas con el virus, y encontraron una pequeña cantidad de cabras y perros que pueden haber tenido el virus anteriormente.
Pero el verdadero avance se produjo cuando analizaron muestras tomadas de pequeños animales salvajes capturados en trampas y encontraron 71 infecciones en dos especies de musarañas, lo que llevó a los científicos a sugerir que estos pequeños mamíferos parecidos a roedores podrían ser donde el virus circula naturalmente.
Lo que no está claro es cómo el virus llegó a las personas, dijo Wang. A continuación, se realizarán más estudios de detección del henipavirus de Langya, que deberían llevarse a cabo no solo en las dos provincias donde se encontró el virus, sino más ampliamente dentro de China y más allá, dijo.
Reducción de riesgos
A nivel mundial, se cree que el 70% de las enfermedades infecciosas emergentes han pasado a los humanos a través del contacto con animales, en un fenómeno que, según los científicos, se ha acelerado a medida que las crecientes poblaciones humanas se expanden a los hábitats de la vida silvestre.
China ha visto brotes importantes de virus emergentes en las últimas dos décadas, incluido el SARS en 2002-2003 y el COVID-19, ambos detectados por primera vez en el país y de virus que se cree que se originaron en murciélagos.
Los efectos devastadores de ambas enfermedades, en particular el COVID-19, que hasta la fecha ha matado a más de 6,4 millones de personas en todo el mundo, demuestran la importancia de identificar rápidamente los casos de nuevos virus y compartir la información sobre los riesgos potenciales.
Los científicos que no participaron en la nueva investigación acordaron que se necesitaba más trabajo para comprender el virus Langya y confirmar los últimos hallazgos, y dijeron que el descubrimiento subraya la importancia de rastrear qué virus pueden propagarse de los animales a las personas.
“Debido a que este (nuevo henipavirus) puede no estar circulando solo en China, es importante compartir esta información y permitir que otros se preparen o realicen más investigaciones en sus propios países”, dijo Poon en Hong Kong.
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Los científicos dicen que se deben responder preguntas críticas sobre qué tan extendido puede estar el nuevo virus en la naturaleza, cómo se está propagando a las personas y qué tan peligroso es para la salud humana, incluido el potencial de que se propague entre las personas o adquiera esta capacidad si continúa saltando de animales a humanos.
El alcance geográfico donde se encontraron las infecciones “sugiere que este riesgo de infección está bastante extendido“, dijo el virólogo Malik Peiris, también de la Universidad de Hong Kong, y agregó que los estudios en otras partes de China y los países vecinos eran importantes “para determinar la gama geográfica de este virus en los animales (musarañas) y en los seres humanos”.
Él también dijo que los últimos hallazgos insinuaban la gran cantidad de infecciones no detectadas que se transmiten de la vida silvestre a las personas, y la necesidad de estudios sistemáticos para comprender no solo este virus, sino el panorama más amplio de la infección humana con virus de la vida silvestre.
“Esto es importante para que la próxima pandemia no nos tome desprevenidos cuando llegue”, dijo.