“Es bastante inútil el feminismo", había comentado el ex mandatario. A pocos días de esa polémica entrevista, reconoció que ofendió a quienes "representan matices importantes".
El senador uruguayo José “Pepe” Mujica expresó su malestar por los dichos que él mismo emitió sobre el feminismo y reconoció que ofendió “a nobles compañeros” que “representan matices importantes, incuestionables, de la composición de nuestra herramienta”.
“Es bastante inútil el feminismo, porque creo que el machismo es un hecho y que la agenda de derechos de la equiparación es inobjetable. Pero la estridencia también termina jodiendo a la causa de la mujer, porque crea una antípoda quejosa. Excita lo reaccionario de la propia sociedad, que está ahí. Veo que por el lado de la universidad vienen equiparados”, había dicho en una entrevista con el semanario Voces la semana pasada.
Ahora, en su podcast de M24, el ex mandatario sostuvo que sus dichos fueron influenciados por la “enorme calentura” que sintió producto de la derrota del Frente Amplio en las elecciones presidenciales de su país. “Naturalmente, estuve muy mal”, se lamentó, y dijo que se le “fue la lengua”.
El también líder del Movimiento de Participación Popular (MPP) comentó que “la corriente política a la que pertenezco, si por algo se caracteriza, es por promover compañeras como nadie, y allí están los hechos: todas las presidentas que ha tenido la Cámara de Diputados, que son varias, fueron todas compañeras de nuestro sector, y eso fue por voluntad política” .
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Además, recordó que cuando fue presidente promovió “contra viento y marea, y vaya que me costó, que me cuesta, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, porque entendía que era una manera de defender a las mujeres más humildes”.
Y agregó que “fui, hace años, como presidente de la República quien salió con letreros por la calle, cuando empezó a menudear la violencia machista contra las mujeres, recordándoles a los hombres que en la vida hay que saber perder”.
Sin embargo, también señaló su convencimiento de que “el verdadero cambio no es de palabras, es cultural, y para que ello sea posible, necesita incorporar el conocimiento masivo de las mujeres más humildes de este país, que son las que tienen más hijos y las que construyen y son, por razones naturales, las primeras educadoras de nuestro pueblo”.
Y recordó que esas mujeres “suelen estar enormemente alejadas, por razones económicas, de los bienes públicos de la cultura, y es allí donde más duele el patriarcado y los prejuicios“.