En Nueva Hampshire, el senador por Vermont Bernie Sanders obtuvo la celebración televisada que se le escapó una semana antes. Pero una vez más, el exalcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, lo hizo sudar. Aquí hay cinco conclusiones de las primarias del martes.
En Nueva Hampshire, el senador por Vermont Bernie Sanders obtuvo la celebración televisada que se le escapó una semana antes.
Pero una vez más, el ex alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, lo hizo sudar.
La victoria de Sanders solidificó su estatus en la carrera como favorito nacional, con sus números en las encuestas y de recaudación de fondos por encima de los de sus rivales. Pero Buttigieg empató con él en el recuento de delegados de Nueva Hampshire, según la estimación de CNN, dando al exalcalde una ligera ventaja en el recuento general de delegados hasta el momento.
La senadora de Minnesota, Amy Klobuchar, logró un tercer puesto mucho más sólido de lo esperado, lo que abre una nueva carrera de dos personas con Buttigieg por el carril moderado en la primaria presidencial demócrata.
Ahora, la carrera se trasladará a Nevada y luego a Carolina del Sur, lo que pone en un sitio destacado a la diversa base de votantes latinos y afroamericanos del partido.
La senadora por Massachusetts Elizabeth Warren y el exvicepresidente Joe Biden tienen ahora que reagruparse y descubrir cómo pueden tener un regreso en esos estados antes de que los fondos recaudados se agoten y la carrera por los delegados se quede fuera de su alcance.
Aquí hay cinco conclusiones de las primarias del martes en Nueva Hampshire:
Sanders obtuvo lo que necesitaba
Sanders hizo lo que necesitaba hacer en Nueva Hampshire: ganar.
No hay guerra narrativa esta vez. La votación fue simple y, aunque cerrada, decisiva. La campaña de Sanders consiguió la celebración –y probablemente el impulso de recaudación de fondos que viene con un discurso de victoria en horario estelar– que se perdió en Iowa.
Ahora se van a Nevada, que podría ser su estado más fuerte de los primeros cuatro, después de hacer algunas paradas en los estados del Supermartes en el camino.
Si hay algún motivo de preocupación entre los partidarios de Sanders, sería su margen de victoria aquí. Sanders nunca iba a ganar por 22 puntos porcentuales, como lo hizo en 2016, en un campo tan profundo. Pero las fuertes demostraciones de Buttigieg y Klobuchar dejaron en claro, si había alguna duda, que el ala moderada del partido no está lista para ondear la bandera blanca y hacer campaña detrás del senador de Vermont.
Por otro lado, Sanders se beneficiará de la viabilidad continua de esos moderados, que parecen estar más lejos de unirse que la semana pasada. Añade a eso el espectro del exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien ha estado gastando silenciosamente cientos de millones de dólares en los estados del Supermartes, y una fragmentación aún más profunda de la oposición de Sanders podría estar en camino.
El sólido segundo lugar de Buttigieg
Buttigieg y sus principales asesores querían mantenerse de Sanders en Nueva Hampshire y parece que lo han logrado.
“Aquí, en un estado que sigue el lema ‘Vive libre o muere’, ustedes se decidieron, insertaron esa famosa racha independiente y, gracias a ustedes, una campaña que algunos dijeron que no debería estar aquí en absoluto, ha demostrado que estamos aquí para quedarnos”, dijo Buttigieg en su fiesta del martes por la noche.
La fuerte demostración se produce después de que el Partido Demócrata de Iowa, a pesar del caos que envolvió su proceso de asambleas partidarias, dijera que el exalcalde recibió la mayoría de los delegados nacionales del estado.
El final de Nueva Hampshire valida tanto la capacidad de Buttigieg para recibir ataques de a sus rivales, algo que sucedió repetidamente en el último debate, como que su contraste constante con las promesas de Sanders de una “revolución” ha resonado en los votantes demócratas más moderados.
“Los estadounidenses vulnerables no pueden darse el lujo de buscar la pureza ideológica sobre una victoria inclusiva”, dijo Buttigieg en una nueva línea agregada a su discurso.
Al igual que Klobuchar, sin embargo, la parte más difícil del camino de Buttigieg hacia la candidatura está por delante de él.
Durante meses, el alcalde ha dicho que la mejor manera de ganarse a los votantes latinos y negros, dos grupos demográficos que ha luchado poderosamente para influir en ellos, era mostrándoles que era un ganador en Iowa y Nueva Hampshire.
A medida que la carrera se dirige a los muy diversos estados de Nevada y Carolina del Sur, el alcalde tiene la oportunidad de comprobarlo.
Klobuchar tiene su momento
Klobuchar había tenido varias actuaciones potentes en los debates. Pero ninguna como la del viernes pasado.
Y al terminar entre los tres primeros en Nueva Hampshire, Klobuchar ahora puede mirar con confianza a ese debate como el punto más alto de su candidatura.
