Este país del sur de Asia, de 220 millones de habitantes, es el mayor importador de té del mundo.
(CNN) – El gobierno de Pakistán instó a sus ciudadanos a que beban menos té para mantener la economía a flote, ya que el mayor importador de té del mundo se enfrenta a una inflación creciente y a una rápida depreciación de la rupia.
El ministro federal de Planificación y Desarrollo, Ahsan Iqbal, declaró este martes a los periodistas que los paquistaníes podrían reducir su consumo de té en “una o dos tazas” al día, ya que las importaciones están ejerciendo una presión financiera adicional sobre el gobierno.
“El té que importamos se importa pidiendo un préstamo”, dijo Iqbal, quien añadió que los negocios también deberían cerrar antes para ahorrar electricidad.
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Este país del sur de Asia, de 220 millones de habitantes, es el mayor importador de té del mundo, con una compra de más de US$ 640 millones en 2020, según el Observatorio de la Complejidad Económica.
Pakistán lleva meses enfrentándose a graves problemas económicos, que han provocado un aumento de los precios de los alimentos, el gas y el petróleo.
Mientras tanto, sus reservas de divisas están disminuyendo rápidamente. Los fondos en poder del Banco Central cayeron de US$ 16.300 millones a finales de febrero a poco más de US$ 10.000 millones en mayo, según Reuters, una caída suficiente para cubrir el coste de dos meses de sus importaciones.
Muchos paquistaníes han ridiculizado en las redes sociales la petición de Iqbal, afirmando que reducir el consumo de té no contribuiría a aliviar los problemas económicos del país.
La crisis económica de Pakistán fue el centro de un enfrentamiento político entre el primer ministro Shehbaz Sharif y su predecesor Imran Khan a principios de este año, lo que llevó a la destitución de Khan en abril.
Sharif acusó a Khan de mala gestión económica y de mala gestión de la política exterior del país, lo que obligó a Khan a abandonar su cargo en una votación de censura.
El gobierno de Sharif ha tenido que hacer frente a la creciente crisis económica. El mes pasado, Pakistán prohibió la importación de artículos no esenciales y de lujo para “controlar la espiral inflacionista, estabilizar las reservas de divisas, fortalecer la economía y reducir la dependencia del país de las importaciones”, dijo el ministro de Información Marriyum Aurangzeb en una conferencia de prensa el 19 de mayo.
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Sharif dijo entonces que la decisión “ahorrará al país unas divisas preciosas” y que Pakistán tiene que “practicar la austeridad”.
A finales de mayo, el gobierno suprimió el límite de los precios de los combustibles, una condición para que siguiera adelante el acuerdo de rescate con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que llevaba mucho tiempo paralizado.
La semana pasada, el Ejecutivo paquistaní dio a conocer un nuevo presupuesto de US$ 47.000 millones para 2022-23 en un intento de convencer al FMI de que reinicie el acuerdo de rescate de US$ 6.000 millones, acordado por ambas partes en 2019.