Los duques de Sussex residen actualmente en Estados Unidos, pero habían conservado esta propiedad de principios del siglo XIX como su sede en el país europeo. Regalada por la difunta reina Isabel II, la casa está situada en un rincón de la finca de Windsor.
(CNN) – El duque y la duquesa de Sussex, Harry y Meghan, recibieron la petición de desocupar Frogmore Cottage, la residencia oficial de la pareja en el Reino Unido, dijo su portavoz a CNN este miércoles.
La declaración se produjo después de que el diario británico The Sun publicara una noticia en la que se afirmaba que la pareja iba a ser desalojada de la residencia, que es propiedad de Crown Estate, y que desde entonces había sido ofrecida al príncipe Andrew, uno de los hermanos del rey Carlos III.
El Palacio de Buckingham señaló este miércoles que no haría comentarios. Una fuente de la realeza sostuvo a CNN que cualquier discusión de este tipo sería un asunto privado de la familia.
El príncipe Harry y Meghan residen actualmente en Estados Unidos, pero habían conservado esta propiedad de principios del siglo XIX como su sede en el Reino Unido. Regalada a los Sussex por la difunta reina Isabel II, la casa está situada en un rincón de la finca de Windsor, al oeste de Londres.
Renovaron la propiedad y se mudaron poco antes de la llegada de su hijo Archie en mayo de 2019. Sin embargo, la renovación desató la polémica después de que la pareja se apartara de la vida pública y saliera a la luz que se habían utilizado 2,4 millones de libras (unos US$ 3 millones) del dinero de los contribuyentes británicos en la remodelación de la casa de campo. Desde entonces han devuelto el dinero público tras su traslado a California.
Los Sussex se alojaron en la propiedad cuando regresaron al Reino Unido el año pasado, incluso cuando asistieron a las celebraciones por el Jubileo de Platino de la reina durante el verano.
El príncipe Andrew reside actualmente cerca, en el Royal Lodge de la finca de Windsor. El duque de York también se apartó de los deberes reales en 2019 después de que una desastrosa entrevista sobre su amistad con el financiero caído en desgracia Jeffrey Epstein sumiera a la familia en una crisis sin precedentes.
Según The Sun, se habría pedido a la pareja que abandonara la propiedad días después del lanzamiento de Spare, las memorias de Harry, en enero.
El miembro de la realeza, de 38 años, no se guardó casi nada al desmantelar la percepción pública de que era el príncipe fiestero, despreocupado y amante de la diversión, y ahondó en el devastador impacto de la muerte de su madre, su experimentación con las drogas como método para sobrellevar el dolor y sus dificultades para encontrar el amor.
El Palacio de Buckingham declinó en repetidas ocasiones hacer comentarios sobre las memorias.
La autobiografía siguió a un documental de Netflix de seis partes que la pareja publicó el año pasado y a una explosiva entrevista con Oprah Winfrey en 2021. Alegaron que había “preocupaciones” en la familia real sobre el color de la piel de Archie, detallaron sentimientos de estar “atrapados” y dijeron que Meghan tuvo pensamientos suicidas durante su primer embarazo.