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En el marco del Día de la Acción Global por el aborto libre, legal y gratuito, mujeres marcharon por las calles de Brasil. Esta movilización se llevó a cabo en medio de la discusión sobre la posibilidad de limitar la interrupción del embarazo no deseado hasta la semana 12 de gestación, y el llamado de los seguidores de Bolsonaro que buscan convocar a un plebiscito para la prohibición total del aborto.
(EFE) – Organizaciones feministas marcharon este jueves en las calles de diferentes ciudades de Brasil para defender el derecho de la mujer a interrumpir el embarazo, en momentos en que el asunto genera una intensa polémica en el país debido a que la Corte Suprema estudia despenalizarlo y legisladores conservadores buscan prohibirlo totalmente.
Las marchas, convocadas por los grupos feministas para conmemorar el Día Latinoamericano por la Despenalización y Legalización del Aborto, concentraron a decenas de manifestantes en las capitales regionales, principalmente en São Paulo, Río de Janeiro, Brasilia y Belo Horizonte.
La principal manifestación se registró en Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña y en donde las mujeres ocuparon dos de los carriles de la icónica Avenida Paulista frente al Museo de Arte de São Paulo (MASP).
Las manifestaciones, habituales cada 28 de septiembre, ganaron fuerza y tensión este año debido a que el asunto viene siendo discutido tanto por la Corte Suprema como por el Congreso.
Ello debido a que la hasta ayer presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), Rosa Weber, decidió anticipar su voto en un juicio en que se analiza la constitucionalidad de permitir el aborto en Brasil hasta la semana 12 de gestación.
Weber, obligada a renunciar a la Corte Suprema por límite de edad (75 años), puso el asunto en votación antes de su salida del tribunal y votó a favor de la legalización del aborto de mujeres con hasta 12 semanas de embarazo.
El aborto es prohibido en Brasil y penalizado con cárcel, con excepción de los casos de violación, riesgo de vida para la madre o anencefalia del feto, y aun así las mujeres que cumplen alguno de estos requisitos enfrentan dificultades en los hospitales para que les interrumpan el embarazo.
En reacción al voto de Weber, un grupo de parlamentarios conservadores, integrado principalmente por legisladores vinculados a iglesias evangélicas y a la ultraderecha liderada por el expresidente Jair Bolsonaro, decidió convocar a un plebiscito para que la población se pronuncie sobre la prohibición del aborto.
La mayoría de los sondeos sobre el asunto indican que más de la mitad de la población es contraria al aborto.
El senador Rogério Marinho, vocero de los grupos conservadores, afirmó que la iniciativa de convocar a un plebiscito cuenta con el respaldo de al menos 45 senadores, una cifra suficiente para conseguir la aprobación del decreto legislativo que sería necesario para convocar la consulta.
“Confiamos en que la gran mayoría de la población brasileña defiende la vida”, dijo Marinho, que se dijo contrario a que la despenalización del aborto sea decidida “por once jueces” de la Corte Suprema.
En las marchas de este jueves, además de defender la despenalización del aborto, las organizaciones feministas también pidieron que el asunto pase a ser tratado como un problema de salud pública.
La periodista fue galardonada por haber dejado huella en la ingeniería y en el desarrollo del país.