"Los turistas pueden hacer lo que todos los demás hacen y usar el transporte público o cambiar a opciones de movilidad amigables con el medio ambiente”, expresó el vicealcalde de la capital de Francia, Emmanuel Gregoire.
El vicealcalde de París reveló que la ciudad está trabajando en detener los buses turísticos, pues estarían causando una “anarquía total” en la ciudad.
Emmanuel Gregoire dijo que el ayuntamiento está evaluando regulaciones para limitar el tráfico de buses y que introduciría áreas de estacionamiento fuera de la ciudad.
“Los buses ya no son bienvenidos en el corazón de la ciudad”, dijo Gregoire.
El vicealcalde habló de la medida como parte de una serie de iniciativas diseñadas para mitigar el impacto del turismo en la capital francesa.
Aunque el problema no ha alcanzado los niveles de Venecia o Barcelona, Gregoire cree que los parisinos están recelosos por los problemas que causa la saturación.
Hizo hincapié en que la capital está abierta al turismo masivo y ha realizado grandes esfuerzos para proporcionar baños públicos gratuitos, pero afirmó que “los turistas pueden hacer lo que todos los demás hacen y usar el transporte público o cambiar a opciones de movilidad amigables con el medio ambiente” en lugar de buses.
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Sin embargo, Gregoire reconoció que las visitas en grupo son útiles para los visitantes mayores.
Y mientras que las restricciones en los buses pueden dificultar la vida de los guías turísticos, Gregoire dijo que deben adaptarse y usar el ciclismo o las excursiones a pie.
“Todos tienen que adaptar su trabajo a las necesidades de la ciudad”, dijo.
Gregoire también expresó su preocupación por el aumento de los costos de las viviendas, que atribuyó en parte a Airbnb, y afirmó que las tasas de delincuencia en París eran bajas en comparación con otras grandes ciudades de todo el mundo.
En Venecia, los grandes cruceros se han convertido en un punto focal para las preocupaciones sobre el número de visitantes.
En junio de 2019, un barco de crucero chocó contra un barco turístico en el canal de Giudecca, y los lugareños están presionando para que los barcos sean expulsados del área.
El exceso de turismo también es un problema en Ámsterdam, donde la oficina de turismo ha decidido dejar de hacer publicidad para tratar de manejar el número creciente de visitantes.
La ciudad también ha intentado introducir un límite de alquiler a corto plazo de 30 días en las propiedades de Airbnb, pero se encuentra en disputa con la mayor firma privada de alquileres del mundo sobre sus planes para normas más estrictas.
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