“El amor y la compasión son parte de la filosofía de mi clase”, dijo la docente que dictó una clase de anatomía.
El jueves pasado, cuando una estudiante universitaria de Georgia no pudo encontrar una niñera, su profesora se ofreció voluntariamente para sostener a la guagua mientras dictaba una clase de Anatomía de tres horas.
Ramata Sissoko Cissé, profesora asistente de Biología en Georgia Gwinnett College en el suburbio de Atlanta de Lawrenceville, le dijo a CNN que una de sus estudiantes la llamó por la noche, antes de la clase, para informarle que su niñera estaba enferma. Debido a eso, la estudiante tendría que llevar a su bebé a la clase de Anatomía y Fisiología de Cissé al día siguiente.
La profesora, madre de tres hijos, le dio luz verde. “Que ella confíe en mí me hizo sentir que tenía que ayudar”, dijo Cissé. “Es como una responsabilidad moral”.
Pero en clase, el bebé siguió moviéndose, y fue difícil para la estudiante sostener a su hijo y escribir al mismo tiempo.
“Dije: ‘Pásame el bebé’”, dijo Cissé.
Sin embargo, Cissé no pudo sostener al bebé y escribir en la pizarra blanca durante su conferencia de Anatomía.
La guagua se convirtió en una ayuda para el aprendizaje. Así que Cissé improvisó. Encontró una bata blanca de laboratorio y ató al bebé a su espalda.
El bebé se durmió rápidamente y se quedó callado por el resto de la clase. Cissé pudo incorporar al bebé a la lección, elaborando conceptos relacionados con el sistema nervioso, la función cerebral y el metabolismo.
Un estudiante preguntó por qué pudo dormir tan tranquilo. Cissé explicó que él era cálido y acogedor, con la temperatura de su cuerpo al lado de él, y el calor correspondiente le facilitaba la relajación.
Luego, cuando el bebé tuvo hambre, explicó que calentar la leche ayudaría a acelerar el metabolismo del menor.
Una portavoz de Georgia Gwinnett College le dijo a CNN que la madre del niño pidió no ser identificada.
“Enseño porque necesitan estar preparados para la vida”
Cissé dijo que la estudiante le envió un correo electrónico después de clase para agradecerle, y ella respondió: “De nada, siempre estaré allí para ti”. Y la estudiante respondió: “Lo sé”. Esas dos palabras significaron mucho para ella.
Muchos de los estudiantes de Cissé se convierten en enfermeras o doctores, o trabajan en otras profesiones de la salud. Ella dijo que enseñarles ciencias es solo una parte de su misión de prepararlos para la vida después de los estudios.
“El amor y la compasión son parte de la filosofía de mi clase”, dijo Cissé.
Espera poder inculcar esas cualidades al modelarlas en momentos de enseñanza, como sostener al bebé durante la clase, ya que ser un buen proveedor de atención médica es algo más que estudiar libros de texto.
“Espero que puedan difundir el amor, llevarlo a otras personas que lo necesitan”, dijo la profesora Ramata Sissoko Cissé.