“Esta noche en Nueva Hampshire, mientras todos nos habían descartado incluso una semana atrás –gracias, expertos– regresé y cumplimos”, se jactó Klobuchar en el escenario el martes, señalando que algunos expertos habían anticipado que ella no pasaría de Iowa ni llegaría al debate de Nueva Hampshire.
“Y hombre, si estuvimos en el debate en Nueva Hampshire”, dijo Klobuchar con una sonrisa.
El sólido final en Nueva Hampshire es el momento que se le había escapado a Klobuchar durante un año. Había tenido potentes actuaciones en los debates en el pasado, pero pocas se habían quedado registradas en el electorado. La diferencia con la contienda de la semana pasada fue que este era la primera en la que los votantes debían ir a las urnas días después.
La pregunta ahora para Klobuchar es cómo mantener este impulso.
Su campaña probablemente recibirá los muy necesarios fondos, pero la aspirante carece de organizaciones importantes en Nevada o Carolina del Sur y está comenzando a cambiar su enfoque a contiendas clave en las que se votará el 3 de marzo. Y Klobuchar no ha demostrado capacidad para ganar a los votantes latinos o negros, grupos de electoresque serán clave en las próximos dos contiendas.
Por ahora, sin embargo, Klobuchar permanece sobre una ola tras Nueva Hampshire.
“Estamos camino a Nevada”, dijo el martes, “¡porque lo mejor está por venir!”.
Mala noche para Warren y Biden
Biden y Warren tuvieron un desempeño increíblemente pobre, quedando por debajo del umbral del 15% para ganar delegados en Nueva Hampshire y quedando en cuarto y quinto puestos, respectivamente.
Y ambos ofrecieron avances en sus discursos el martes por la noche sobre cómo tratarán de avanzar.
Warren lanzó nuevos y claros disparos contra Biden por un anuncio con ataques dirigido a Buttigieg y Sanders por algunas de las tácticas de sus partidarios, quejándose de que “la lucha entre facciones en nuestro partido ha dado un giro brusco en las últimas semanas”.
“Estas duras tácticas podrían funcionar si estás dispuesto a quemar el resto del grupo para ser el último hombre en pie. Podrían funcionar si no te preocupa dejar nuestro partido y nuestra política peor de lo que lo encontraste. Podrían funcionar si crees que solo tú tienes todas las respuestas y que tú eres la solución a todos nuestros problemas”, dijo.
Ella continuó: “Pero si vamos a vencer a Donald Trump en noviembre, vamos a necesitar una gran participación dentro de nuestro partido, y para lograr esa participación, necesitaremos un candidato que la coalición más amplia de nuestro partido sienta que puede respaldar. No podemos permitirnos caer en facciones. No podemos permitirnos desperdiciar nuestro poder colectivo. Ganaremos cuando nos unamos”.
Biden, mientras tanto, ya estaba en Carolina del Sur, insistiendo en que los votantes afroamericanos que lo han apoyado están siendo ignorados en una carrera por la candidatura que arranca en dos estados casi totalmente blancos.
La campaña de Biden podría no haber sabido que se asomaba un final de un solo dígito, pero sabía que el exvicepresidente estaba en camino de otra noche difícil. Así que se retiró, saltando en un avión privado el martes por la noche rumbo a Carolina del Sur.
A diferencia de la multitud de alrededor de 100 personas que se quedaron a escucharlo por videoconferencia en Nashua, el evento de Biden en Columbia no contó con pantallas de televisión. No hubo resultados en vivo que desanimaran a la multitud.
Ahora, Biden –para quien la elegibilidad era una carta de presentación, hasta que comenzó a perder las elecciones– tiene que encontrar la manera de evitar que sus fuertes números entre los votantes no blancos se vean afectados por su mal comienzo.
Biden, quien hace un mes le dijo a una multitud en Iowa que ellos tenían las “llaves del reino”, hizo una nueva predicción en su videoconferencia con Nashua: “Vamos a ganar en Nevada y Carolina del Sur”.
Los que se van
Los caóticos resultados en Iowa no aligeraron el grupo de aspirantes presidenciales, pero Nueva Hampshire sí eliminó a varios de la carrera.
Andrew Yang, el empresario cuyo “Yang Gang” (pandilla Yang) en línea surgió como una impresionante y dedicada fuerza de apoyo y recaudación de fondos, se retiró tan pronto como se anunciaron los resultados de Nueva Hampshire. La propuesta que animaba su campaña fue su impulso por un ingreso básico universal, o un “dividendo de libertad” de US$ 1.000 por mes, como lo explicaba Yang.
El senador de Colorado Michael Bennet también se retiró. Había estado en Nueva Hampshire y le dijo a un pequeño grupo de simpatizantes que “es apropiado que terminemos la campaña esta noche”.
El exgobernador de Massachusetts, Deval Patrick, no se retiró, pero parecía que su partida podría llegar pronto.
“Diane y yo iremos a casa y descansaremos y reflexionaremos sobre este resultado y tomaremos algunas decisiones mañana por la mañana sobre lo que el futuro de esta campaña puede y debe ser”, dijo. “No importa qué, el futuro de la causa perdura”.